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El cine de Paul Leduc: compromiso y estética

Gaceta UNAM

Un documental y ensayo fílmico sobre la explotación de los otomíes en el valle del Mezquital, en Hidalgo; una cinta de ficción sobre la vida de Frida Kahlo en la que destacan su actividad política, su obra y el México de su época, filmada con un gran sentido pictórico; una adaptación de Concierto barroco, novela de Alejo Carpentier, traducida en viaje a través de la historia de Iberoamérica y de la música, casi sin diálogos, pura música y cine, son las tramas y temas de Etnocidio. Notas sobre la región del MezquitalFrida, naturaleza viva y Barroco, algunas de las películas más reconocidas del cineasta mexicano Paul Leduc.

El director será homenajeado en la edición 14 del Festival Internacional de Cine de la UNAM (FICUNAM), a través de la retrospectiva Sinfonía insurrecta: el cine de Paul Leduc.

Obras restauradas o proyectadas por primera vez y diversas actividades alrededor del cineasta y de su filmografía habrán de articularse con esta retrospectiva, la primera en la que el público podrá admirar la mayor parte de su producción.

Además de las cintas mencionadas podrán verse los largometrajes: Historias prohibidas de Pulgarcito (1980), ¿Cómo ves? (1986), Latino Bar (1990), Primer encuentro continental de la pluralidad (1992) y Dollar Mambo (1993). Los cortometrajes documentales y de ficción: Religión en México: Chiapas (1968), Comunicados del Consejo Nacional de Huelga (1968), Psicoprofilaxis (1970), Sur sureste: 2604 (1973), entre otros. Además, tres cintas con las que Leduc incursionó a finales de los años noventa en la animación 3D y el cine infantil.

Y algunos capítulos de la serie televisiva Con la música por dentro (1985), sobre el ingenio musical de los habitantes de Ciudad de México.

Al rescate del acervo

Después de la desaparición de Paul Leduc, en 2020, sus hijos Valentina (realizadora y editora cinematográfica) y Juan (diseñador gráfico, investigador iconográfico e ilustrador) se dieron a la tarea de convocar a un equipo profesional para crear un acervo con los documentos y películas del cineasta. La Filmoteca de la UNAM se involucró en el proceso: y Juan estuvo a cargo de la parte del archivo de documentos, mientras que Valentina se enfocó en todo lo relacionado con las películas.

“Nosotros coordinamos un poco el proceso para estar cerca de nuestro padre, y varias personas se encargaron del verdadero trabajo de digitalizar y catalogar los cerca de 5,000 documentos, entre guiones, fotografías, cartas, etcétera. Esto y la búsqueda y restauración de películas ha sido un camino de más de tres años que tiene una especie de conclusión en el Festival”, comenta Juan Leduc.

Así nació el Acervo Paul Leduc, que puede consultarse en línea, en el sitio de la Filmoteca. También aparecieron materiales con los que se conformó el libro A la altura de los ojos. Una visita al Acervo Paul Leduc, que se presentará en el FICUNAM.

“Lo enfocamos en los proyectos que no pudo hacer. Fue lo más sorpresivo, la cantidad de guiones y proyectos que llegó casi al punto de filmar, y otros que fueron sólo bocetos. Pero estamos hablando de decenas de proyectos, que intentó realizar en distintas ocasiones. Invitamos a varias personas a escribir y hablar de diversos temas relacionados: su etapa vinculada con las guerrillas de Centroamérica, el proyecto frustrado de filmar una adaptación de Bajo el volcán, que escribió con García Márquez y con José Agustín, por ejemplo”, explica Juan.

Por su parte Valentina Leduc se refirió a la ardua tarea de encontrar negativos, hablar con productores, gestionar o recuperar derechos. “Hizo una adaptación para serie de La cabeza de la hidra, de Carlos Fuentes, y aún no podemos hallar una copia en buen estado. La búsqueda de derechos es muy compleja. Y por otro lado tenemos el tema de la restauración, como la que hizo Televisión Española con la copia que veremos de Barroco, y la posibilidad de recuperar cintas como Latino Bar, que nunca se ha exhibido en México”.

La relación de Valentina y Juan con su padre no podía escapar del todo de los intereses personales del cineasta: su compromiso social o sus luchas en el cine. “Era implacable en la congruencia de su ideología con su vida cotidiana. Ese ejemplo me ha marcado de manera contundente. Era muy radical en su pensamiento y en su forma de ver la vida y en su manera de hacer cine. Su búsqueda creativa no paraba y su estilo era inconfundible. No hablábamos mucho de cine pero sí muchísimo de política”, concluye Valentina.

Publicado originalmente en Gaceta UNAM

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