La campaña #DescolonizaLaHistoria – #MayflowersKill es una colaboración entre indígenas americanos y Survival International para dar visibilidad a la historia del genocidio de los pueblos indígenas a nivel internacional, mostrar cómo se sigue repitiendo en América y otros continentes, y hasta celebrando, y cómo puede y debe erradicarse.
Hace más de 500 años, el 12 de octubre de 1492, la expedición dirigida por Cristóbal Colón llegó a una isla de las Bahamas llamada Guanahani por sus habitantes indígenas (los taínos), y que los conquistadores españoles rebautizaron como San Salvador. Este fue el primer contacto duradero entre europeos y los habitantes del continente americano.
La llegada de Colón al continente americano supuso el comienzo de una historia de exterminio por enfermedades importadas contra las que los indígenas no tenían inmunidad, pero también por la violencia, esclavitud, saqueo, robo de tierras y recursos que llega hasta nuestros días.
Se estima que solo hacia 1600, 56 millones de indígenas habían muerto a causa de la llegada de los españoles al continente americano (alrededor de un 90% de la población).
Todavía ves muchos de los efectos, las consecuencias de esos contactos, porque no fueron deseados.
Chagabi, del pueblo indígena ayoreo-totobiegosode, Paraguay
Unos años después, en 1620, el barco Mayflower (Flor de mayo) transportó a unos 100 refugiados puritanos (llamados «peregrinos») a América del Norte. Los colonos, escapando de la persecución y la discriminación en Inglaterra, recibieron la ayuda de los indígenas para sobrevivir en esta nueva tierra, para ellos hostil. Sin embargo, la bienvenida dada a los colonos no fue recíproca. Tras la llegada del Mayflower vinieron años de invasión, guerra y enfermedad que acabaron por exterminar a casi la totalidad de la población indígena de América del Norte.
Es prácticamente un milagro que sigamos aquí. Somos descendientes de un Pueblo que sobrevivió a un intento de genocidio, la pérdida de las vidas de nuestros antepasados, el olvido de nuestra espiritualidad, nuestra cultura, nuestras tierras y recursos naturales, todo por una percepción distorsionada de superioridad occidental y un autoproclamado derecho divino a dominar a otra gente. Somos dolorosamente conscientes de que no debe permitirse que la historia se repita.
La presidenta Cheryl Andrews-Maltais, Aquinnah Wampanoag
Y sin embargo, la historia se repite una y otra vez. El genocidio y la discriminación aún recorren el continente americano. Están presentes en el índice extremadamente alto de pobreza, enfermedad, alcoholismo, abusos domésticos, brutalidad policial, encarcelamientos, asesinatos, suicidios, así como la baja esperanza de vida de los indígenas americanos comparada con la de los descendientes de los inmigrantes europeos.
Actualmente, los pueblos indígenas no contactados de la selva del Amazonas y del Chaco paraguayo continúan siendo sometidos a contactos forzados y letales con foráneos y al robo de sus tierras. Estos contactos a menudo resultan en la muerte en pocos años de, al menos, la mitad de su población. A veces mucho más…
La COVID-19 es la última de las numerosas enfermedades importadas que amenazan la vida de los pueblos indígenas de América. Su supervivencia es una cuestión moral y de justicia. Ellos son una parte esencial de la diversidad humana pero además la defensa de sus derechos es crucial para luchar contra la pérdida de la biodiversidad, de la que todos dependemos. Los pueblos indígenas son los mejores guardianes de la naturaleza.
Estas tragedias son criminales y surgen del racismo perpetuado por la sociedad colonial aún vigente.
“La invasión provocó que muy pocos hablen nuestra lengua madre y muy pocos continúen las formas antiguas ceremoniales, porque a través del dolor terror esclavitud, violación, sometimiento y terribles acciones querían borrarnos, querían desaparecer nuestro linaje. Pero nuestra fortaleza de espíritu es más grande y seguimos existiendo.
Xóchitl, Chichimeca / Zapoteca
A pesar de todo, los supervivientes que pueden continúan resistiendo y defendiendo sus tierras, su identidad y exigiendo respeto.
Entonces ¿por qué hablamos de descolonizar la historia? Aunque parezca increíble, este genocidio del pasado no solo se sigue repitiendo, si no que también se celebra. Todos los años, el 12 de octubre, España y algunas naciones de América Latina, conmemoran por todo lo alto el “descubrimiento” de América durante el “Día de la Hispanidad”. Esta celebración es humillante para los indígenas del presente y una apología del colonialismo y del genocidio. No hay nada que celebrar.
“Los colonos no podían ignorar que los habitantes indígenas de Nueva Inglaterra reclamaban la tierra. Sin embargo, tras haber racionalizado su justa posición como la gente más civilizada, los colonos consideraron más significativa su reclamación y usurparon o manipularon los derechos de los nativos.
Paula Peters, Mashpee Wampanoag
Esta historia se replica en otras partes del mundo, especialmente en América del Sur donde muchos indígenas continúan siendo sometidos a primeros contactos letales con foráneos. A menudo ello conlleva la muerte en pocos años de, al menos, la mitad de su población. A veces mucho más…
Pero el nuevo colonialismo no acaba ahí. Los libros de texto escolares, tanto en España como en varios países de América Latina, siguen refiriéndose a la llegada de Colón a la isla de Bohío como “el descubrimiento” de América. ¡Pero América no fue descubierta! El continente llevaba habitado desde miles de años atrás. Y esos mismos libros ignoran además la historia, cultura y pasado de los pueblos indígenas que fueron sometidos.
Los museos europeos enaltecen sus vitrinas con piezas de arte, códices, momias, objetos rituales y sagrados fruto del saqueo que los pueblos indígenas sufrieron.
Las plazas de las ciudades europeas exhiben las estatuas de los conquistadores, líderes de monstruosas matanzas.
Y sin embargo Europa olvida, por ejemplo, que los indígenas americanos salvaron al viejo continente de las periódicas hambrunas de la Edad Media: ¡la patata, el tomate, los pimientos, alimentos base de la dieta “mediterránea”, fueron importados de América!
Estos son solo algunos ejemplos de por qué la historia de América sigue colonizada. Survival International denuncia que este pensamiento colonial es humillante para los pueblos indígenas y ayuda a perpetuar el genocidio en América.
Celebrarlo [el genocidio] es dar armas para que nos sigan sometiendo, para que nos sigan humillando.
Xóchitl, Chichimeca/Zapoteca
La descolonización de la historia es fundamental para dar visibilidad a la lucha de los pueblos indígenas, para el reconocimiento de sus derechos, por su supervivencia… ¡y también por la nuestra!
Publicado originalmente en Survival