Los desplazados de la localidad duranguense de Tamazula, que ahora viven en la comunidad vecina de Cosalá por la intervención de las Fuerzas Especiales de la Marina en su operativo para capturar al narcotraficante Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”, quieren regresarse a sus casas pero no pueden porque los efectivos de la Secretaría de Marina siguen asentados en sus comunidades.

Eduardo Mejía, secretario del Ayuntamiento de Tamazula, dijo que hasta ahora las familias de las 12 comunidades o rancherías de ese municipio que se trasladaron a Cosalá, Sinaloa, están preocupadas por sus pertenencias, sobre todo por los animales de traspatio que dejaron abandonados porque no hay quién les dé comer, según informa El Siglo de Durango.

En sus respectivas comunidades dejaron abandonadas vacas, marranos, gallinas, caballos, burros, mulas y perros y ya pasaron más de una semana y les preocupa, comenta el funcionario municipal, que están solos sin comida.

«Esa es la preocupación, muchos viven de estos animales y si se les mueren entonces van a batallar para sobrevivir, señala el funcionario; por eso algunos hombres quieren regresarse pero temen que al hacerlo puedan ser detenidos por los marinos.

En Cosalá no hay mano de obra para darles empleo a los desplazados, por lo que a esta gente ya le urge, añadió Mejía, regresar pero mientras se mantenga la Semar en esa zona y asentada en las rancherías y comunidades de esa parte alta de Tamazula, existe miedo de los habitantes para regresar a sus casas.

Se calcula que un total de mil personas han sido desplazadas de varias comunidades y los pobladores de Tamazula denuncian que la Comisión Nacional de Derechos Humanos solo estuvo dos días y se regresó a la capital Durango.

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Foto: Víctor Hugo Michel