El comedor popular Luisa Toledo en Chile

El Pueblo

Se confeccionan volantes para las familias explicando cuál es la diferencia entre la solidaridad en el pueblo y la caridad de los ricos, porque el asistencialismo sirve a que la gente se inmovilice y nosotros queremos motivarlos a ver la solución de los problemas -que se creen individuales-, en la colectividad, en la organización de su misma población.

La iniciativa surge a partir de la organización de jóvenes populares que implementan las colonias urbanas en la población durante el verano. Desde entonces, se venía madurando la idea de apoyar en la alimentación de algunos niñ@s y sus familias, ya que se daban cuenta durante las colonias populares, que los niños sólo comían ahí.

A raíz de esto, se realiza un pequeño catastro y luego la iniciativa toma un giro, ya que sobreviene la pandemia del COVID 19. Se convocan más organizaciones a la iniciativa de la olla común que proponían las colonias populares y pasan a formar parte del grupo El Colectivo Las Brujas, la Escuela Popular Camilo Cienfuegos, La Radio Villa Francia y el Colectivo Territorial VF.

A continuación, se inicia una campaña vía internet y redes sociales con un afiche, llamando abiertamente a colaborar para juntar donaciones, ya sea en dinero, útiles de aseo, mercadería o trabajo…

El hecho de que esta organización popular esté conformada por vecinos y vecinas poblador@s lleva también a la reflexión de la necesidad de entregar el almuerzo listo y cocinado.

En ocasiones se puede regalar mercadería y si bien es un aporte, los pobres sabemos que uno de los gastos fuertes en la familia es el “gas”. Otro factor es el tema de las familias contagiadas con COVID-19 que hacen cuarentena y, de este modo, reciben el alimento listo y preparado.

Los adultos mayores también agradecen que, apenas tienen que salir al antejardín, reciben la comida y no deben salir a comprar.

Se hizo un catastro inicial donde se calculaban 50 almuerzos aproximadamente por día; para el día lunes se hicieron 51 almuerzos, el martes 98, el miércoles 115, jueves 120 y viernes 113. Totalizando, en una semana se prepararon  362 raciones de adultos, 128 raciones de niños y niñas, y 7 raciones de bebés.

Visualizando esto, el día miércoles se decide cambiar la organización de una olla común a un comedor popular. Para ello se elaboraron volantes para las familias explicando cuál es la diferencia entre la solidaridad en el pueblo y la caridad de los ricos, porque el asistencialismo sirve a que la gente se inmovilice y nosotros queremos motivarlos a ver la solución de los problemas que se creen individuales en la colectividad, en la organización de su misma población.

Este grupo de compañeros y compañeros somos pobladores de aquí mismo, no nos sobra ni la plata ni el tiempo, pero consideramos que el Estado deja al pueblo a su suerte y nosotros pensamos que no nos puede ser indiferente la pobreza y el abandono de nuestros vecinos.

Todos los que trabajamos y pertenecemos al Pueblo estamos expuestos a quedar sin trabajo y perder el sustento de nuestras familias. La situación económica en nuestras vidas es siempre transitoria, no tenemos tierras, empresas, ni colchones de dinero en el banco para estar tranquilos, pues vivimos al día, a la semana, al mes.

Invitamos a todos y todas a replicar estas iniciativas solidarias, de comunidad en sus poblaciones y ocuparlas también como espacio de educación política entre vecinos y vecinas; así nos armamos y preparamos para la vuelta a las calles después del COVID-19.

¡¡¡Arriba la solidaridad del Pueblo!!!

¡¡¡Abajo el plan hambreador de Piñera!!!

¡¡¡Que la crisis la paguen los ricos!!!

Villa Francia, 9 de mayo de 2020

Publicado originalmente en El Pueblo

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