Las paredes de la casa del pueblo de Pinotepa de Don Luis están llenas de murales que representan el famoso carnaval anual: un jaguar con una sugestiva cola entre sus patas; un colonizador cuya pequeña cabeza se pierde en medio de una máscara peluda; una enorme y colorida tortuga.
Este año, la casa del pueblo fue sede del séptimo encuentro de la Red de Defensoras y Defensores Comunitarios de Oaxaca (REDECOM), conformada en 2013 por representantes de pueblos indígenas y campesinas de todo el estado.
Sería difícil encontrar una sede más apropiada para una jornada que destacó la cultura, la espiritualidad, la identidad y la memoria histórica, como claves de la defensa comunitaria. Pinotepa de Don Luis es conocido por su fuerte tradición de historia oral, la preservación de costumbres como el carnaval y el fandango, y la perfección de artes como el tejido de textiles y el labrado de jícaras.
Durante generaciones, las mujeres han transformado el algodón en hilo que tiñen y tejen en huipiles, manteles y pozahuancos con las rayas púrpura, guinda y negra que caracterizan la vestimenta de la región. De igual manera, los hombres han plasmado sus pensamientos en imágenes talladas sobre el fruto del jícaro – un talento que se dice que tienen desde su nacimiento y que forma parte integral de su identidad.
Hoy en día una nueva generación está fomentando -y en algunos casos reinterpretando- este legado cultural. Los organizadores del encuentro son todos jóvenes, tres son mujeres, y están vestidos impecablemente, con variaciones en el traje tradicional: una guayabera con un corte moderno, una falda ajustada con la tinta del caracol púrpura.
Ellas hablan de navegar entre las enseñanzas de sus abuelas y abuelos, por un lado, y los intereses y necesidades de una nueva generación, por el otro. Organizar eventos como este es parte de su apuesta por involucrar a diversos miembros de la comunidad en el fortalecimiento de su tejido social. Tal como lo expresa Yesica, una joven elocuente que ayudó a coordinar el evento:
“De acuerdo a los diversos encuentros que hemos tenido con los demás compañeros, nos motiva justamente a conocer y saber que estrategias ellos utilizan para mejorar a sus comunidades o para enfrentar las problemáticas que estas tienen”.
Yesica y sus co-organizadoras coinciden en que el principal problema que enfrentan en Pinotepa de Don Luis es la pérdida de su cultura y lengua, pues hay jóvenes que ya no usan la vestimenta ni hablan el mixteco. Por si fuera poco, la presencia de partidos políticos ha corrompido los usos y costumbres que rigen a la comunidad, fomentando división en el pueblo.
Ante tales desafíos que exigen una respuesta cada vez más colectiva y organizada, los defensores Ñuu Savi dicen que la REDECOM ha sido un recurso esencial: “son espacios que justamente necesitan las comunidades para conocer y saber cómo defender su territorio y como enfrentar estas diversas amenazas que nos atañen”.
De generación en generación
Nuestra visión de las luchas en defensa de la tierra y el territorio a menudo se centra en los bloqueos y plantones, las marchas masivas y la prohibición de megaproyectos a través de los estatutos comunitarios. Pero, ¿qué pasa con el papel vital que juegan la cultura, la espiritualidad, la identidad y la memoria histórica en la defensa comunitaria? Los días 26 y 27 de octubre, las y los integrantes de REDECOM se reunieron para profundizar en este tema en el séptimo Encuentro de Defensoras y Defensores Comunitarios de Oaxaca.
El análisis se inició desde el territorio donde se realizó el encuentro -Pinotepa de Don Luís- cuyo nombre mixteco es Ñuu Ndoo Yu’u. Allí, ancianos y jóvenes compartieron cómo su arraigada identidad cultural ha sido una herramienta para fortalecer el tejido comunitario y defender su territorio.
Las y los habitantes de Pinotepa de Don Luis son conscientes de este rico legado cultural gracias a la tradición oral de los Tatamandones. Mientras que algunos forasteros insisten en que no hubo vida prehispánica en Pinotepa de Don Luis, los ancianos de la comunidad han salvaguardado su memoria histórica. “A través de ellos sabemos cómo era la vida prehispánica”, explica Don Nicolás Santiago Mendoza, un historiador popular que escribió un libro sobre su pueblo.
