El antifeminismo de Mujica y los silencios de las izquierdas

Raúl Zibechi

El semanario Voces publicó el 19 de diciembre una larga entrevista al ex presidente José Mujica, en la que vierte críticas despectivas hacia las mujeres y las sexualidades disidentes. En su opinión, el feminismo es “inútil” y la agenda de derechos “es una expresión de la estupidez humana”, frase que encabeza la portada del semanario.

Siguiendo el hilo de la entrevista, Mujica repasa muchos aspectos de la realidad mundial y regional, pero cuando se le pregunta por los migrantes negros, responde: “No somos racistas pero mejor que estén lejos”. Luego menciona la agenda de derechos para detenerse en su crítica al feminismo.

“Es bastante inútil el feminismo, porque creo que el machismo es un hecho y que la agenda de derechos de la equiparación es inobjetable. Pero la estridencia también termina jodiendo a la causa de la mujer, porque crea una antípoda quejosa. Excita lo reaccionario de la propia sociedad, que está ahí. Ahí te salen los Maninis y los otros”, señala en referencia al líder de Cabildo Abierto que cosechó el 11% de los votos y movió el tablero de la política uruguaya al posicionarse en la ultraderecha.

Mujica agrega dos conceptos más. “Me resisto a que el feminismo pueda sustituir a la lucha de clases”, es la primera. La segunda dice: “La mujer siempre es una madre. Y nosotros andamos por el mundo siempre precisando una, porque, si no, no sabés dónde tenés la camisa”.

Se sabe desde siempre que Mujica profesa ideas conservadoras, no sólo en la cuestión de género y de los colectivos LGBTT, sino también en materia económica y ambiental (“hay que hacerle un monumento a la soja”, dijo cuando era presidente). Debe reconocerse que tiene el valor de decir lo que piensa de las feministas y cabe destacar que no vetó leyes sobre derechos como hizo Tabaré Vázquez con la ley de aborto en su primer gobierno.

Sin embargo, la forma como expresó sus diferencias y cómo valora el papel de las mujeres en la sociedad, merecen la censura por apuntalar la discriminación y la violencia. En particular, cuando se refiere a la senadora Constanza Moreira como “burra”. El grupo Mujeres al Frente consideró que sus expresiones se enmarcan en “violencia política” y señaló que el partido “no puede mirar para el costado cuando se suscitan estas violencias, vengan de quien vengan”.

Una de las afirmaciones más censurables de Mujica, consiste en culpar a las mujeres del ascenso de la ultraderecha. Dice que sus demandas excitan lo que ha de reaccionario en nuestras sociedades. De ese modo, sintoniza con una idea consistente en no protestar, no elevar demandas, como forma de evitar que la nueva derecha crezca. Por ese camino, nunca se hubiera conseguido nada para los trabajadores.

Pero si siguiéramos la lógica de Mujica, que deduce que el crecimiento de la ultraderecha se debe a la “estridencia” del feminismo (como si ese crecimiento no tuviera relación con el avance del extractivismo), podríamos decir que de forma indirecta sus declaraciones favorecen o encubren los feminicidios; cosa que por cierto no pienso.

Pero creo, como él mismo lo dice, que sus argumentos tienen un punto de anclaje que es necesario desnudar: la lucha por el poder estatal. Le molestan el feminismo y la agenda de derechos, porque provocan un ascenso de la derecha, sin reflexionar sobre la justicia de tales demandas o las razones de fondo de la mentada “estridencia” de las mujeres.

La segunda cuestión irritante es su visión simplista que dice: o lucha de clases o lucha feminista, estableciendo una jerarquía que siempre perjudica a las y los oprimidos, sean mujeres, gays, lesbianas, indígenas o negros. Establecer jerarquías entre las diversas opresiones es tanto como remachar la subordinación de los más débiles, las personas y sectores sociales que no ocupan el centro de la escena política.

La tercera es el lugar de madre que otorga a la mujer. Pensaba que este tipo de razonamiento había sido desplazado del mundo de las izquierdas, luego de más de medio siglo de feminismo. Sin embargo, Mujica conecta con las ideas y actitudes más retrogradas en nuestras sociedades, las que enarbola la derecha conservadora, a la que le ofrece argumentos desde una supuesta izquierda.

La cuarta cuestión es probablemente la más importante. Hubiera esperado reacciones fuertes de la izquierda, entre ellas las de quienes criticaron con extrema dureza a la feminista y antropóloga argentina Rita Segato, por sus opiniones críticas hacia Evo Morales. Sin embargo, pasan los días y se registraron sólo reacciones puntuales dentro de Uruguay, lo que configura un panorama que contrasta vivamente con los ataques sufridos por Segato.

