Réplica a la Carta de la doctora Paloma Escalante Gonzalvo de Felipe I. Echenique March y ahora también dirigida a su defensor de oficio, el también doctor Gilberto Aviléz Tax, ya que el comité ejecutivo del sindicato de académicos del INAH, no la quiso distribuir y cuyo contenido se actualiza con el nuevo texto del doctor referido, que se inserta al final de este escrito con todos los otros documentos para que el lector tenga la película completa.
“Porque si solo decimos no al tren, la gente se está muriendo de hambre. Podemos incidir en qué sí hacer y, vigilar que se hagan bien”, dijo Escalante. Lo primero que se debe aclarar es que el artículo de la Doctora Escalante ¿NOS ROBARÁ EL TREN EL PARAÍSO? publicado en La Jornada el jueves 18 junio de 2020 no es un avance de un texto científico, como señaló la doctora, sino es un escrito de opinión-divulgación a favor de la aporía del Tren Maya, por lo que resulta un comunicado de propaganda, que respalda la falsa paradoja de la 4T sobre mantener y ahondar “la realidad degradada y degradante”, natural y social del sur sureste mexicano o el Tren Maya (sic) como vehículo de desarrollo. De ahí el título metafórico socarrón con que presentó la doctora el artículo de marras, y su contenido. Y lo antes dicho no se vaya a tomar como un infundio, grosería o insulto, ya que la propia doctora en la carta circulada por el comité ejecutivo del sindicato de investigadores del INAH, indicó: “Yo partí de esa idea (estaba en contra del tren maya), pero como se trataba de mi tierra de adopción quise corroborar de qué se trataba, qué pensaba la gente, y al verlo no me quedó más que apoyarlo.” Esa posición partidista, aunque presentada con un tono de ingenuidad desconcertante o estremecedora para quien está leyendo a una doctora en antropología, es a fin de cuentas honesta y valiente, pero por desgracia, ese no fue el tono general de la carta difundida por el comité ejecutivo del sindicato, sino el de la apologética victimización de la doctora, que justo al recurrir a tan manido recurso retórico, les permite con pluma flamígera señalar culpables y lanzar acusaciones que inhiben el debate no sólo académico sino inclusive partidista. Pero antes de entrar de lleno al planteamiento permítaseme un poco de contexto. Lo expresado por la doctora Escalante en el artículo de opinión-divulgación- promoción de la causa de la 4T en relación a la aporía del mal llamado Tren Maya ya se lo habíamos escuchado en dos ocasiones e inclusive ya lo habíamos debatido públicamente. La vehemencia de los planteamientos partidistas de la doctora Escalante se los escuchamos por primera vez en el foro que organizó el comité ejecutivo del sindicato de académicos del INAH llevado a cabo en la ENAH el 8 de agosto de 2019 y, donde por cierto, compartimos la mesa “¿Detonar el desarrollo?” que se puede ver y escuchar en la siguiente dirección electrónica https://www.facebook.com/watch/?v=676544569512052. Vale la pena atender todas las exposiciones que contiene ese video, pero debo advertir que, en la segunda hora con diez y siete minutos, comienzan nuestras participaciones y luego siguen las valiosas intervenciones de otras apreciadas y apreciados compañer@s investigador@s, que refutaron lo planteado por la doctora Escalante. La otra ocasión fue en una conferencia que impartió la doctora Escalante en la misma ENAH en febrero de 2020 y a la cual asistí y discutí con ella. La Conferencia y disputa fue cubierta por la reportera Daliri Oropeza en PIEdePÁGINA bajo el título: Tren Maya: investigación respalda a Fonatur pero pide no tocar Bacalar. https://piedepagina.mx/tren-maya-inah-respalda-a-fonaturpero-pide-no-tocar-bacalar/ Señala la doctora que tiene otros escritos sobre el tren Maya (sic) en su Blog que lleva por título “Diagnóstico y recomendaciones sobre el tren maya (sic) en Quintana Roo”; se trata de un texto colectivo que se inicia advirtiéndole al lector: lo que tiene en sus manos es producto de varios meses de investigación de campo en diferentes