Roma, 5 mayo. Desempleado desde hace meses, un albañil de 56 años padre de cuatro hijos se quitó la vida ahorcándose con un cable en Nápoles. En Cerdeña, un pequeño empresario de la construcción puso fin a su miseria de un tiro, después de haber tenido que despedir a sus propios hijos. Y es que en Italia apenas pasa un día sin que se conozca un suicidio que tenga como trasfondo el endeudamiento y la crisis económica. Son sobre todo pequeños empresarios del próspero norte de la tercera economía europea quienes no encuentran otra salida. Algo parecido ocurre en Grecia, donde la tasa de suicidios ha aumentado dramáticamente en los años recientes. En ninguno de los dos países mediterráneos hay estadísticas concretas sobre las causas de los suicidios. Pero incluso cuando no hay cartas de despedida, está claro que el aumento de este tipo de muertes –de cerca de 20 por ciento en ambos países– es un barómetro de la crisis. Los empresarios se ven obligados a menudo a esperar durante mucho tiempo hasta que las endeudadas administraciones les pagan por sus servicios o mercancías. Como consecuencia, no pueden pagar sus créditos. En Grecia, la presión fiscal aumentó considerablemente, al igual que el desempleo en medio de la recesión. Y son muchos quienes se ven sometidos ahora a la presión del gobierno para que paguen los impuestos que deben. En Italia, la asociación de contribuyentes Federcontribuenti ha recurrido a la Fiscalía ante esta masacre social
: quieren que se investiguen las causas sociales de decenas de casos de suicidio desde principios de año. Tan sólo en Génova se registraron 5 por ciento más suicidios en los últimos cuatro meses que en el mismo periodo de 2011.
no haber introducido nada más que nuevos impuestos en estos meses. Miles de personas se manifestaron recientemente en Roma para mostrar su apoyo a los pequeños empresarios que ven peligrar su existencia a causa de una crisis que se prolonga desde hace años. Por su parte, el obispo de Padua, Antonio Mattiazzo, creó un fondo para ayudar a los más necesitados. Y los familiares de los empresarios que se suicidaron crearon una asociación: su objetivo es que nadie más llegue al punto de tener que prenderse fuego, como hizo a finales de marzo un empresario ante la oficina de Hacienda de Bolonia. En Grecia
la cifra de suicidios creció aproximadamente 20 por ciento en los últimos tres años, apuntó el siquiatra Vassilis Kontaxakis. El ministro de Salud, Andreas Loverdos, habló hace pocas semanas de un aumento de hasta 40 por ciento, aunque no es fácil determinar si ese incremento se debe únicamente a la crisis financiera.