Las alumnas de la Escuela Normal Rural Ricardo Flores Magón, de Saucillo, Chihuahua, viven hacinadas en el internado de su escuela. Los dormitorios con dos regaderas y dos retretes que antes compartían entre cinco y siete muchachas, hoy son habitados hasta por 20 de ellas.
Primero entró en vigor la reforma curricular que implica que las alumnas que cursan el último año de las licenciaturas en educación primaria o preescolar tengan que permanecer por más tiempo en las instalaciones educativas (antes durante todo este ciclo escolar practicaban en las comunidades), pero es hasta ahora que, a petición de las propias estudiantes, las autoridades están ampliando el área de dormitorios de esta normal.
Entre noviembre y diciembre de 2014, cuando las integrantes del Consejo Estudiantil de esta escuela-internado plantearon a los funcionarios locales su pliego de demandas –las esenciales para ejercer con dignidad su derecho a la educación–, los alertaron sobre la necesidad de construir más habitaciones. Éstos tomaron nota y se comprometieron, por escrito, a iniciar la construcción de un edificio para alojar a 120 alumnas. La obra inició pero no se concluyó en el plazo acordado, el 30 de junio de 2015.
Entonces, por acuerdo de las partes, la prórroga se extendió el 30 de julio. La nueva fecha, sin embargo, tampoco se respetó. Hoy, el edificio sigue en obra negra, sin agua, sin electricidad, en suma, inhabitable.
A tres días de que se venciera un tercer plazo prometido por la autoridad y ante los nulos avances de la obra, las alumnas de la normal de Saucillo decidieron trasladarse a la capital del estado para abordar de frente a las autoridades educativas. Era 12 de octubre de 2015. Las muchachas no fueron atendidas por ser día festivo, según les dijeron. Por eso, decidieron pernoctar esa noche frente a la sede de la Secretaría de Educación Cultura y Deporte.
La mañana siguiente fueron recibas por el titular de esta Secretaría, Marcelo González Tachiquin. El funcionario les dijo que no podía dar respuesta a su petición ya que la construcción de la obra depende de dineros liberados desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
En consecuencia, las jóvenes siguieron su peregrinar hacia el Palacio de Gobierno de Chihuahua. Ahí, después de varias horas de bloquear las calles aledañas como medida de presión, fueron recibidas por Mario Trevizo Salazar, secretario de Gobierno. Entonces un nuevo acuerdo emanó: que el recurso será liberado por la federación a fin de que los nuevos dormitorios estudiantiles sean habitables en un plazo de seis semanas a partir del 13 de octubre, es decir, el 24 de noviembre próximo.
“Esperamos que ahora sí cumplan con hechos; que no sólo se quede en palabras”, dice Laura Alvarado, vocera del Consejo Estudiantil de la normal de Saucillo.
Destaca que las autoridades locales y federales han faltado ya en tres ocasiones a su compromiso de concluir la obra acordada, tal vez porque, ajenos a la realidad de la escuela, “lo ven como un lujo y no como una necesidad”.
“Hacemos gestiones, firmamos documentos, se echan la pelota entre ellos y, al final, incumplen”, lamenta la estudiante de segundo año de la licenciatura en educación preescolar.