localidades de nuestro estado de Quintana Roo. Deseamos compartir con usted, el sentimiento y las expectativas de lo que siente la gente del proyecto llamado Tren Maya. No espere encontrar la parte académica y sustantiva que se dará a conocer posteriormente en un trabajo de mayor envergadura.1 No es malo, ni tiene nada de malo apoyar cándidamente un proyecto económico-partidista como el del Tren Maya (sic), pero se debe tener clara consciencia de que, así como existen quienes los apoyan bajo esas tesituras con propaganda, otros tantos podemos no estar de acuerdo dados nuestros conocimientos y experiencias histórico antropológicas, tal y cual lo comenzamos a manifestar desde el foro referido, en la conferencia de la ENAH y en los escritos en litigio. Además, en la Denuncia de Hechos presentada por nosotros el 15 de mayo y 1 de junio del mismo año del 2020 ante la Fiscalía General de la República y la Secretaria de la Función Pública, se encuentra planteada la oposición al megaproyecto. Dicha recurso parte de señalar la inacción institucional para proteger de la destrucción, saqueo y vandalismo, los cientos de miles de monumentos arqueológicos (cada mal llamado por ciertos arqueólogos “cacharro prehispánico”, es un monumento arqueológico por determinación de Ley (Art. 27 y 28 LFMZAAH)2 que ocurrirá, tanto con el tendido de la vía férrea, 3 como con todo el 1 https://www.trenmayaenquintanaroo.com/2020/01/resumen-del-proyecto.htmlwww. 2 ARTICULO 27.- Son propiedad de la Nación, inalienables e imprescriptibles, los monumentos arqueológicos muebles e inmuebles. ARTICULO 28.- Son monumentos arqueológicos los bienes muebles e inmuebles, producto de culturas anteriores al establecimiento de la hispánica en el territorio nacional, así como los restos humanos, de la flora y de la fauna, relacionados con esas culturas. reordenamiento territorial que detonará, consistente en más de cincuenta polos de desarrollo, entre 18 nuevas ciudades, estaciones, paraderos, parques industriales, agroindustriales, eólicos y hasta parques arqueológicos, que queden descubiertos y expuestos por los trabajos del tren y sus obras anejas, fuera de la potestad del INAH, según se puede leer en el Decreto de ASIGNACIÓN que otorga la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en favor de la empresa de participación estatal mayoritaria denominada Fonatur Tren Maya S.A. de C.V., para construir, operar y explotar la vía general de comunicación ferroviaria denominada Tren Maya, la prestación del servicio público de transporte ferroviario de carga y de pasajeros, la cual incluye los permisos para prestar los servicios auxiliares requeridos4 sino también por la confrontación critica de los resultados obtenidos en los trabajos de campo que hemos llevado a cabo en Quintana Roo, Campeche, Chiapas, Tabasco, Yucatán, el análisis críticos de lo que se conoce del megaproyecto del mal llamado Tren Maya (sic) y el conocimiento de los cinco siglos del coloniaje-despojo endógeno y exógeno iniciado hace quinientos años por los “españoles” y continuado hasta nuestros días, con la anuencia de los gobiernos en turno y ahora de la 4T, ahora por las empresas trasnacionales. Anexamos a este escrito La Denuncia de Hechos y que advierto ha estado disponible en la página de Facebook de quien es esto escribe y la circulamos lo más que se pudo. La noticia de su ingreso a las instituciones antes referidas fue publicada por el Semanario Proceso el 18 de mayo del presente año. Ahora bien, ya puestas las cartas de presentación sobre la mesa y, espero que también en los correos que envíe el comité ejecutivo a todos los sindicalizados, me ocuparé de la carta de la doctora. Es claro que los cinco personajes que refiere la doctora Escalante en su carta, Javier Guerrero, Paul Hersch, Gilberto López y Rivas5 , Ángel Sulub y el que suscribe la presente, desde distintas perspectivas y con variado lenguaje y argumentos en algunos casos coincidentes6 enfrentamos los 3 La propia Secretaría Técnica reconoció en su escrito de 10 de abril de 2019 que podrían quedar afectados más de 3020 que la Dirección de Registro denomina “sitios arqueológicos” fuera del lenguaje legal y que deben reconocerse como zonas arqueológicas y todas aquellas otras que no están descubiertas más las que queden expuestas con las obras anejas. Véase Denuncia de Hechos. 