Cuenta que según los Tatamandones, Ñuu Ndoo Yu’u era un pequeño caserío hasta que seres misteriosos con nahual de cometa decidieron embellecerlo, junto con varios otros pueblos de la costa mixteca. Trabajaron de noche porque de día perdían sus poderes. Pero algunos no aguantaron el hambre y se detuvieron a comer al lado de un manantial. Mientras tanto el día amaneció y sus labores quedaron inconclusas.
Don Nicolás se dio a la tarea de redactar ésta y muchas otras historias en un libro sobre Pinotepa de Don Luis con el fin de preservar la identidad cultural tan arraigada que define al pueblo, y con la que dice que algunos jóvenes están perdiendo contacto.
La Doña Zenaida Rita López es también una guardiana de la identidad cultural de su pueblo. Desde hace 43 años se dedica a teñir hilo y con ellos tejer una diversidad de prendas. Mientras que hoy en día muchas artesanas compran hilo teñido con químicos, ella todavía conserva el conocimiento del proceso tradicional de teñir hilo con hojas que se encuentran en la región. Doña Zenaida también forma parte del comité de la Casa del Pueblo, donde promueve la elaboración de textiles que han sido una fuente de arraigo cultural y autonomía económica para su pueblo.
“La cultura es de todas y todos”
A lo largo del encuentro se destacó la vital participación de las mujeres en la defensa comunitaria. “Nos toca a nosotras como mujeres organizarnos desde las comunidades y platicar de nuestros problemas y cómo podemos resolverlos como mujeres”, sostuvo René Enedina Guzmán Flores, originaria de Pinotepa de Don Luis y fundadora de Voces de Mujeres en Red. “Si nos organizamos podemos sacar todo adelante”.
Durante el panel “Mujeres, resistencia y espiritualidad”, René y otras integrantes de la REDECOM dijeron que su mayor desafío es seguir alentando a otras mujeres a que se involucraran en la vida política y cultural de sus comunidades. Sólo entonces podremos lograr una mayor incidencia en la defensa del territorio y de los derechos humanos.
La maestra jubilada cuenta que fue en 2016 cuando surgió la idea de crear una radio comunitaria, como medio para que las integrantes de Voces de Mujeres en Red se mantuvieran informadas y amplificaran sus voces. Actualmente la radio Ña’a Nduku Ndee 90.1 FM está ubicada en la Casa del Pueblo de Pinotepa de Don Luis y cuenta con programación diaria. Las locutoras siguen capacitándose para ampliar sus contenidos dirigidos a las mujeres.
Las defensoras de todo Oaxaca enfatizaron que no ha sido fácil superar las barreras a la participación. Los espacios culturales han sido un ámbito importante para la negociación de la igualdad. “La cultura es de todas y todos”, afirma una joven de Pinotepa de Don Luis, quien dice que algunas tradiciones importantes de su pueblo han sido terreno exclusivo para los hombres. Pero poco a poco, eso está empezando a cambiar. Antes únicamente los hombres bailaron la danza de los tejorones, que se presenta cada año en el carnaval. Pero hoy en día algunas mujeres también la bailan, la cual ha generado controversia y críticas.
Esta tensión entre costumbre y cambio se hizo palpable en la última noche del encuentro, durante un recorrido por el pueblo que se realiza cada año para marcar el cambio de los topiles, evento que a su vez coincide con el inicio de las celebraciones del Día de los Muertos.
Tradicionalmente, los topiles caminaban por las calles principales de la ciudad, cantando versos de enamoramiento a las mujeres del pueblo. Hoy, un grupo mixto se detiene en cada cuadra para escuchar el canto agudo de los señores acompañado de un ukelele melancólico – y para compartir aguardiente y cigarros.
Incluso ha habido algunas mujeres que se han atrevido a cantar los versos románticos a sus amantes. Un historiador y músico popular de la comunidad explica que fueron reprimidas por hacerlo. Pero recientemente pudo grabar a una señora cantando sus versos en mixteco desde la cima de un cerro. Aunque ella y sus compañeras todavía no cantan durante el recorrido, el video ha sido compartido ampliamente por las y los jóvenes en las redes sociales.
Así, las y los defensores jóvenes del pueblo navegan entre las prácticas ancestrales y las nuevas tecnologías, entre la preservación de la identidad cultural arraigada y las necesidades de las nuevas generaciones. Son precisamente espacios como el Encuentro de Defensoras y Defensores Comunitarios de Oaxaca los que les han ayudado a forjar un camino colectivo.
Texto: Samantha Demby
Fotos: Cristina Salazar Martínez y Samantha Demby
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