En el intenso ahora, película brasileña de João Moreira Salles, exhibiéndose en el Foro de la Cineteca.

El registro fílmico que la Mamá del realizador hace en la China comunista durante un viaje turístico en 1966 e imágenes de diversas películas documentales y de ficción del Mayo francés del 68 sirven de base para armar una película que nos hace reflexionar sobre la militancia política y la felicidad, también del recuerdo, la alegría, la historia. Hay una intención manifiesta de encontrar en esas imágenes signos de la felicidad, en esos dos tipos de narraciones hay muchos significados si uno los sabe ver. El 68 en París es muy revelador, en mayo se ganaron las calles y con esto parecían proponer que la felicidad está en la calle. Lo estuvo en las asambleas, en las barricadas, en la posibilidad de que cualquier ciudadano tomara la palabra. Es un momento histórico donde se vivió la alegría y la felicidad de que otro mundo es posible. Es una película sobre el pasado, también del recuerdo y sobre el paso del tiempo y de ¿cómo se pierde la capacidad de ser feliz?.

No hay ninguna imagen filmada para este documental, todo existía ya, nada nuevo, sin embargo, bajo un formato muy tradicional de voz en “off” e imágenes históricas de archivo, este director brasileño construye una narración muy sólida a partir de darle otro significado a las imágenes, diferente de la primeros motivos con que fueron filmadas, de desconfiar de la primera lectura, de verlas una y otra vez para sacar a la luz toda aquella información y significados que están ahí y que no los vemos hasta después de numerosas vistas.

Es una película sobre tener el sentido de la vida y perderlo, es una película histórica sobre el 68 en Francia y un viaje a China en plena Revolución Cultural, es sobre todo un discurso sobre el Ahora, hay ciertos momentos en la Historia donde la intensidad es tan grande que el pasado y el futuro no existe más, se vive plenamente en el ahora, en el intenso ahora, en ese aprendizaje de la revolución posible, pero llega el fin de esa pasión, todo pasa y viene lo que viene después, se vive la tristeza del fin del movimiento, ya sea por la vía de la victoria o la derrota, la nostalgia de esos momentos plenos de vitalidad ya que el regreso a la cotidianidad duele.

Seguramente en los próximos meses en nuestro aniversario de el movimiento estudiantil, aparecerán numerosas películas sobre el tema, muchas de ellas giran sobre el momento más dramático y definitivo, el 2 de octubre, es normal, aquí a diferencia de Paris sí hubo muertos, por eso el dos de octubre no se olvida, sin embargo hay otros momentos que han sido eclipsados por Tlatelolco, sobre todo nos hemos olvidado de muchas pequeñas victorias al ganar las calles en las grandes manifestaciones o en las brigadas en los barrios y mercados populares donde había mucha alegría y felicidad en ese intenso ahora.