Más de 50 comisarios y comisariados de bienes comunales del pueblo Suljaá convergieron en una asamblea informativa sobre la iniciativa de reforma constitucional en materia de derechos indígenas y afromexicanos en Guerrero. Los pobladores comentaron que no hay proyectos productivos en sus comunidades, ni oportunidades para el florecimiento humano.
Las asambleas informativas se llevaron a cabo en las comunidades de Acatepec y Tilapa (hablantes del me’phaa); El Paraíso (hablantes del Tu’un Savi); Totomixtlahuaca (hablantes del me’phaa, Tu’un Savi y afros) y Xochistlahuaca (hablantes del Ñomndaa). Pese a la pandemia las comunidades no dejan pasar por alto sus derechos en el sentido de que se lucha por la vida, así como se resiste por el Covid-19. Sería peor seguir con la pandemia del olvido y la discriminación.
La iniciativa de reforma en Guerrero sería un marco jurídico de avanzada para los pueblos indígenas y afromexicanos porque los pueblos serían sujetos de derechos no sólo moral sino normativo. Reconoce expresamente el pluralismo jurídico y cultural, y el ejercicio de sus derechos a la libre determinación. Las asambleas comunitarias establecerán y determinarán su condición política, su desarrollo económico, cultural, social, ambiental y sus gobiernos, así como hasta ahora las comunidades lo han ejercido en los hechos, pero no de derecho. Sin embargo, las y los diputados de Guerrero siguen sin aprobar esta iniciativa como si negaran los derechos de los pueblos indígenas y afromexicanos.
El pueblo Ñomndaa ha sido relegado al olvido por parte de las autoridades, peor aún con el yugo del poder caciquil local. La indiferencia y la discriminación que padecen los habitantes de este rincón del estado de Guerrero ha sido la norma; nada importa a las autoridades ni a los líderes locales que familias estén en la miseria. Para el Estado los derechos de los pueblos sólo son de papel.
A pesar de la pobreza y la violencia caciquil la resistencia de las comunidades sigue dando ejemplos de sabiduría de las abuelas y los abuelos. Este 14 de noviembre las autoridades comunitarias alzaron su voz y su mano, como se acostumbra en las asambleas comunitarias, para seguir defendiendo sus derechos, principalmente para que las y los diputados aprueben la iniciativa de reforma que daría certeza jurídica plena a sus prácticas y de su ejercicio de sus derechos en la vida social y comunitaria de las comunidades indígenas y afromexicanas.
Resaltar que visto desde un espacio moral las comunidades, desde tiempos inmemoriales, tienen sus propias formas de organización, pensamiento y prácticas culturales que le permiten la reproducción de la vida. El asunto es que en esta ocasión las autoridades tienen la oportunidad para aprobar la iniciativa de reforma constitucional en materia de derechos indígenas y afromexicanos, que los pueblos presentan y lo proponen en la agenda estatal para llevarlo al ámbito normativo, es decir, que desde el espacio normativo estatal se reconozca los derechos colectivos de los pueblos indígenas y afromexicanos, desde sus epistemologías.
Publicado originalmente en Tlachinollan