Caminos de la Memoria

Colectivo Huellas de la Memoria

El caminar de una década

Para Letty, Lucía, Alfonso, Martha, Lourdes, Olga, José Carlos, Lupita y todxs aquellxs que cumplen una década en resistencia, búsqueda y exigencia de justicia.

Estamos a principios de enero, el frío cedió un poco, la ocupación hospitalaria en el Valle de México está por encima del 90%, 2020 quedó atrás pero no la pandemia; seguimos en semáforo rojo. Las actividades programadas en el Muro de la Memoria de la Fiscalía General de la República tuvieron que ser canceladas para cuidarnos entre todxs. Dentro de poco se cumplirá un año desde que comenzamos a pegar azulejos en ese muro; comenzamos en enero de 2020 cuando se cumplían 10 años desde que fuera desaparecido Óscar Antonio López Enamorado. Ese año, el año pasado, muchxs familiares cumplieron una década de búsqueda y este año que está entrando, 2021, muchxs otrxs cumplirán también una década.

Cuando montamos la última exposición de Huellas de la Memoria con casi todos los zapatos y las huellas, al acomodarlos como siempre, cronológicamente (para nunca olvidar que este es un problema que viene de antaño y que fue la impunidad de ayer la que permitió el desastre de hoy), vimos cómo el bloque más grande, significativamente más grande que cualquier otro, lo conformaban las huellas que cuentan sobre desapariciones de 2010 y 2011. Por eso esta columna la dedicamos a ellxs, a quienes llevan una década caminando en la búsqueda de sus amores desaparecidxs.

El año pasado, con la contingencia por la pandemia, ya no pudimos conmemorar en el Muro de la Memoria a todos los aniversarios de 10 años, pero hoy los nombramos aquí. El Muro ha sido tomado para recordar a lxs que tanta falta nos hacen y para, a la vez, exigirle a la FGR, que está enfrente, que lxs busque, que lxs encuentre, que dé con la verdad y haga justicia. En esta década transcurrida, no lo ha hecho. El Estado sólo pidió disculpas públicas en algún caso, pero sin localización, sin presentación, sin verdad y sin justicia esas disculpas son cascarones vacíos, simulacros.

Fotos: José Carlos Castro Gurrola cumplió este 5 de enero de 2011 una década en la búsqueda de sus hijas y su esposa, Karla Verónica y Johana Castro Campillo y Josefina Campillo, quienes fueran desaparecidas en Jalapa, Veracruz. José Carlos les dedica este mensaje: “Hijas, me hacen falta. Sólo espero que estén con su mamá cuidándolas y las sigo buscando.”

A través de las Huellas recibidas en nuestro acervo podemos observar que hace 10 años se vivieron los momentos más terribles de la mal llamada guerra contra el narcotráfico, que en realidad ha sido un simulacro del Narcoestado en el que quedamos atrapadxs lxs ciudadanxs.

Fotos: Olga Lidia Salazar cumplirá una década buscando a su hija, Marion Ivette Sampayo Salazar, este 14 de enero. Ella le dedica estas palabras a su hija, quien fuera desaparecida en Poza Rica, Veracruz: “Te seguiré buscando y no importa el tiempo que pase y el camino que tenga que recorrer. Sé que Dios guiará mis pasos y acompañará en este largo caminar. Te amo Peke”. 

Aunque sabemos que nuestra muestra representa tan sólo un fragmento de la amplia red de resistencia que se ha gestado en el país para buscar a las personas desaparecidas, en forma de Huellas, han compartido con nosotros sus historias muchos familiares que comenzaron su andar entre 2010 y 2011: Lourdes Huerta; María Dulce Vallejo; Letty Hidalgo; Alfonso Moreno; Lucía Baca; Guadalupe Aguilar; Ana Enamorado; Patricia Manzanares; Angélica María Ávila; María Herrera Magdaleno; Rubén Gabriel Rodríguez; Virginia Salinas; Virginia Herrera; Mercedes Ruiz; Ixchel Teresa Rodríguez; María de los Angeles Mendieta; Olga Lidia Salazar; Ruth Yolotli Manríquez; María Cristina Reyna Brito; Martha de Alejandro; Rosa Angélica Lara; Chayito Muñoz; Mayra Nelly González; Silvia Ramírez; Silvia Rodríguez; Fausto Gómez; Omar Ortiz Ruiz; Alma Miriam, Yolanda Aldaco; Adela Sandoval; Brayan Oziel Sánchez de Alejandro, Carmen García y Oscar Flores; Mireya Villareal; Érika Garza; Ramiro Hernández; Nancy Rosete; Irene Silos; Luisa Muñoz y Fernando Romo; Martha Ceja; Oralia Nájera; María Salvadora Coronado; José Carlos Castro Gurrola; Diego Enciso; Marta Julia Zacarías; Irma Yolanda Pérez; María Esther Contreras; Nati Guerrero; Celia García; Luly Hernández; Maricela Alvarado; Elena Larios; Mirna del Carmen; Samuel Mejía; Raúl Arriaga; María Eugenia Padilla García y Juan Carlos Trujillo.

