El pueblo wixárika acompañó un foro con una ceremonia de renovación del mundo en la zona arqueológica de Cuicuilco, Ciudad de México, en el que se manifestó en contra de las empresas mineras y anunció que este martes buscará entregar al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sus demandas para frenar los proyectos extractivos en el territorio sagrado de Wirikuta, los cuales han provocado escasez de agua y han destruido sus tierras.
Los representantes del pueblo participaron en el Encuentro con el Consejo Regional Wixárika por la Defensa del Territorio y los Lugares Sagrados, en el que los pueblos originarios, barrios y colonias de la Ciudad de México en defensa de la vida también expusieron las problemáticas a las que se enfrentan los pobladores en lugares como Magdalena Contreras, Xochimilco, Santa Úrsula, Carrasco y Coyoacán, debido al crecimiento inmobiliario y sobre todo la escasez de agua.
La participación del pueblo wixárika en el Encuentro formó parte de las actividades que organizó en la San Luis Potosí y la Ciudad de México para exigir la protección y renovación del territorio sagrado Wirikuta, amenazado por el cacicazgo, las minas, las eólicas y otros proyectos extractivos.
Durante el encuentro, la comitiva de autoridades wixárika propuso crear un frente común en defensa del agua, el territorio y en contra del despojo provocado por los grandes desarrollos inmobiliarios y mineros.
El pueblo también organizó ceremonias, ofrendas y manifestaciones artísticas y espirituales para renovar el compromiso con sus deidades y pedir «por la renovación del mundo», así como realizó peregrinaciones desde las comunidades de Nayarit y Jalisco hacia Wirikuta, en el cerro Quemado, San Luis Potosí, para pronunciarse por la restauración de la relación con la naturaleza.
En el pronunciamiento, el pueblo wixárika explicó que su rechazo a los megaproyectos es por la destrucción a los ecosistemas y el despojo cultural y territorial que representan, y abogaron por la planeación de proyectos sustentables para el medio ambiente.
Aseguraron que ni los negocios mineros ni las tomateras ni los parques eólicos tienen cabida en el Wirikuta «porque necesitan desmontar el paisaje sagrado», por lo que pidieron al gobierno federal y de San Luis Potosí respetar y proteger el territorio sagrado.