Mientras en México la pandemia del Coronavirus se ubica en la fase 2 de “contagio comunitario”, doña Nicolasa Canseco Vásquez quisiera lavarse las manos a cada rato y con abundante agua, porque no quiere contagiarse del COVID-19 , pero no puede, de su tubería no cae una sola gota de liquido desde hace 20 años.
Las cubetas y tambos hacen hileras en los patios de cada una de las viviendas de San Dionisio del Mar, una localidad del estado de Oaxaca, donde el 80 por ciento de los 5 mil habitantes para tener acceso a este servicio básico tienen que comprarlo o extraerlo de pozos que han construido por cuenta propia.
“A cada rato en la televisión nos dicen que nos lavemos las manos con abundante agua y jabón” y al mismo tiempo expresa “pero de donde, no hay y lo poco que tenemos cuesta caro”.
Cada tercer día Nicolasa compra el agua a 130 pesos el tambo de 100 litros que le dura para lavar los trastes y la ropa, para bañarse y echarle al baño tiene que extraerlo del pozo.
De su tubería cada ocho días o diez días si bien le va, le agua cae pero poco, no es suficiente, por eso aprendió a racionar el liquido por necesidad porque carece dinero, los pocos pesos los obtiene de su molino de maíz y tejiendo la cinta de palma, así ha sobrevivido este estiaje de muchos años.
El agua en San Dionisio del Mar solo llega por medio de una tubería localizada en un pueblo vecino llamado Chicapa de Castro ubicado a 17 kilómetros además de un pozo pequeños tipo noria que por su cercanía al arroyo abastece a unos mil habitantes que viven en la sección Cheguigo, pero el resto, unos 4 mil viven el estiaje como Doña Nicolasa.
Se construyeron cinco pozos explica Juan Cantero, quién es responsable de abrir y cerrar los pozos además de darle mantenimiento.
“Tres pozos no funcionan porque esta localidad por su cercanía con el mar el agua comenzó a salarse, el cuarto y quinto están activos, pero hay uno más que esta sellado, no funciona y que sería la esperanza para nosotros, pero requiere de un permiso ante la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que la autoridad actual que dirige Teresita de Jesús Luis Ojeda solicitó y al parecer en diez días se activará, y podría reducir el numero de emisiones, de ocho a cinco días, aún así seguiremos con problemas de estiaje”.
El Coneval detalla en su informe del 2015, que en Oaxaca la cobertura de infraestructura de agua potable en comunidades indígenas como la de San Dionisio del Mar, fue de 87.2%, menor al promedio nacional, lo cual significa que vivirán esta pandemia sin gozar de este liquido indispensable para su salud.
El 70 por ciento de los lugareños se dedica a la pesca, el resto a la agricultura y las mujeres elaboran totopos y hacen cinta de palma.
También hay tres pozos comunitarios y alrededor de 50 que han construido en sus patios con valor de 10 mil pesos cada uno, lo ocupan la familia y los vecinos, ha sido una forma solidaria de atender el estiaje que les lleva dos décadas.
Don Rolando Rodríguez Noriega, todos los días abre la llave de agua esperando ver caer una gota de liquido, pero nada, ahora piensa que visibilizar esta podría llamar la atención de las autoridades, porque aquí no se cumple la encomienda de lavarse las manos todos los días para no contagiarse del COVID-19, por que agua no hay suficiente.
Antes de cualquier cosa, inclusive de tejer la cinta y cuidar sus gallinas, lo primero que hace es ver la cantidad de agua y hacer un balance rápido sí le alcanzará a él y a su familia para pasar el día, se ha vuelto una actividad prioritaria.
“El agua es nuestro mayor tesoro, lo valoramos más que todo, lo guardamos para no desgastarlo, racionamos el agua para bañarnos y los quehaceres de la casa, el que la desperdicia, lo paga caro”.
En las más de mil 500 viviendas todas almacenan agua, conviven entre tambos y cubetas, entre plásticos llenos de liquido; los vendedores no se dan abasto, todos los días pasan a vender y se distribuyen las calles y avenidas, de norte a sur y de este a oeste.
Teresita de Jesús Luis Ojeda, actual administradora del Consejo Municipal explicó que a pesar de que la localidad cuenta con red de agua , pozos y tubería, la situación es critica en cuanto al estiaje, por lo que exhortó a las autoridades como la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el gobierno estatal y federal a redoblar esfuerzos, por que no se trata de un habitante, sino de miles.
Asimismo expuso que la agencia municipal de Huamuchil ubicada a 15 kilómetros de la cabecera municipal se vive una situación más critica por falta de liquido, de los 2 mil habitantes solo el 45 por ciento tiene tubería de agua potable.
Mientras los días transcurren en espera de la Fase 3 de contagio comunitario por el COVID- 19 en este pedazo de tierra istmeña, en los altavoces y también en algunas paredes están colocados carteles de prevención del COVID- 19 y sale a relucir. “Por favor lávate las manos con abundante agua y jabón”.
Publicado originalmente en IstmoPress