Hace más de 100 años, la Teoría de la Relatividad General de Albert Einstein predijo la existencia de las ondas gravitacionales que surgen cuando dos objetos masivos del espacio sideral chocan entre sí y producen una serie de temblores y olas en el espacio tiempo. Hoy, la ciencia logró comprobarlas pero, ¿qué nos diría el famoso físico sobre la detección de este fenómeno?
“Es una situación muy curiosa porque Einstein no las buscaba, sino que la ciencia las identificó como una consecuencia de su ecuación, pero creo que finalmente estaría muy contento”, dijo en entrevista para UNAM Global William Lee Alardín, investigador del Instituto de Astronomía.
De hecho, varios científicos y hasta él mismo dudaron sobre su existencia o sólo un artefacto de las matemáticas, porque en aquella época todos pensaban que este fenómeno era imposible de comprobar, detalló el también coordinador de la Investigación Científica de la Máxima Casa de Estudios.
Al respecto, Einstein escribió un artículo que negaba su existencia, sin embargo, nunca fue aceptado. Resultó que en este caso se equivocó, las ondas son reales, además tienen energía y una consecuencia sobre los objetos que los producen, añadió el académico.
Finalmente, creo que el físico estaría satisfecho porque se trata de una consecuencia de su teoría que embona muy bien con varios planteamientos que han sido comprobados a lo largo de la historia, algunas antes de que él muriera. Sin duda, estaría proponiendo nuevas formas de usarlas para aprender más, añadió Lee Alardín.
La detección de ondas gravitacionales y luz
A 130 millones de años luz de la Tierra, dos estrellas de neutrones (cenizas estelares que típicamente concentran 1.4 veces la masa del Sol en un radio de 10 kilómetros) se fusionaron violentamente y produjeron una señal intensa en ondas gravitacionales, y de manera simultánea, un destello de rayos gamma.
Este fenómeno interestelar fue detectado desde la Tierra a través de los observatorios The Laser Interferometer Gravitational-Wave Observatory (LIGO) y VIRGO, el pasado 17 de agosto. Además, el satélite espacial FERMI identificó de forma simultánea un destello de rayos gamma.
Tras esta observación, una cascada de detecciones desde distintos observatorios en la Tierra identificaron horas más tarde la contraparte en luz visible en la galaxia NGC 4993.
Sobre este descubrimiento (ondas gravitacionales y luz al mismo tiempo) William Lee apuntó que se obtendrá información sin precedentes.
La detección se publicó en múltiples artículos, entre ellos, uno en la revista Nature por un equipo de astrónomos de nueve países, encabezado por Eleonora Troja del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA en Greenbelt, Maryland, Estados Unidos, donde participaron Alan Watson y William Lee, investigadores del Instituto de Astronomía.
Una ventana al Universo
En los últimos dos años ya se habían detectado ondas gravitacionales provenientes de la fusión de dos agujeros negros, pero ninguno de esos casos produjo luz al mismo tiempo, explicó Lee Alardín.
En esta última detección, los astrónomos concluyeron que al colapsar las dos estrellas de neutrones emitieron una serie de rayos moviéndose a la velocidad de la luz, desde los gamma hasta los infrarrojos.
Esta observación les permitió a los astrónomos detectar el fenómeno llamado kilonova, que da lugar a la formación de elementos químicos complejos de la tabla periódica, entre ellos el oro y el platino. Así, confirmaron que estas estrellas son uno de los principales productores de materiales pesados en el Universo.
“Si pudiera felicitar a Einstein lo haría, porque el concepto de haber planteado la Teoría de la Relatividad General fue un brinco intelectual impresionante de lo que había en su época, donde teníamos inconsistencias en diversas cuestiones. Nos tomó 100 años poder realizar los avances tecnológicos y construir los observatorios para obtener los datos y confirmarlos”, concluyó.
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