Desinformémonos| Ciudad de México. 27/07/2016.- En México el mayor obstáculo que se enfrenta al pertenecer a un pueblo originario es la discriminación, así lo consideró el 43 punto 2 por ciento de personas entrevistadas para la Encuesta Nacional de Indígenas, elaborada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a través del del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) para medir la percepción de quienes no son indígenas sobre quienes sí lo son.
En segundo lugar, las y los entrevistados consideraron que la marginación y la pobreza son dos de los elementos que acompañan regularmente a la discriminación que enfrentan indígenas, opinó el 21 punto 6 por ciento, y la exclusión y el analfabetismo, con 5 punto 8 y 4 punto 3 por ciento, respectivamente.
El 82 punto 9 por ciento de las personas encuestadas ignora la riqueza que existe en el país al contar con una diversidad representada por 64 lenguas, además de sus derivaciones lingüísticas “Peor aún, no son capaces de mencionar el nombre de tres grupos originarios”, el estudio permite ver lo poco estimado que es ese grupo poblacional y cómo ello da lugar al racismo, sostuvo Natividad Gutiérrez Chong, del IIS, quien agregó que para revertir esa situación, se requiere devolver prestigio a los pueblos originarios.
Explicó que existe una fuerte ignorancia de lo indígena que se muestra en los muchos “no sé” que se responden en la encuesta y, a pesar de eso, existe también una estigmatización de las y los indígenas basado en estereotipos que, consideró Gutiérrez Chong, es campo fértil para seguir reproduciendo prácticas racistas y discriminatorias que inhiben la movilidad social. “No podemos superar ese círculo, y habría que insistir en romper estereotipos, esa visión monolítica e innecesaria que tenemos al respecto”.
La mayoría reconoce que a las y los indígenas “les va más mal, que para ellos es más difícil la vida” y por otro lado, el 21 por ciento menciona que la mayor ventaja de serlo es que tienen tradiciones, el 28 punto 4 por ciento no sabe, y 18 punto 1 cree que no hay ventajas.
Las respuestas pueden obedecer, entre otras cuestiones, a la imagen perpetuada que tienen los pueblos originarios como personas que padecen constantemente miseria, marginación y discriminación, sostuvo Natividad Gutiérrez Chong, del IIS.
La también coautora de “Ser indígena en México. Raíces y derechos”, libro de la colección “Los mexicanos vistos por sí mismos”, editada por esta casa de estudios, señaló que del “indio vivo” nadie quiere saber, ni ver, ni estar cerca; tampoco comprometerse en algún tipo de igualdad, equidad o manera que mitigue la ausencia de lo indígena en el pensamiento de la mayoría de los entrevistados (mil 200 personas) en el estudio.
Calificó de “reveladores” los resultados obtenidos a través de la encuesta y explicó que éstos permiten ver qué tan poco estimado es el indígena en nuestra sociedad y cómo ello da lugar a la discriminación y el racismo». Para revertir esa situación, se requiere actuar no sólo en los aspectos económico, simbólico y cultural, sino devolver prestigio a esas comunidades, porque a lo largo de la historia «eso es lo que nos ha faltado de manera apabullante».
Al preguntar si el color de la piel influye en el trato que reciben las personas, 51 punto 2 por ciento respondió que sí y «sí, en parte», 33 punto 4 por ciento. En tanto que el 72 punto 2 por ciento considera que sí hay racismo en México y «sí, en parte», 23 punto 2 por ciento.
Otro de los hallazgos de la encuesta es la contradicción de las y los mexicanos para asumir lo indígena, toda vez que, explicó la investigadora, la identidad nacional nos inculca un sentido glorioso de nuestro pasado étnico y pondera, hasta la repetición, que somos una mezcla, un “resultado feliz” entre indígenas y españoles, principalmente. Se trata de la famosa fórmula del mestizaje. Ese rechazo ocurre aunque el 34 por ciento considera que tiene raíces indígenas, y casi el 27 por ciento que “en parte”.