4 Como se puede interpretar este apartado del capítulo II. 2.4. Bienes con valor histórico, cultural o artístico. El Asignatario será el responsable de la preservación y conservación de los bienes asignados que tienen valor histórico, cultural o artístico, registrados o en proceso de registro ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia, por lo que deberá atender en todo momento las disposiciones de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos y su Reglamento, así como las demás disposiciones aplicables, para la debida conservación y salvaguarda de tales bienes. El Asignatario, en ningún momento podrá alterar la naturaleza de los bienes señalados en el párrafo anterior y para cualquier modificación o intervención deberá obtener el permiso correspondiente, según proceda, del Instituto Nacional de Antropología e Historia, del Instituto Nacional de Bellas Artes, o del Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos y la autorización de la Secretaría. DOF 24 de abril de 2020 5 No conozco ese escrito. 6 Paul refirió a propósito del artículo de la doctora, con su característica prosa mordaz pero no exenta de tino que “Los territorios ancestrales se perdieron hace años; los nativos producen cada vez menos por planteamientos esgrimidos en la aporía de la 4t y que sigue a pie juntillas la doctora Escalante: continuación hasta la eternidad de la degradación de la naturaleza y la sociedad de la península de Yucatán, Tabasco y Chiapas o el tren Maya (sic) que terminará remediando ese estado de abandono y descomposición. Pero de ellos no trata la doctora Escalante y mucho menos los combate abierta y públicamente, con más y mejores sarcasmos e ironías que los exhibidos en los textos que la refutaron, y que dejemos claro: ella inició el uso de una retórica irónica al encabezar su escrito y sus contenidos guiados por la pregunta socarrona ¿NOS ROBARÁ EL TREN EL PARAÍSO? De modo que “el que se lleva se aguanta”, como decían en mi colonia. En lugar de asumir una actitud valiente que desmienta los señalamientos críticos que se le hicieron recurrió a la manida estrategia de victimizarse ante quienes según ella reaccionaron a su escrito con “una gran carga de odio y virulencia ante un pequeño artículo mío que publicó La Jornada”. Quien imputa está obligado a demostrar sus asertos. La adjudicación por parte de la doctora, de esos primeros adjetivos, para los que supone sus detractores, y, para ella misma, por sí mismo, marcan la desigualdad entre los contrincantes, que por supuesto se incrementan el de los maldicientes al mencionarlos por su nombre, aunque luego a todos los reduce y los meta en el mismo costal, junto con los que “celebrando los ataques y descalificaciones” ¿en dónde? ¡quién, sabe! ¡pero son un buen! ¡espetan por allá! o sea ya hay público que se usa para agrandar la figura de los denostadores, mientras que la doctora, ante el lector, es ella sola, –¡montoneros! gritan en la gradas– a través de su pequeño artículo, dice ella 3 cuartillas cuando en verdad son dos, 810 palabras 4 886 caracteres con espacios, “que es lo que pide el periódico, apenas un atisbo a una investigación cuyos resultados, y productos están abiertos y disponibles para quien los quiera ver, en la forma en que yo los puedo mostrar, que es el blog que tengo, llamado trenmayaenquinetnaroo.com” Como se puede ver, sus afirmaciones no son tan veraces como señala y con esa redacción suya ya no atina uno a entender si se lo solicitó La Jornada, pues usted no es diarista, o usted lo envío o sequías; hay tala clandestina; no hay trabajo… Los nativos… no tienen proyectos. Además, ya no hay selva ni diversidad biocultural… por ello… “recurramos al