Periodistas de diversos medios informativos se manifestaron ayer frente a la representación del gobierno de Veracruz en el Distrito Federal, para protestar por los homicidios de Regina Martínez, corresponsal de la revista Proceso, y los comunicadores Guillermo Luna, Gabriel Huge y Esteban Rodríguez, ocurridos recientemente en esa entidad.
Frente a una gran cantidad de reporteros y camarógrafos congregados ante las rejas de la sede del gobierno veracruzano –muchos por cubrir la nota, pero también otros en solidaridad con sus colegas–, Julio Hernández López, columnista de La Jornada, dio lectura a una carta mediante la cual un grupo de periodistas lamenta las agresiones, y advierte que este gremio sigue siendo muy vulnerable ante la ola de violencia que azota al país. Los nuevos asesinatos, dijeron, colocan al ejercicio informativo en una situación particularmente peligrosa, ante la cual los suscritos demandamos un alto a las agresiones y una recta aplicación de la justicia
. Asimismo, subrayan que lo sucedido en Veracruz “no es privativo de esa entidad. A lo largo del país se reproducen las condiciones que propician los ataques a periodistas y se registran agresiones cotidianamente, sin que exista preocupación, prevención y protección reales por parte de las autoridades. El oficio de informar se ha convertido en México en una actividad de altísimo riesgo ante la impune ofensiva de grupos de la delincuencia organizada y de autoridades e instituciones penetradas y a veces virtualmente manejadas por esos delincuentes
. Por todo ello, y ante el deseo de muchos gobernantes de silenciar a los medios hasta establecer una suerte de estado informativo de excepción, en donde sólo se puede publicar lo que los poderes permiten
, los organizadores de la manifestación demandaron el esclarecimiento puntual de los asesinatos recientes en Veracruz, una recta aplicación de la justicia, y el freno a las agresiones en todo el país, no sólo en forma de ataques físicos directos, sino también en cuanto a amenazas y presiones.