México, DF. El Instituto Italiano de Cultura de la Ciudad de México (IIC México) es la Oficina Cultural de la Embajada de Italia, dependencia pública de la Secretaría de Asuntos Exteriores italiana, y su misión es la difusión de la lengua y de la cultura italianas en el país a través de, por ejemplo, cursos de lengua, cultura, gastronomía, formación docente, entre otros; eventos y varias actividades de promoción cultural; coedición de libros; establecimiento de nexos entre México e Italia; oferta de servicios y productos al público, etcétera.

 En el IIC trabajan con contrato local unos 20-25 profesores italianos y una docena de empleados administrativos mexicanos e italianos que cuentan con contratos locales o, en algunos casos, italianos, estipulados por la Secretaría. La dirección cambia cada dos o cuatro años según los nombramientos que efectúa desde Roma la Secretaría entre el personal de carrera diplomática, así que normalmente hay un agregado cultural y un director enviados de Italia en cada uno de los 90 Institutos presentes en el mundo.

 Desde hace muchos años la comunidad italo-mexicana de la capital, y de buena parte del país, ve al Instituto como un referente importante, un punto de encuentro e, incluso, de trasmisión de buenas prácticas laborales y culturales ligadas a la docencia, a la intermediación lingüística y cultural y, en general, al sistema Italia.

 En 2008, muchísimas instituciones italianas y mexicanas operativas en el país y, dedicadas a la difusión cultural de la lengua y cultura italianas, firmaron en Tlaxcala el llamado «Contrato ético para los profesores», un gran logro para los trabajadores y, definitivamente, un marco orientativo para mejorar las prácticas gerenciales, didácticas y laborales dentro de las instituciones. El documento había sido elaborado tras dos jornadas de trabajos conjuntos con los congresistas Gino Bucchino y Franco Narducci y el ex Embajador Felice Scauso como garantes. El acuerdo parece hoy letra muerta, especialmente en la institución que más se había involucrado para promoverlo.

 Después de casi una década de crecimiento de las actividades culturales y de mejoras en las condiciones laborales dentro de la institución, en los últimos periodos de de gestión, a cargo de doctor Gianni Vinciguerra y el de la doctora Melita Palestini (2010-2012), la comunidad de usuarios e interesados ha ido observando unos cambios, por lo cual expresa su opinión a través de esta carta que fue enviada a la Embajada y hecha pública en días recientes.

CARTA

 Como personas directamente interesadas en la cultura italiana, deseamos expresar nuestra preocupación acerca de la gestión del Instituto Italiano de Cultura y la presencia cultural italiana en México. Nos entristece observar el actual declive de dicho Instituto, un importante punto de referencia para la difusión de la lengua y cultura italianas en México.

 Hasta mediados del 2010, el Instituto tuvo una gran oferta, tanto para la comunidad italiana residente en México como para el público en general. Amén de la presencia de un restaurante, una cafetería, una tienda de productos gastronómicos y una librería de textos en italiano, la institución organizaba muchos eventos culturales, como exposiciones, presentaciones de libros, cinefórum, conferencias, homenajes, colaboraciones con otras instituciones mexicanas (cátedras extraordinarias,  convenios, festivales y exposiciones en otras sedes).

Ahora el restaurante y la librería han sido cerrados y se constata la falta casi absoluta de eventos, así como la escasa difusión de las pocas actividades culturales. De no ser por los cursos de lengua y cultura que se imparten ahí, no habría ninguna oferta para el público. Es lamentable ver cómo la actual política cultural apunta  a la inmovilidad absoluta. Dicha elección no puede ser justificada con el pretexto de recortes económicos a la cultura, ya que la cerrazón de la dirección ante cualquier propuesta se extiende también a eventos que no implicarían costo alguno a la institución.

Confiamos en que esta carta pueda ofrecer una ocasión de reflexión para el mejoramiento de la actividad institucional, por el bien común.

Firman

Santa Elena Tellez Flores, Juan Manuel Eugenio Ramírez de Arellano Niño Rincon, Adolfo Gilly, Maria Eugenia Niño Rincon, Luciano Valentinotti, Sabina Longhitano, Francesca Gargallo Celentani, y otras 64 personas más.