desarrollo, a promesas y soluciones foráneas.” La Asamblea de Defensores del Territorio Maya, Múuch’ Xíinbal escribió una carta muy comedida y respetuosa a La Jornada para exponer su dolencia por lo escrito de la doctora para finalizar “Particularmente grave y preocupante es el cierre del artículo de doña Paloma, que dice así: “(…) el paraíso hace demasiados años que no existe, lo que ya no se puede es no hacer nada. Si transformar esto es lo que ofrece el gobierno, pues hay que poner en esto la esperanza, no a ciegas, sino acompañando, trabajando, vigilando para que las cosas resulten en beneficio del pueblo.” La anexo para que se pueda leer integra al final de este escrito. Por mi parte escribí: muy preocupante que una antropóloga de la ENAH culpe a las comunidades de los pueblos originarios de la deforestación de la selva; que observe que los integrantes de los pueblos y comunidades al no tener trabajo tengan que abandonar el terruños para buscar el sustento en los centros turísticos de Cancún o en EU; que miniminice la existencia de la bio diversidad; que descalifique a los opositores del tren maya usando argumentos policíacos y que sólo encuentre en el tren maya (sic) el remedio que aleje a esos indios pobres y destructores de su nefasto atraso. alguien más se lo solicito, desconociendo los motivos para desplegarlo. ¿Acaso para mostrar que otros investigadores del INAH si estaban a favor del Tren? Pero dejando eso de lado, usted continúa con su campaña de victimización al señalar que tuvo que soportar los vituperios de “rastrera, mercenaria, al servicio del neoliberalismo, racista, que ni colega ya soy”, que por cierto se cuida de no señalar quién se los endilgó, sí los escritores que la refutaron o sus seguidores, ya vueltos gradería a excepción de uno, cuya autoría puede ser pública y notoria, de quien esto escribe, ya que lo subí a Facebook, pero no tengo muchos seguidores, y en los otros escritos no encuentro esos adjetivos lanzados como “campaña de odio” hacia usted. Con esa imprecisión de no referir quién o quiénes le lanzaron eso “vituperios”, señala uno que le parece el estelar y que refiere de la siguiente manera: “que tras la afirmación de racista cierra diciendo que lo habré aprendido en las ´escuelas franquistas de mi natal España´. Lamento decepcionarlos, pero nací y crecí en México”. A lo que debo decirle doctora, no se confunda y, no confunda a los lectores, pues no use el plural porque solamente yo fui quien sostuvo la imprecisión biográfica “de su formación infantil” que no veo por qué tenga que ser considerado como un insulto. Pero vayamos por partes. El identificar en un texto posiciones y argumentos de tipo racista, no considero que sea un insulto, sino una caracterización de una conducta de quien escribe y que va por la vida teniendo ese tipo de conductas, porque a fin de cuentas, es la toma de posición en una sociedad pluricultural y multiétnica producto de una larga historia colonialista exógena o endógena, que debemos aceptar no ha sido superada, aunque no se puede dejar de reconocer que hay quienes intentan trascenderla, pero difícilmente nosotros mismos podemos ser jueces de nuestras conductas; sólo otros pueden hacer las valoraciones correspondientes. Se debe aquí tener presente la sabiduría popular de que “alabanza en boca propia es vituperio.” Me llama la atención que siendo antropóloga considere o interprete la expresión “racista” como un insulto y no como un concepto o categoría, que se utiliza para identificar a personas con sentimiento de superioridad dada su “raza”, grupo u estamento social al que pertenecen sobre otros. Sentimiento que fácilmente conduce a la discriminación hacia los que se perciben como inferiores o diferentes, aunque también puede referir a personas con actitud paternalista, tutelares o compasivas de quien se siente superior hacia quienes ven como inferiores o incapaces de acción por sí mismos y por lo tanto se les debe ayudar y dirigir. Así pues, el calificar una acción o un escrito de “racista” no