En el año que termina, Yenín y Nablus -dos ciudades del norte de Cisjordania- volvieron a estar en las noticias debido a la reaparición de actividad armada palestina. Las dos ciudades fueron epicentro de acciones armadas durante la segunda intifada, hace 20 años, y las dos sufrieron también la invasión y destrucción por parte de las fuerzas israelíes.
Al igual que hace dos décadas, en Yenín la actividad se concentra en el campo de refugiados del mismo nombre, y en Nablus en la Ciudad Vieja -y también en el campo de refugiados de Balata-. Según el mandato recibido en los Acuerdos de Oslo, la Autoridad Palestina se dedicó durante estas dos décadas a suprimir y reprimir a las organizaciones armadas en Cisjordania, en estrecha coordinación con las fuerzas israelíes. Y lo hizo de manera eficiente, aparentemente. Todos los militantes que pasaban por las cárceles de la AP, poco después de liberados eran arrestados por Israel (o viceversa). Esporádicamente surgían -y surgen- en ambos lugares episodios de enfrentamientos entre las fuerzas de la AP y distintos grupos armados, desde las brigadas de los partidos históricos (Fatah, Yihad Islámica, Hamas, FPLP) hasta bandas dedicadas a actividades criminales de dudosa índole (en el caso de Balata) que generaron incluso enfrentamientos internos.
Pero las características de esta nueva fase son diferentes (como se verá en los artículos a continuación): los nuevos grupos armados no se identifican con un partido especial, sino que son nuevas formaciones donde participan militantes independientes o de las alas armadas de los distintos partidos en forma unitaria (como ocurre ya en Gaza); sus integrantes son muy jóvenes (de 18 hasta 30 años), su extracción es de base comunitaria y -salvo algunas acciones puntuales realizadas en Tel Aviv– actúan principalmente en su zona de residencia, dirigiendo su accionar hacia los soldados y los colonos violentos de los alrededores, en los checkpoints militares y cruces de carreteras, y también defendiendo su barrio o mujayyam durante las incursiones de las fuerzas israelíes.
Su lucha armada no pretende obtener victorias ante la poderosa maquinaria bélica israelí, sino inspirar a la juventud y despertar un sentido de dignidad y esperanza entre sus conciudadanxs. Prefieren morir resistiendo antes que aceptar la muerte en vida y sin futuro a que los condena el régimen colonial. Quizás por eso, los integrantes de estos nuevos grupos armados son admirados por sus familias y comunidades, que los cobijan y protegen, a pesar del altísimo precio que la brutal y desproporcionada represión israelí les hace pagar.
A continuación, el resumen semanal de coyuntura de Mondoweiss, enviado el 21/11/22:
West Bank dispatch (Despacho desde Cisjordania) – Nov. 14 – 21
Mártires, lobos solitarios y leones clandestinos
En los últimos meses se ha visto la evolución de dos dinámicas en paralelo: la proliferación de ataques de ‘lobos solitarios’ y la expansión de grupos de resistencia armada organizados. Israel se ha esforzado por erradicar ambos tipos de resistencia, pero ha tenido bastante menos éxito a la hora de anticipar y prevenir las acciones de los lobos solitarios.
La semana pasada comenzó con un atentado de apuñalamiento y embestida de ‘lobo solitario’ perpetrado por Muhammad Murad Souf (18), que causó la muerte de 3 colonos israelíes en la zona industrial de Ariel. La semana terminó con la incursión del ejército israelí en Yenín en busca de un combatiente de la resistencia palestina en la mañana del 21 de noviembre, durante la cual los soldados dispararon y mataron al joven Mahmoud al-Saadi durante los enfrentamientos con el ejército. Esta semana también ha sido notable por una declaración del grupo de resistencia armada con sede en Nablus, la Guarida de los Leones, en la que el grupo anuncia que ha adoptado un cambio de táctica para enfrentarse al ejército israelí.
La operación en Ariel se produjo después de dos semanas de relativa tranquilidad en el frente de la resistencia, con escasos informes de operaciones −tanto de ‘lobos solitarios’ como de la resistencia armada organizada− en Cisjordania. Antes del ataque con arma blanca en el asentamiento de Ariel, el último apuñalamiento de un lobo solitario se produjo el 3 de noviembre, cuando un estudiante universitario palestino de 20 años murió tras apuñalar a un policía israelí en la Ciudad Vieja de Jerusalén ocupada. Antes de la operación en Ariel, tampoco se había oído mucho sobre la Guarida de los Leones, que no había emitido ninguna declaración oficial reivindicando la responsabilidad de las operaciones armadas contra la ocupación israelí desde el 9 de noviembre.
Las operaciones de los lobos solitarios son formas de resistencia fundamentalmente ofensivas, y durante los últimos siete años Israel ha sido en gran medida impotente para evitar que se produzcan. Por definición, los ataques de los lobos solitarios no dependen de una amplia red de personas, no requieren recursos significativos y a menudo utilizan cuchillos, pistolas u otras armas rudimentarias. También suelen ser más mortíferos, pues se producen a quemarropa y sin apenas planificación previa. Udai al-Tamimi mató al soldado israelí Noah Lazar utilizando sólo una pistola, y logró eludir una masiva persecución militar durante 10 días antes de hacer su última parada, mientras que Muhammad Souf mató a tres colonos con un cuchillo y un auto.
