A comienzos de este año, la Policía Federal reportó dos altercados con supuestos miembros del crimen organizado en las localidades michoacanas de Apatzingán y Tanhuato, en el que 50 personas murieron, sólo uno de los muertos fue del bando de los de uniforme.
En ambos casos lo que realmente ocurrió fue que la Policía acribilló a civiles desarmados y supuestos «sospechosos» mientras corrían en dirección contraria. Huían de los tiros. Al respecto, la Organización Human Wrights Watch emitió un informe que, mediante el relato de testigos presenciales de los hechos, desmonta la versión oficial de que la matanza fue producto de un ataque de los muertos y no de los policías.
Ambos episodios se suman a la tendencia general registrada en las acciones enmarcadas en la guerra contra las drogas, que ha servido como un paraguas para un sinnúmero de abusos cometidos por las fuerzas del orden contra la población civil.
En Apatzingán, 6 personas fueron asesinadas por las fuerzas federales el 6 de enero de este año, mientras que la de Tanhuato, murieron 42 “supuestos criminales” y un policía, el 22 de mayo último.
Human Wrights Watch es la segunda organización internacional que posa su atención sobre estos mismos episodios. “De acuerdo a la evidencia disponible, estamos frente a dos atrocidades mayúsculas de las fuerzas de seguridad mexicanas. Mientras el gobierno insisten en que la policía actuó correctamente en ambos casos, lo que describen los testigos son, claramente, ejecuciones extrajudiciales”, sostuvo Daniel Wilkinson, de la organización, citado por la reportera Katherine Corcoran, para la Agencia AP.
Las ejecuciones extrajudiciales se dispararon desde que la guerra contra las drogas expandió miles de uniformados por las “tierras calientes”, en dónde pasó a regir un régimen de excepción. Como en una verdadera guerra, los soldados y policías hacen de juez y parte: detienen, juzgan y aplican el castigo, a quienes ellos mismos señalan o sospechan de narcos.
La tortura se generalizó como método de interrogatorio, como lo demostró un video que circuló en redes apenas, en que puede verse a una mujer soldado asfixiando a una joven que entre sollozos jura y perjura no saber quién es la “María” en la que se empeña en preguntarle la que victimaria. También le pone el arma en la cabeza, simulando un fusilamiento. La joven finalmente se desmaya.