Foto: Una mujer carga con bidones para el agua en un poblado en Somalilandia. (Álvaro Minguito)
Cerca de 690 millones de personas pasan hambre en el mundo, 750 millones han sufrido inseguridad alimentaria grave y un 16% de la población mundial (1.250 millones) han sufrido inseguridad alimentaria moderada. Lo peor del informe presentado por la FAO es la constatación de que las cifras siguen en aumento: entre 2018 y 2019, año de referencia del informe, aumentó en diez millones el número de personas afectadas por el hambre. El incremento se debe, aventura la agencia internacional, a conflictos armados y a las consecuencias de la crisis climática.
El informe anual sobre Seguridad Alimentaria de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) publicado ayer, 13 de julio, es pesimista en cuanto al efecto que el covid-19 va a tener sobre el acceso a la alimentación de millones de personas.
“Las evaluaciones preliminares basadas en las últimas perspectivas económicas mundiales disponibles”, explica la FAO “sugieren que la pandemia de covid-19 puede agregar entre 83 y 132 millones de personas al número total de personas desnutridas en el mundo en 2020”, dependiendo, explican, de la intensidad del shock económico provocado por la pandemia y las políticas de confinamiento.
Así las cosas, la propia FAO reconoce que es muy poco probable que se logre invertir la tendencia, y casi imposible alcanzar el objetivo de desarrollo sostenible de hambre cero en 2030, una fecha en la que, según las estimaciones de Naciones Unidas, el número de personas en situación de hambre excederá los 830 millones.
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