Atenas. Los realizadores griegos Katerina Kitidi, Aris Hatzistefanou y Leonidas Vatikiotis preparan un nuevo documental, Catastroika, con el que evidencian el fracaso del capitalismo privatizador, y su resultado será presentado a finales de marzo en esta capital.
Con su primer filme Debtocracy (Deudocracia), alcanzaron más de un millón de espectadores en Internet y cientos de miles tras su emisión por varias televisiones locales.
“Quisimos evidenciar la falacia del neoliberalismo” explicó Leónidas Vatikiotis, asesor científico y económico del largometraje, “para ello elegimos ejemplos en países ricos, donde se cumplían las propias leyes de mercado”.
El resultado es concluyente y certifica el desastroso resultado de la privatización de la energía eléctrica en California (EEUU) en 1998, el deterioro y aumento de los siniestros mortales en los ferrocarriles británicos tras su venta en 1994, o el saldo de un país entero, Alemania Democrática, entre otros.
Los datos aportados se complementaron con el análisis de destacados intelectuales como la altermundista Naomi Klein, el realizador británico Ken Loach, el pensador marxista Alex Callinicos o el escritor chileno Luis Sepúlveda.
El nombre del documental surge de fundir los términos catástrofe y troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), que tanto daño está causando en Grecia, aclararon los creadores “pero también recuerda el nombre del proceso que puso fin a la Unión Soviética”.
Como en el caso de su primera producción, los realizadores apostaron de nuevo por una financiación colectiva, mediante pequeñas y múltiples aportaciones realizadas principalmente a través de Internet, y en la que se implicaron organizaciones sociales, sindicatos y centenares de personas a título individual.
De este modo consiguieron recoger la práctica totalidad de su presupuesto, y se mostraron satisfechos tanto de la respuesta de cuantos les apoyaron como de la libertad que eso les permite a la hora de trabajar.
Recordaron que su anterior largometraje se realizó con sólo 8 mil euros y que fue definido por el diario británico The Guardian como “el mejor filme de análisis histórico marxista jamás realizado”