Encuentro dos razones para explicar los silencios de hoy, como la batahola de ayer. Una es el “mandato de masculinidad” que Segato denuncia desde hace ya mucho tiempo. Los varones estamos ante un desafío mayor: desmontar el papel asignado por el sistema, que obliga al hombre a exhibir su potencia masculina para que lo consideren merecedor de ese lugar. En suma, “ser hombre=ser macho”.

Es evidente que la mayor parte de la izquierda, sobre todo la más “radical” (en Uruguay la corriente tupamara), no ha avanzado en una dirección emancipatoria. Prueba de ello es que sólo Jorge Zabalza, entre los principales referentes de esa corriente, ha declarado explícitamente su apoyo a las feministas. Los dirigentes del partido de Mujica (el MPP) están haciendo honor al “mandato de masculinidad” al mantener riguroso silencio sobre sus declaraciones.

Pero hay otro elemento que me parece más grave aún. El pragmatismo está haciendo estragos ya que inhibe el debate franco y abierto, como ya sucedió respecto a Evo Morales, cuando le gritería sustituyó los intercambios de ideas. Lo que predomina es una cultura política de apoyo incondicional a caudillos o, por el contrario, la crítica feroz a esos mismos caudillos. Pero en ambos casos sin debatir sobre qué tipo de sociedad queremos, ni sobre qué tipo de activistas necesitamos.

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10 Respuestas a “El antifeminismo de Mujica y los silencios de las izquierdas”

  1. Qué buen ejercicio de imaginación, Zubechi. Ahora, estaría bien que, más allá de los titulares, leyeras la entrevista de Mujica, distinguieras bien lo que dice el entrevistador de lo que dice el entrevistado, supieras poner entre comillas lo que son referencias irónicas a otros discursos, distinguieras lo que piensa de lo literal, y luego lo volvés a escribir. Porque lo de «desinformémomos» es una figura retórica, no? O va en serio?

  2. Siempre he dicho que El Pepe Mujica es un viejo baboso y decrepito, al cual el poder le dió la oportunidad de sacart todas sus frutraciones y expresarla como verdades absolutas. Y lo patético es que muchos creen que lo suyo es fruto de la capacidad acumula pie el tiempo y que se llama experiencia. ¡No! Es la
    decrepitud expresandose en abuso de lo que fue el poder politico.

  3. Excelente respuesta Yacumino, iba a comentar lo mismo pero ya no hace falta. Sacar de contexto frases de una entrevista para hacer decir al entrevistado lo que a mí me parece no es de periodistas, es de perioducho tendencioso nomás.

  4. Por un lado es correcta la lectura de las palabras de Mujica, tanto es así que no sólo las mujeres frenteamplistas salieron al cruce, sino que en el plenario del Frente Amplio se marcó. Lamento que zibechi sólo lea y escuche lo que dicen los varones que callan siempre.

  5. Todo el website pierde credibilidad cuando noticias como estas son publicadas, no defiendo a Mujica, solo os dejo un tip de comunicación. Al publicar notas como estas te creas una amplia acogida, titular tentador para muchas personas identificadas con las izquierdas, feminismo y corrientes del cambio a nivel mundial. Otra vez una «portavoz» del feminismo descontextualizandolo todo, victimazando, sembrando odio. Camuflado en «análisis» este que post no cita por ejemplo los enlaces a la fuente, esto lo hace dudoso. Además, exigir la censura, ¿acaso no es lo mismo pero del otro lado, censurar a quienes no están del lado de nuestros ideales? El mismo problema, pero del otro lado. Una pena, el proyecto suena muy bien y realmente podría ser un espacio para informarse. Está bien cuestionar pero no olvidemos primero cuestionarnos a nosotres mismes. Saludillos.

  6. Myrna Minkoff

    Muy buen análisis. Con único que discrepo es con llamerle «izquierda radical» al MPP porque lo único que tiene de radical es la violencia. Los DDHH tienen importancia nula en su agenda, tanto así que siguen defendiendo a los delincuentes de lesa humanidad de la dictadura y burlándose de «las viejas que buscan huesitos». No tienen propuestas ni han hecho absoluitamente nada (Mujica fue presidente 5 años) que propenda a un cambio de infraestructuras productivas. La reforma agraria? Viva la soja! Extranjerización de la tierra? viva upm! Lo único que hace bien es violentar a la gente. Eso no debe confundirse con radical. Radical es hacer cambios de raiz, o sea infraestructuras y el mpp no tiene ni idea de lo que es eso.

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