Foto: Cuartoscuro
Ciudad de México | Desinformémonos. El despliegue de más de 6 mil elementos de la Guardia Nacional en el Metro de la Ciudad de México «carece de fundamentos sólidos», pues aunque la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, aseguró que la medida responde a «incidentes “anormales” ocurridos en los últimos meses», las tareas de vigilancia y mantenimiento del Metro «son labores meramente de carácter civil, no militares», aseguró la Red Feminista Antimilitarista.
En un comunicado, la Red agregó que el despliegue de la Guardia Nacional «se tomó sin transparencia y con total opacidad», pues el gobierno capitalino aún no difunde qué actividades realizarán los militares en el Metro, la temporalidad de su permanencia, su retiro y las acciones que se llevarán a cabo para fortalecer el trabajo que realizan los policías.
Las organizaciones que integran la Red, entre las que se encuentra Amnistía Internacional, indicaron que la decisión del gobierno capitalino es además «contraria a lo establecido en los estándares internacionales de derechos humanos», como lo señala la sentencia del caso Alvarado Espinoza y otros Vs. México, en la cual la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) determinó que «el mantenimiento del orden público interno y la seguridad ciudadana deben estar primariamente reservados a los cuerpos policiales civiles».
Destacaron que las fallas en el Metro se explican al revisar los presupuestos y la cuenta pública, que demuestran que el sistema de transporte «no ha recibido el mantenimiento necesario». «El diagnóstico es claro: la austeridad puede tener consecuencias fatales para la integridad y la vida de las personas», las cuales no se resuelven con la presencia de militares, como se ha demostrado desde que se implementó la medida el pasado 12 de enero:
«A pesar de la presencia de la Guardia Nacional, los incidentes en el Metro continúan. Ejemplo de ello son la separación de dos vagones de la línea 7 y la explosión con humo que se registró en la estación Bellas Artes. En ambos casos, la presencia de estos elementos de vigilancia no representó ninguna mejora para la seguridad de las personas usuarias, por lo cual cuestionamos una vez más la pertinencia de tenerles en esta red de transporte».
Por ello, la Red solicitó a la jefa de gobierno de la Ciudad de México que se realice un diagnóstico sobre las deficiencias del Metro y sobre la incidencia delictiva, y se den a conocer los resultados del mismo, así como las acciones que en concordancia se implementarán para solventarlas, así como se transparente el gasto que representa el despliegue de la Guardia Nacional en las instalaciones y se explique «con claridad» la inversión de recursos actual para mantenimiento y modernización de las unidades que brindan servicio en el Metro.
A continuación el comunicado completo:
Las organizaciones que integramos la Red Feminista Antimilitarista externamos nuestra preocupación por el despliegue de 6 mil 60 elementos de la Guardia Nacional en las instalaciones del Metro de la Ciudad de México, desde el pasado 12 de enero, con la finalidad de realizar acciones de vigilancia y seguridad de las personas usuarias de este sistema de transporte.
Esto se suma a la lista de acciones que el Gobierno federal ha llevado a cabo para mantener a las fuerzas armadas como el principal soporte de la seguridad pública en el país. Al respecto, vemos que las decisiones del Estado mexicano van encaminadas a otorgar mayor injerencia a la Guardia Nacional en materia de seguridad pública, lo que puede conllevar riesgos sustanciales para la vigencia y respeto de los derechos humanos.
Esta decisión es contraria a lo establecido en los estándares internacionales de derechos humanos, como lo señala la sentencia del caso Alvarado Espinoza y otros Vs. México, en la cual la Corte Interamericana de Derechos Humanos determinó que “el mantenimiento del orden público interno y la seguridad ciudadana deben estar primariamente reservados a los cuerpos policiales civiles” y que la participación de las fuerzas armadas en estas tareas debe ser excepcional, temporal, restringida, subordinada y complementaria a las labores de las corporaciones civiles, así como regulada mediante mecanismos legales y fiscalizada por órganos civiles independientes.
Por otro lado, nos desconcierta que la presencia de elementos de la GN carece de fundamentos sólidos, ya que, según la propia Jefa de Gobierno ha dicho, la decisión responde a incidentes “anormales” ocurridos en los últimos meses, específicamente el choque de dos trenes ocurrido el pasado 7 de enero. Ante esta situación, recordamos que las tareas de vigilancia y mantenimiento del Metro son labores meramente de carácter civil, no militares.
Finalmente, vemos que la decisión de desplegar a estos elementos de la GN se tomó sin transparencia y con total opacidad, pues no se ha difundido cuál será la estrategia de seguridad que el Gobierno de la Ciudad de México implementará, que debería de incluir las actividades, la temporalidad de la permanencia de la Guardia Nacional, así como su retiro, y paralelo a ello, qué acciones se llevarán a cabo para fortalecer el trabajo que realizan policías.
Las fallas en el Metro pueden entenderse mejor cuando revisamos los presupuestos y la cuenta pública, pues muestran que este modo de transporte, que es vital para los traslados de millones de personas en la ciudad, no ha recibido el mantenimiento necesario. El diagnóstico es claro: la austeridad puede tener consecuencias fatales para la integridad y la vida de las personas.
Hasta el momento no se han ofrecido evidencias que sustenten la idea de que las problemáticas actuales del Metro se deriven de actos intencionados, tampoco de por qué la GN sería la institución adecuada para hacer frente a tales eventos. La narrativa señala a un enemigo invisible que crea incertidumbre y miedo; el papel de las instituciones es brindar certeza y seguridad, no trabajar bajo suposiciones sin sustento.
A pesar de la presencia de la Guardia Nacional, los incidentes en el Metro continúan. Ejemplo de ello son la separación de dos vagones de la línea 7 y la explosión con humo que se registró en la estación Bellas Artes. En ambos casos, la presencia de estos elementos de vigilancia no representó ninguna mejora para la seguridad de las personas usuarias, por lo cual cuestionamos una vez más la pertinencia de tenerles en esta red de transporte.
Por lo anterior, solicitamos a Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, que:
- Se realice un diagnóstico sobre las deficiencias del Metro y se den a conocer los resultados del mismo, así como las acciones que en concordancia se implementarán para solventarlas.
- Se realice y se den a conocer los resultados de un diagnóstico sobre la incidencia delictiva en el Metro, así como las acciones a implementar para prevenir y atender dicha problemática.
- Se dé a conocer la estrategia que se llevará a cabo para fortalecer al personal de policía que tiene como función realizar la vigilancia del Metro.
- Se transparente el gasto que representa el despliegue de la GN en las instalaciones del Metro y se explique con claridad la inversión de recursos actual para mantenimiento y modernización de las unidades que brindan servicio en el Metro.