México no sólo triplicó la recepción de pedidos de asilo de centroamericanos en los últimos tres años, sino que hasta agosto de 2015 había deportado a más de 100 mil personas de esos países, más del doble de las que practicó Estados Unidos. Según datos presentados por la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) de América Latina, las solicitudes de asilo de centroamericanos en México se triplicaron entre 2011 y 2014.
A su vez, entre enero y agosto de 2015 deportó a 107 mil personas, principalmente de Honduras, El Salvador y Guatemala. La preocupación es mayor si se enfrenta este último dato con el siguiente: las deportaciones que practicó Estados Unidos fueron menos de la mitad: 46mil personas fueron expulsadas del país del norte.
Otro dato relevante surge de estas estadísticas: en 2014, 41124 centroamericano pidieron asilo en Estados Unidos, frente a 8mil que fueron solicitados en 2010. El destino principal de la inmigración es el país del norte, no México, que a pesar de ser un país de paso, ha recrudecido la represión contra los migrantes indocumentados (México exigen visa para los habitantes de esos países, también para los Nicaraguenses).
“A pesar de que este gobierno ha avanzado en la legislación, ha empeorado en la práctica. La práctica en la ruta migratoria es atroz. El Plan Frontera Sur es un instrumento criminal diseñado por los dos países México y Estados Unidos, para contener la migración en forma muy violenta y lo están logrando muy bien. Tienen mucho éxito. Su éxito se traduce en el fracaso de los compañeros migrantes que caen en el camino”, explica Marta Sánchez Soler, del Movimiento Migrante Mesoamericano.
Explica que al perseguir a los migrantes de las vías del tren que recorre México de sur a norte, la famosa Bestia, y quitarlo como vía de tránsito, el gobierno quitó el único referente geográfico que había para visibilizar la migración en México. “Ahora que se van por las veredas y se desparraman por las selvas y los pantanos, son presa no sólo del crimen organizado del que ya lo eran antes, también lo son de nuestras bandas locales. Un fenómeno que habíamos eliminado mediante la presión de los estados de tránsito, ahora vuelve a aparecer. Ya no son sólo armas AK las que utiliza el crimen organizado, vuelve a la ruta migrante la muerte por machete”.
Tal es el caso, por ejemplo, de lo denunciado por Elías D´Avila Espinoza, encargado del albergue para migrantes de la Arquidiócesis de Tlaxcala (véase video que acompaña este artículo) que hombres encapuchados han estado disparando hacia los migrantes en los entornos de las vías del tren en esa localidad. Uno de ellos falleció y otro había sido herido en el pecho, pero se recuperaba.
México no cuenta con números claros (ni siquiera aproximados) de cuántos son las personas que pierden la vida sólo por intentar cruzar su territorio sin papeles. Desde el Movimiento Migrante se comunica que tampoco tienen cifras exactas sobre los casos. “Los únicos datos que tenemos son los de los periódicos y de investigaciones que hacemos en los Institutos de Ciencias Forenses (cemefos). Todos los días leemos de alguien que muere, personas que iban siendo perseguidas en un operativo, chocan y muere. Gente que cae al río y a la vista de los oficiales se ahogan porque nadie se mete a salvarlo. La muerte es cotidiana en la ruta migratoria. Además es invisible, porque o acaban en fosas clandestinas o se los comen las aves carroñeras. Eran invisibles vivos y son más invisibles muertos”.
A raíz de esta sangría de población ACNUR emitió su preocupación por el “creciente fenómeno del desplazamiento forzado en Centro América en el llamado triángulo norte, que incluye a Honduras, El Salvador y Guatemala.” Explicó también que las razones son políticas: “las situaciones que impulsan el desplazamiento forzado incluyen la elevada tasa de homicidios, así como el reclutamiento y asesinato de menores, y los niveles alarmantes de extorsión, secuestro y robos a mano armada. También existe un acceso limitado a la salud y la educación, además de numerosos casos de violencia sexual y de género, que obligan a muchas personas a huir de sus hogares y buscar refugio ya sea dentro de sus países o cruzando las fronteras.”
Foto: José Alberto Donis Rodríguez
Video: Eliana Gilet / Elías D´Avila explica las últimas agresiones a migrantes en Tlaxcala, durante la visita de la Caravana de Madres de Migrantes Centroamericanos Desaparecidos