Unión Hidalgo, Oaxaca. Para Flor de Liz Sánchez Toledo, de 41 años de edad y originaria de este municipio, elaborar dulces típicos para la celebración del Todos Santos (Xandú’) es un acto de resistencia, pues pocas mujeres eligen este oficio, debido a que estar parada largas horas frente al fogón de leña a altas temperaturas no lo hace cualquiera.
De coco, chilacayota y biznaga son los dulces que elabora y vende desde hace más de 40 años. A pesar de que la biznaga está en peligro de extinción, explica Sánchez a Desinformémonos, su consumo es moderado y respetado, pues ya es una tradición.
Comunicóloga de profesión, Flor de Liz diseña de forma artesanal los dulces típicos que se colocan en los altares o biguie’ o biye’. Herencia de su madre, Antonia Toledo Antonio, de 70 años de edad, Flor de Liz aprendió a elaborarlos de forma tradicional, orgánica y con mucho amor.
En entrevista desde su hogar, Flor de Liz reconoce que hoy en día las mujeres de su edad prefieren ya no hacer este tipo de actividades, pues se requiere pasar horas en el fuego de altas temperaturas.
“Son horas y horas de trabajo. Lo que se requiere es paciencia y amor. Llevo casi 20 años elaborando dulces, gracias a mi madre Antonia. Sigo su legado y me gusta, me apasiona, es una forma de recordar que estamos vivos”, dijo.
Para la artesana, los dulces típicos son tradición y se deben conservar. “Lo único que yo aporto es mi conocimiento, esa herencia que me dejaron, y que sigue viva”, aseguró.
El Xandú’ en Oaxaca
El biye’ o biguie’ es el culto a los muertos que resiste y vive entre los pueblos zapotecas de Oaxaca para reencontrarse con sus seres queridos. En Juchitán se celebra el 30 y 31 de octubre y no el 1 y 2 de noviembre, y lo hacen en sus hogares y no en los panteones.
Tomás Chiñas Santiago, historiador zapoteca, explicó que la palabra Xhandu’, que algunas personas usan para nombrar esta época, es un vocablo castellano zapotequizado proveniente de “Santo”.
Según Chiñas Santiago, los zapotecas tenían un calendario religioso que comenzaba el 8 de febrero, al inicio del ciclo agrícola, y culmina el 25 de octubre, al inicio del Gusibaa; es a partir del fin de este calendario cuando le rendían culto a sus muertos y lo llamaban “Biguie’”.
Del 25 al 30 de octubre, los zapotecas creen que se abre el inframundo, uno de los tres segmentos del universo indígena -“el cielo, la tierra y el inframundo”-, para que lleguen las almas de sus familiares difuntos; por ello los reciben con entusiasmo y compartían con ellos sus cosechas.