Cumplen ya una década de caminar, de buscar, de exigir, de gastarse los zapatos en marchas, en averiguaciones propias, en búsquedas interminables; una década también de colectivizar la lucha, de hacerse familia entre lxs que también buscan.

Foto: Lupita Aguilar cumple una década buscando a su hijo este 17 de enero. José Luis Arana Aguilar fue desaparecido en Tonalá, Jalisco. Su madre le dedica este mensaje: “Mis pies se cansarán de caminar pero mi alma y corazón jamás te dejarán de buscar Pepe. Tu mamá.”

Letty Hidalgo es mamá de Roy Rivera Hidalgo, quien fuera desaparecido el 11 de enero de 2011 en Monterrey, Nuevo León, cuando hombres armados vestidos como policías entraron a su casa de noche y se lo llevaron frente a su madre y a su hermano. Ella en esta década descubrió que “vivimos bajo la desprotección total de una autoridad, del Estado –dice Letty (2021)– ya que fueron causantes de que esto nos sucediera, puede ser que de una manera directa, en mi caso porque algunos de ellos portaban chalecos de policías, o indirecta, por no hacer absolutamente nada para buscar y encontrar a Roy. Entonces ahí nos falla el Estado. Nos vuelve a fallar al no encontrar ni vivo ni muerto a mi hijo. Y nos vuelve a fallar al no encontrar a los causantes directos del secuestro, así que no recibimos justicia. […] Estamos peleando contra un monstruo.”

Foto: Letty Hidalgo cumplió este 11 de enero una década buscando a Roy, quien fuera desaparecido en Monterrey, Nuevo León.

Esta fuerte crítica al Estado la comparte Olga Lidia Salazar, quien este 14 de enero cumplirá 10 años caminando en la búsqueda de su hija Marion Ivette Sampayo Salazar. “Mi andar y mi búsqueda y mi lucha –nos dice Olga Lidia (2021)– ha sido durante todos estos años con la insensibilidad de las autoridades, que no han hecho nada por buscarla. Y ahora con el cambio de gobierno la búsqueda de mi hija se va a hacer más difícil, porque los fideicomisos con los que nos ayudábamos para poder buscar a nuestros familiares desaparecidos al igual que ellos fueron desaparecidos por este gobierno.” Nos cuenta también que, en la búsqueda de su hija, las autoridades han sido negligentes y omisas, como por ejemplo cuando la Ministerio Público (MP) adscrita a su caso iba a tener una diligencia con un preso de un CEFERESO, quien supuestamente les iba a dar pistas sobre Marion Ivette y cuando llegaron a la cita el reo ya había sido puesto en libertad.1

Foto: Martha Ceja cumplirá este 24 de enero una década en la búsqueda de su hijo Edgar Rafael González Ceja, quien fuera desaparecido en Michoacán. Su madre le dedica este mensaje: “Hijo, aunque termine ampollada y sangrando de los pies, no pararé hasta encontrarte.”

Martha Ceja (2021) nos ha dicho que los momentos iniciales son un peregrinar de dolor y angustia. Quienes iniciaron su búsqueda entre 2010 y 2011 enfrentaron no sólo la zozobra de no saber el paradero de su ser querido sino también se vieron obligadxs a arriesgarse a buscar en las condiciones de violencia que dominaban los territorios y las carreteras.

