Ya sea en el tren de carga, albergues o caminos de extravío, las personas migrantes no salen de la escena, el flujo es cotidiano. Muchos de ellos, golpeados, lastimados o con miedo, avanzan en su intento por llegar a los Estado Unidos, y en su viaje se encuentran a decenas de militares, durante operativos al tren o escondidos en brechas dispuestos a cazarlos.
Publicado originalmente en Movimiento Migrante Mesoamericano