El libro Veracruz en asedio, escrito durante la pandemia de COVID-19, da cuenta de las violencias y desplazamientos que ocurren en esa entidad federativa por medio de testimonios de quienes viven una guerra desde el miedo y el terror a los éxodos forzados organizados por los delincuentes; la organización que emplean los pobladores que se preparan para aislarse, o la resiliencia de las madres que se incorporan a colectivos para encontrar a familiares desaparecidos.
El texto, de Margarita del Carmen Zárate Vidal, que fue presentado en la Casa de la Primera Imprenta de América de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) por la doctora Yanina Ávila González y el maestro José Luis Soto, aporta al entendimiento de la violencia que existe en Veracruz.
Desde un acontecimiento doloroso y violento “que marcó a mi círculo afectivo cercano –la inmigración de su bisabuela Irene a Mérida, a causa de la guerra Francoprusiana– y de mi visión reciente de las ciudades veracruzanas como un infierno depredador de lugares desolados, abandonados y tristes –a diferencia de su niñez cuando Coatzacoalcos era un verdadero paraíso– emprendí este viaje”, expresó Zárate Vidal.
La doctora Ávila González, profesora del Departamento de Antropología de esta Institución, explicó que la presencia del ejército se percibe en un primer momento tranquilizador, pero que al paso del tiempo la población ha perdido sustancialmente la confianza en su poder, porque a pesar de esto la violencia continúa en incremento.
Veracruz tiene un índice preocupante de pobreza extrema y aunado a la corrupción, la inseguridad, la impunidad, el crimen organizado, el desempleo y el abandono gubernamental, el panorama deriva en urbes y pueblos fantasmas, en un estado teñido de sangre y lleno de fosas clandestinas cuyo dolor y asombro no acaba de comprenderse, añadió la académica de la Unidad Iztapalapa.
La autora señala en su obra que en la actualidad se vive una etapa de enorme corrupción e impunidad, “el exilio que vive en la actualidad Karime Macías, ex esposa de Javier Duarte de Ochoa, ex gobernador de esa entidad, a un lado de la nobleza en el continente europeo”.
El gobierno de Duarte de Ochoa fue el sistema político priísta más opresor y estafador que Veracruz haya tenido –asesorado y confeccionado por Macías–, al considerar los programas del gobierno como patrimonio personal, afirmó la doctora Ávila González.
El maestro Soto enfatiza que la geografía, la historia y la política de Veracruz son las responsables de generar un caldo de cultivo para la violencia que ahora se identifica.
La estrategia de seguridad, inaugurada por Felipe Calderón y seguida por Enrique Peña –expresidentes de México– en la que se desplazan la policía municipal para dar paso a la estatal, junto con el ejército y la marina, desata la fragmentación de grupos criminales, explicó.
“Es decir, antes existía un solo grupo que se dedicaba exclusivamente al tráfico de personas y de enervantes, ahora tenemos muchos dedicados al secuestro, la extorsión, el robo y el cobro de derecho de piso, teniendo como consecuencia –como lo señala la autora– la comisión de violación de los derechos humanos, o delitos de alto impacto –masacres, desapariciones forzadas, desplazamiento forzado interno– y naturalmente se manifiesta en que Veracruz sea una de las entidades con mayor número de fosas clandestinas”.
En otro apartado de la obra, la autora demuestra cómo estas violencias ejercidas por los cárteles se viven de manera diferencial en el cuerpo de las mujeres y de las víctimas indirectas y se manifiestan en feminicidios, trata de personas y prácticas de tortura sexual, entre otras.
Los testimonios de acciones de resiliencia se ubican desde el enojo, el coraje, la solidaridad y la reciprocidad, y fue la cooperación la actividad que impulsó a las madres y familias que buscan a sus hijas, hermanos y hermanos la esperanza, la fuerza y el deseo de encontrarles o en la de los desplazados forzados a dejar sus casas y sus vidas para reconstruir un sustento en otro lugar, concluyó Zárate Vidal.
Publicado originalmente en la UAM