La respuesta israelí y la vasta campaña de detenciones de cualquier persona en los círculos sociales inmediatos de esos lobos solitarios ha sido tan histérica como ineficaz. La razón principal es que estas operaciones de resistencia individual se han llevado a cabo a menudo de forma espontánea e independiente de cualquier estructura organizativa infiltrada o fuertemente vigilada.
Por otra parte, la actividad militar de los grupos armados en Nablus y Yenín ha sido en gran medida defensiva, al lanzar operaciones contra objetivos militares israelíes cercanos o disparar contra las incursiones de las fuerzas israelíes y las invasiones de colonos cerca de la Tumba de José (Nablus). El número de bajas registradas en las filas israelíes por parte de esos grupos ha sido limitado.
La operación llevada a cabo por Raad Khazem, en la que murieron tres israelíes, fue única en el sentido de que, si bien se trató de un ataque de lobo solitario, Khazem también procedía del campo de refugiados de Yenín, y era producto del resurgimiento de la presencia armada en Yenín. Tras la operación de Khazem, Israel anunció que lanzaría una guerra contra el campo de Yenín y contra los bastiones de la resistencia armada en Cisjordania, y fue la inauguración de la Operación Romper la Ola en Yenín.
En otras palabras, el acto más mortífero de los grupos de resistencia armada, y el que instigó la operación Romper la Ola, fue un ataque de lobo solitario.
Israel se ha acostumbrado a lidiar con grupos armados organizados −compuestos por un amplio número de integrantes− que pueden ser infiltrados, vigilados y convertidos en blanco para ser aniquilados. Los grupos de resistencia armada de Nablus y Yenín han sido objeto de un esfuerzo concertado de contrainsurgencia por parte de Israel, marcado por asesinatos selectivos, amplia recopilación de información y extensos operativos de búsqueda y captura. Uno de los mayores ataques masivos a la Ciudad Vieja de Nablus, el pasado mes de octubre, asestó un importante golpe a la Guarida de los Leones al asesinar a Wadee al-Hawah, uno de los principales líderes del grupo, junto a algunos de sus compañeros. Tras el asesinato de Hawah, varios miembros de la Guarida de los Leones se entregaron a la Autoridad Palestina a cambio de una supuesta amnistía, lo cual dejó en la incertidumbre el destino del grupo.
En general, esto ha significado que la contrainsurgencia israelí ha podido alcanzar objetivos concretos en su intento de erradicar la infraestructura de las organizaciones de la resistencia. Aunque Israel se ha vuelto experto en infiltrar y atacar a estos grupos, la brutal campaña de asesinatos israelí parece haber sido facilitada en parte por las medidas de seguridad relativamente laxas adoptadas por los combatientes de la resistencia, la mayoría de los cuales eran adolescentes y veinteañeros sin formación militar formal.
Pero algo de esto podría estar cambiando, como indica la reciente declaración de la Guarida de los Leones en su canal de Telegram.
El 20 de noviembre, el grupo anunció que el sábado había atraído a una unidad de fuerzas especiales israelíes hacia la Ciudad Vieja de Nablus en su búsqueda de “líderes de la Guarida [de los Leones] que son desconocidos para el público en general.” En una aparente emboscada preparada por el grupo armado, la unidad de fuerzas especiales israelíes se vio enfrentada a tiroteos y explosivos “desde tres direcciones”, lo cual, según el comunicado de Telegram, hizo que el ejército pidiera decenas de refuerzos antes de retirarse. El comunicado continuaba saludando a “todos los combatientes de la Brigada Balata y a nuestras valientes facciones que participaron en esta batalla.”
Pero lo más notable de la declaración era su indicación de que la Guarida de los Leones “ahora está enfrentando al ocupante con tácticas diferentes”. La declaración decía:
[La Guarida de los Leones] ha escondido a sus dirigentes y a sus soldados. La fuente de información de la ocupación sobre la Guarida ha sido cortada, y ni la ocupación ni sus colaboradores saben nada de ella. Por lo tanto, apelamos y les pedimos a todos que no difundan ninguna foto de un combatiente de la resistencia en las redes sociales, ni siquiera en mensajes privados, y que se abstengan de fotografiar a ningún combatiente de la resistencia.
El comunicado continúa apelando a la ciudadanía para que deje de utilizar las cámaras de seguridad. “Ustedes no saben lo que nosotros sabemos de la capacidad de la ocupación para piratear estas cámaras y rastrear con facilidad los movimientos de los combatientes de la resistencia”, afirmó la Guarida de los Leones.
El comunicado finalizaba con la promesa de que la Guarida de los Leones vive y lucha:
“Lucharemos hasta el último combatiente, la última bala, la última gota de sangre. Daremos nuestras vidas por vuestros hijos, nuestras vidas por vuestro honor, y todos moriremos, mientras vuestras cabezas se mantienen en alto y vuestras banderas permanecen izadas.”
Traducción: María Landi.
Leer: La historia de la Guarida de los Leones, de Mariam Barguti y Yumna Patel para Mondoweiss, traducido por Javier Villate en su sitio Diferencias.
Leer también:
– The Jenin Brigades and The Lions’ Den: Palestine’s new resistance, de Hani Al-Masri para Middle East Eye
– The rise of Jenin’s armed resistance, de Shatha Hammad para Middle East Eye
– Inside the Lions’ Den: Will Palestinian resistance keep growing?, de Zena Al Tahhan para Al Jazeera
– Palestine: Nablus rallies around the Lions’ Den despite setbacks, de Ahmad Al-Baaz para Middle East Eye.
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