Foto: César Martínez López
Mujeres migrantes enfrentan racialización que las convierte en víctimas de delitos relacionados a la trata de personas, limitando sus libertades y violentando sus derechos humanos, acusa el informe Como ven me tratan: el perfilamiento racial en la migración.
El diagnóstico, realizado por el Observatorio de racismo en México y Centroamérica, pone en evidencia las prácticas a las que recurren las personas servidoras públicas enfocadas en los procesos migratorios, las cuales exhiben que el establecimiento de perfiles raciales continúa siendo una práctica extendida en la región.
Ejemplo de ello fue la detención por agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) de tres personas indígenas tseltales de Chiapas, dos de ellas mujeres -de las cuales una era una niña en aquel momento- junto a un hombre. El argumento empleado por las personas servidoras públicas fue que las víctimas “no parecían mexicanas”.
“Las dos mujeres y el hombre fueron privadas de la libertad por una semana; en ese período de tiempo vivieron hostigamiento, tratos crueles e inhumanos, en las que les obligaban a firmar documentos donde aceptaban ser de Guatemala y ser deportadas a dicho país. Es decir, un caso de expulsión de nacionales bajo perfiles raciales”, refiere el informe.
Cabe destacar que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha manifestado que “el establecimiento de perfiles raciales es un mecanismo selectivo y discrecional de detención e investigación de personas que afecta directamente a la población afrodescendiente”. En ese sentido el Observatorio entiende al perfilamiento racial como la acción de considerar sospechosas a las personas por quienes son, por el aspecto que tienen, el tono de su piel, su origen étnico o nacional, su idioma o acento, y no por un comportamiento objetivo que sea ilícito.
Otro ejemplo lo revela una entrevista que realizó el Observatorio a una persona exservidora pública del INM, quien refirió que los agentes identifican a las personas migrantes con base en el olor de la persona o grupos de personas. En otras palabras, “la entrevistada señaló la existencia de una práctica entre las y los agentes de catalogar a los grupos de migrantes con base a su aroma, atribuyéndose cargas y valores sociales con base a dicho marcador”.
Mujeres no denuncian tortura o discriminación racial
El Observatorio consultó a las fiscalías estatales de México sobre denuncias de tortura o discriminación racial presentadas por personas migrantes. También se solicitó información a los poderes judiciales con la objetivo de conocer la existencia de sentencias condenatorias por tortura donde la víctima sea una persona migrante.
Sin embargo, el Observatorio descubrió que algunas fiscalías no desagregan la información por estatus migratorio de la víctima y por género, ya que se pudo observar una baja de cifras de denuncias por parte de mujeres migrantes.
“La preponderancia de denuncias por hombres migrantes víctimas de tortura en comparación al ínfimo número de mujeres migrantes denunciantes, puede explicarse por los motivos de género que subyacen a las mujeres que viven no sólo tortura en términos llanos, sino que vienen aparejados de tortura sexual, y que entre sus múltiples y muy difícilmente superables consecuencias, se haya la abstención de denuncia ante autoridades de los Estados por la revictimización que implican dichos procesos de acceso a la justicia en su estado actual”, señaló el informe.
En lo relativo a sentencias por el delito de tortura en perjuicio de una persona migrante, el Observatorio de Racismo en México y Centroamérica informó que no ser encontraron resoluciones condenatorias en ninguno de los 32 estados de la República mexicana.
Ante este panorama, el informe destaca la necesidad de profesionalización y constante formación de agentes de procuración de justicia y seguridad para evitar que repliquen la discriminación racial, además de tipificar y sancionar la utilización del perfilamiento racial.
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