es un insulto, sino una toma de posición consciente o inconsciente dentro de una realidad pluricultural y multiétnica colonialista. Las acciones que se asumen a partir de ese sentimiento de superioridad o inclusive inferioridad pueden ir desde el odio que lleva al genocidio, hasta esas “buenas intenciones” que parafraseando al clásico: conducen sobre rieles de acero al infierno. Por otra parte debo decirle doctora que el racismo no está de moda, como usted asegura en su carta. Expresiones de ese tipo sobran si no se demuestra la afirmación, a no ser que se quiera provocar una reacción en contra de los adversarios, pues con ese tipo de locución lo único que busca es minimizar simplonamente los planteamientos que se le han hecho sobre sus actitudes racistas. Demuestre que lo que usted expuso no es racista y no tiene nada de paternalista, de conductivista. Yo llevé a cabo mis planteamientos de manera muy rápida como se puede ver en el documento que publiqué en Facebook, pero los de Ángel, al que no tengo el gusto de conocer, los hizo más explícitos y con más detalle.7 ¿Por qué no lo discute en los términos planteados y recurre en el caso de Ángel a descalificarlo con una serie de señalamiento qué a saber si sean ciertos o no? pero no lo refuta: lo que usted hace es acusar y desprestigiarlo. Perdóneme doctora, el documento que usted refiere que es de Ángel no tiene su firma y lo que usted sepa de él o le consta, a nosotros no. Lo que en dado caso a nosotros nos interesaría es que usted discuta los señalamientos que muy puntualmente le hicieron para referir sus actitudes racistas. Por otra parte y por lo que toca a mis imprecisiones, en el punto que estamos tratando del racismo, debo reconocer públicamente que me equivoqué en la procedencia de esa actitud, que fácilmente y descuidadamente la atribuí a las “escuelas franquistas de su natal España.” (A ese desliz biográfico su abogado de oficio refirió que yo la “adjetive como niña franquista”) Tal planteamiento no sólo es equívoco sino infundado, como usted misma lo aclaró en su carta y exhibe nítidamente que cometí un grave descuido al dar por buena una conseja o “leyendas urbanas” (friend of a friend: «historias del amigo de un amigo», FOAFT) que por cierto, qué bueno que aclaró que nació y creció en México, pues en el internet, que es el único medio del que podemos disponer en estos tiempos de pandemia, no pude encontrar datos que desmintieran ese FOAFT. Dicho lo anterior y solicitando una disculpa por esa liviandad, no veo que ello pueda ser un vituperio, insulto, injuria, porque me pregunto ¿acaso con ese señalamiento estoy insultando a todos los niños y niñas que por circunstancias ajenas a su voluntad tuvieron que asistir a la escuelas franquista que instauró el dictador en los territorios de las distintas nacionalidades existentes en el llamado reino de España y que en algunos casos pudieron llegar a México y que inclusive trascendieron junto con millones de catalanes, vascos, navarros, gallegos, etc., la educación fascista impuesta? Yo considero que no la insulté, simplemente y siguiendo el FOAFT, quise ubicar las circunstancias por la que usted se comporta y escribe de esa manera. En verdad le agradezco que nos haya aclarado a todos que nació y creció en México y, que por lo tanto, ni en su infancia o adolescencia estuvo usted en aquel país fascista, pues esos datos no están consignados en el internet, como tampoco los míos y los de otros muchos mexicanos. Doctora, la conmino a que señale en los textos que presentamos los que la refutamos las frases en que la llamamos “rastrera, mercenaria, al servicio del neoliberalismo, racista (que espero ya haya quedado aclarado este punto) y que ni colega ya soy”. 