Miles de brasileños salieron nuevamente a las calles este jueves e invadieron una estación del metro en Río de Janeiro (sureste de Brasil), como medida de protesta por el incremento en 9 por ciento en la tarifa de autobús que fue decretado por el alcalde de la ciudad el pasado 29 de enero y que entrará en vigencia a partir de este 8 de febrero.

De acuerdo a la información reseñada por la agencia de noticias AFP, los manifestantes enmascarados y vestidos de negro, se apoderaron de la Estación Central de trenes, metro y autobuses, la mayor de Río de Janeiro, y procedieron a destruir cajeros automáticos; razón que obligó a la policía a intervenir con bombas de gas lacrimógeno.

Un periodista de la AFP vio cómo un policía herido era evacuado por sus colegas, pero también vio a policías golpear a manifestantes pacíficos.

Paralelamente a estos actos, otro grupo de personas mantenía bloqueada una calle con una barricada en llamas mientras gritaban «No habrá Copa ni aumento» del boleto, al tiempo que denunciaban el elevado gasto público en la organización del Mundial de fútbol 2014 en perjuicio de la salud, la educación y el transporte públicos, de pésima calidad y que precisan de inversiones para mejorar.

Una protesta similar se efectuó el pasado 31 de enero bajo el grito «Si el pasaje aumenta, Río va a parar» y «Salta, que esto es gratis». El aumento del precio del autobús desencadenó el pasado mes de junio una ola de manifestaciones en todo el país, coincidiendo con la celebración de la Copa de las Confederaciones.