Phoenix, Arizona., 16 de agosto. En un encuentro inédito, el dirigente de la Caravana por la Paz, Javier Sicilia, pidió al alguacil del condado de Maricopa, Joe Arpaio –quien se ha distinguido por impulsar acciones para discriminar a los migrantes mexicanos y latinoamericanos– ser más humano
con los indocumentados detenidos en su jurisdicción.
En el encuentro que duró una hora, Sicilia planteó, según miembros de la caravana que estuvieron presentes, que se controle la venta de armas de exterminio, a lo que el alguacil estadunidense contestó: Controlen el flujo de drogas
.
Al término de la reunión, Arpaio propuso al poeta mexicano que cuando terminara la caravana por Estados Unidos, regresara para dialogar, pero solo
.
La entrevista, que se llevó a cabo en las oficinas del alguacil, tuvo un inicio complicado cuando Arpaio condicionó la celebración de la misma a que el activista Carlos García, dirigente local de la organización El Puente, saliera de las oficinas. Otros activistas de organizaciones estadunidenses que apoyan la causa del Movimiento por la Paz, se mantuvieron en el lugar.
No venimos en son de guerra sino de paz, a decirles que tienen 50 por ciento de la responsabilidad de la guerra que hay en México
. Sicilia mantuvo el tono de su intervención y le espetó a su interlocutor: Le pregunto si tratar a los migrantes como perros es una política correcta
.
El alguacil no se inmutó y reviró: Yo no administro las cárceles
.
Después hubo intercambio de opiniones entre Sicilia y Arpaio. El primero reconoció que el gobierno mexicano es corrupto, que le impusieron una guerra contra las drogas, y agregó que el tema de los estupefacientes no es un asunto de seguridad nacional. Ustedes quieren evitar el consumo, pero tienen una responsabilidad con 23 millones de adictos
.
El alguacil contestó que la responsabilidad del problema de las drogas es de los países productores y añadió que a él no le gustaba opinar de los gobiernos de otros países; además de que responsabilidad era hacer cumplir la ley.
Sicilia insistió en cuestionar a Arpaio sobre cómo siendo católico podía discriminar a los migrantes, a lo que el sheriff contestó que no mezclaba la religión con la política, y que sus creencias no tienen nada que ver con la inmigración o la ley.
Al final, Sicilia lo invitó a México, luego de exhortarlo a que tenga condiciones más humanas y dignas para los migrantes, sería un gesto de humanidad que nos llevaríamos
; Arpaio rechazó el gesto al afirmar que cárteles de la droga le pusieron precio a su cabeza.
Después, los integrantes de la Caravana por la Paz visitaron el campamento-prisión conocido como Tent City, para denunciar la criminalización y trato inhumano que reciben los indocumentados y las personas que consumen drogas
.
El campamento fue instalado en 1993 por la policía local para solucionar
la sobrepoblación carcelaria. En el lugar, integrantes de la caravana y de organizaciones locales protectoras de derechos de los migrantes recordaron que Arpaio está sujeto a investigación, entre otras cosas, por haber esposado a una indocumentada mexicana en plena labor de parto y de separarla de su bebé.
En este lugar, conocido como la ciudad de las carpas
, Arpaio viste a los internos con shorts y zapatillas color rosa y los alimenta con un sandwich al día, y presume que gasta más en alimentar a sus perros que a sus detenidos, denunciaron.
Por otra parte, en el Centro Cívico de Phoenix, el movimiento pacifista que encabeza el poeta mexicano le dio voz a los familiares de las víctimas de la violencia. Ahí dieron su testimonio más de 40 de ellos.
Esta ha sido la ocasión, desde que inició la caravana el domingo pasado, en que se ha dado mayor posibilidad de hablar a las víctimas de la violencia en México por la guerra contra las drogas.
Luego la caravana se dirigió a la ciudad de Tucson, donde se espera que Sicilia dé un discurso que preparó antes de iniciar su recorrido por 27 ciudades de Estados Unidos, para concluir en Washington el próximo 12 de septiembre.