7 Los anexo para que se conozcan. Doctora, usted debería de tener claro que, los textos que uno escribe dejan de ser de los autores, y al convertirse en público se pierde el control de lo expresado en los mismos. No se les puede imputar a los autores lo que el “graderío” haga con ellos, porque aun y con eso de que las palabras fijan algo, nunca son lo mismo para los receptores, porque cada quien interpreta y valora a su modo no sólo los textos, sino aun en muchos casos cada una de las palabras y, aun, su posición dentro de la composición de las frases, párrafos y textos. Por ejemplo, a usted le parecen vituperios las expresiones: “rastrera, mercenaria, al servicio del neoliberalismo, racista y que ni colega ya soy”. Así expresadas fuera de todo contexto y señalamiento de quien las escribió y pronunció, quizás a muchos les pueda parecer un gran insulto y no digo que no lo puedan ser o terminar siendo si se le atribuye a alguien que no es lo que se dice, pero si se le dice por ejemplo a una persona “rastrera” se está diciendo que ha actuado de manera baja, vil, indigna, innoble, ruin, mezquina, etc., y si ello es cierto, no se le está insultando porque se conduce conforme a esas conductas, por los cual se le etiqueta de esa o de otra manera. No es su caso, pero usted, usa esos adjetivos para señalar indirectamente que los que la refutamos lo hicimos y eso es una mentira de a kilo o demuéstrelo. Ese proceder suyo, está establecido para justamente iniciar una campaña de odio contra quien estamos en contra del mal llamado Tren Maya (sic). Lo mismo le puedo decir de esos otros adjetivos que usted califica de vituperios y que de nueva cuenta no sabemos quién, cuándo y dónde le lanzaron de “mercenaria, al servicio del neoliberalismo”. Aunque bien vistos, esos tampoco son vituperios, injurias, salvo que usted por ejemplo demuestre que no está al servicio de una causa y es claro que usted está al servicio de la causa de la 4T en el mal llamado Tren Maya (sic), usted mismo lo ha dicho y reconocido. Por otra parte si López Obrador o usted misma siguen la ideología neoliberal es un debate y no un insulto. Las prácticas de esa doctrina del capitalismo depredador –menos Estado y más IP, menos regulación y más mercado– han dado por resultado las realidades que hoy estamos padeciendo. Discutámoslo sin victimizarse. El Tren Maya (sic) no es la única vía para que los pueblos y comunidades originarias –que por cierto no todos son ejidatarios– salgan de ese “empobrecimiento” y “degradación” que según la 4T y usted terminan destruyendo lo muy poco que queda de la selva y no cinco siglos de coloniaje exógeno y endógeno. Construir esa aporía es una posición económico-partidista, discutámoslo en esos terrenos y no en el terreno de la victimización apologética de sí misma y ahora con la comparsa de su abogado de oficio. P.D. A usted, no le recuerdo que haya participado en alguna asamblea o en alguna movilización o acción que hayamos emprendido desde el sindicato o fuera de él, ya fuera para la defensa de lo que se llama patrimonio cultural o alguna otra comisión. Trabajar en la misma institución no necesariamente nos hace cófrades, camaradas, compañeros o colegas, nos hace ser trabajadores del INAH y dentro de dicha institución me he comportado como eso y al servicio de todos los profesores investigadores cuando me ha tocado el privilegio de servirles desde los puestos sindicales en que me han honrado colocarme, sin filias ni fobias por lo que dicen o hacen, porque a final de cuentas todos somos trabajadores del INAH y debemos conducirnos conforme al marco legal que nos permite serlo.
Atentamente Felipe I. Echenique March.
Cuando leí, el mamotreto de la Dra.Paloma Escalante G. me interrogue como es posible que una persona con cierta preparación y de una Institución de un prestigio excelente, hiciera estos comentarios fuera de toda realidad y que no hubiera alguien que la pusiera en su lugar, pero días después apareció una carta de distinguidos académicos de esa H. Institución donde aclaran la postura equivocada de la Dra. Paloma, más bien partidista, por decir lo menos. Doctor, muchas gracias por darnos la oportunidad de saber con certeza lo que muchas personas ignoramos, pero estamos conscientes de que nuestra postura de NO al Tren Maya, es la correcta. Saludos