El número de violaciones a Derechos Humanos producidas en esos años tuvo como resultado la producción de grandes cantidades de sobrevivientes, de manera que, aunque casi todas las búsquedas iniciaron en solitario, poco a poco las personas empezaron a acompañarse en los recorridos para realizar búsquedas y exigir justicia.

A la búsqueda, incluso en colectivo, se sumó el descubrimiento de la desprotección del Estado y a la pelea contra ese monstruo de la impunidad, se le suman las heridas internas de una década. “Han sido 10 años de nuestra vida en los que nos hemos ido consumiendo en lo interior, en lo emocional” (Letty Hidalgo, 2021).

Fotos: Lucía Baca y Alfonso Moreno cumplirán este 2 7de enero una década en la búsqueda de su hijo Alejandro, quien fuera desaparecido viajando en carretera en Nuevo León. Su madre le dedica estas palabras: “Caminando te busco, mi corazón seguirá tus huellas”. Y su padre: “Querido Alex, te seguiré buscando hasta el final de mis días.”

Las buscadoras y los buscadores han aprendido estrategias de búsqueda, de autocuidado y en resistencia al abandono de las instituciones, se cuidan entre ellxs y comparten con otrxs sus saberes. Como nos dice desde Nuevo León Lourdes Huerta: “Muchas sabemos movernos, muchas hemos tocado puertas muchos años pero hay mucha gente que no. Gracias a todo el trabajo que hemos hecho las familias a lo largo de una década ahorita que, por desgracia siguen habiendo desapariciones, la gente se acerca y ya es más fácil ayudarla y decirle a dónde tiene que ir, con quién tiene que ir, contactarla directamente. Ya no es recorrer miles de puertas como hicimos nosotras al principio” (2021).

En este caminar han emprendido recorridos en campo, como nos cuenta Olga Lidia, quien de las búsquedas en Poza Rica, donde fue desaparecida su hija, nos dice que sólo si va la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) les mandan a personal de Fiscalía, SEDENA o Guardia Nacional (GN) a cuidarlos, pareciendo así que sólo cuidan a los de la CNB y no a los familiares, que en otras búsquedas corren mucho peligro por la colusión de las autoridades municipales y estatales con los grupos de la delincuencia.

Nuestra insistencia en recopilar las huellas de las y los buscadores tiene como objetivo dejar plasmados los pasos que han trazado, sus caminos de resistencia frente a la violencia legal e ilegal que sigue desapareciendo personas.

Los familiares en búsqueda, aunque no han encontrado a sus familiares, sí han encontrado a lxs de otras familias. “No hemos encontrado a Roy, no hemos encontrado a nuestros hijos, pero hemos encontrado a los hijos de otras madres. Son logros que, si no los hubiéramos hecho nosotros, ninguna autoridad los hubiera hecho. Está claro que sólo nos tenemos a nosotros, a nosotras” (Letty Hidalgo, 2021).

“A lo largo de este año hemos recuperado tanto gente con vida como sin vida, gracias a Dios han regresado 7 personas sin vida y varias con vida que se han localizado. […] Kristian cumplió 10 años desaparecido el 12 de agosto [de 2020] y seguiremos en la lucha y buscándolo porque no descansaré hasta encontrarlo y en el camino, seguiré ayudando. Ese es el enfoque principal de Buscadoras, ayudar a las personas que se acercan a que sea menos doloroso y difícil el caminar” (Lourdes Huerta, 2021).

A pesar del dolor y el agotamiento que marcan las Huellas del caminar de estxs buscadores, lo que ha sostenido sus pasos a través de una década de búsqueda es la esperanza y la promesa de que no dejarán de buscarlxs ¡hasta encontrarlxs!

1 Olga Lidia Salazar, a pesar de sus críticas, quiere rescatar el trabajo de la Lic. Ana Bertha Salinas de CEAV, del Lic. Géiser Caso Molinari de CNB, del Lic. Cristian Carrillo de la CNDH y del Lic. Óscar Novoa del área de desaparecidos de la CNDH.

Colectivo Huellas de la Memoria

Colectivo que registra las historias de personas desaparecidas y los procesos de búsqueda de sus familiares en México y América Latina. La propuesta es grabar mensajes de lucha y esperanza en las suelas de los zapatos, usados por los familiares durante la búsqueda y denuncia de las desapariciones, y convertirlos en objetos de memoria viva.

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