Colectiva barrio chido de la Merced nace por “un trabajo en comunidad, en colectivo, con y directamente desde la ciudadanía, eso nos da fuerza y empoderamiento que puede generar grandes cambios dentro de la comunidad” dice Valeria Reyes, una de las fundadora de la colectiva. Es una agrupación nueva pero con raíces profundas.
Muy pronto, antes de cumplir un año de fundada, la cuarentena por el Covid-19 planteó un reto que la colectiva resolvió con lo que mejor sabe hacer, invocar la empatía e identidad en el barrio, uno de los más antiguos de la Ciudad de México: “Vino a darnos una sacudida, como sociedad, ver los lazos que tenemos que tener de amistad y que una tragedia como esta no nos vaya a separar” comenta Alejandra Luna, otra de las fundadoras. Con base en donaciones principalmente en especie, lograron distribuir más de 200 despensas a personas en situación de calle y desempleados del barrio. También sirvieron comida preparada a varias docenas más de vecinos en situación similar.
“Venimos de varios proyectos, hicimos una rodada, un baile para el barrio, una posada en la iglesia de la palma”, señala Carina Jazmín, quien además explica que una de las razones para la creación de esta colectiva fue dar opciones de actividades a los niños del barrio que no cuentan con espacios ni deportivos ni culturales y deambulan sin una actividad por las calles.
El Taller de Rap, impartido con la colaboración de Kukulkan Antisistem, fue la primera actividad de este grupo con un logro concreto, los niños grabaron el resultado. “Lo que pretende la colectiva es una integración, porque todos habitamos el mismo espacio y por consiguiente nos pertenece a todos”, No venimos a confrontar a nadie ni somos parte de algún partido político, estamos para demostrar que con voluntad las cosas se pueden hacer, explica Valeria Reyes.