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El derecho constitucional a la vivienda, letra muerta en Chiapas

Pozol Colectivo

El 20 de junio de 2017, 750 policías de diversas corporaciones desalojaron el predio La Fortuna, al norte oriente de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Más tarde, un contingente similar reprimiría a docentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), mientras realizaban una manifestación pacífica.

Según cifras oficiales, casi 36 millones de mexicanos carecen de una vivienda digna en un país con 53 millones de personas subsistiendo con dos dólares diarios, esto hasta el año 2014. Además de un largo proceso de exclusión social, la falta de empleo e ingreso impide a la clase trabajadora el acceso a una vivienda digna. Así, no es raro que para acceder a una casa propia, los más desfavorecidos por el sistema encuentren como única opción las invasiones a terrenos privados o tierras nacionales en los márgenes de las ciudades. Situación que es aprovechada por “líderes” oportunistas que lucran con las necesidades sociales y que generalmente terminan con desalojos violentos por parte del gobierno.

La desfortuna de vivir en La Fortuna

CalleLuz © / Agencia de Información Comunitaria

-¿y ahora? ¿Para dónde nos vamos?

La pregunta suena desconsoladora. Es de una mujer que se mete a su cuarto a llorar porque ese, su único resguardo, construido a base de madera y lonas que algún político dejó olvidado en alguna calle, en breves minutos será destruida.

Habla sólo para ella, se lleva las manos al rostro y suelta el llanto al ver el reguero de juguetes en el suelo, son de su pequeña de cinco años.

-De haber sabido que esto iba a pasar, no le hubiera dado dinero a ese hijo de la chingada- Se escucha en el otro extremo del cuarto. Es una señora que afligida recupera unas macetas y lanza su sentencia hacia su líder que las ha abandonado en ese momento crítico.

La escena del llanto de la señora dentro del cuarto contrasta con la sonrisa del político que está estampado en esa lona. Son dos situaciones diferentes. Una imagen muestra el hambre del voto y la otra, la de la señora, muestra el hambre de una vivienda, esa que no dimensiona el riego de irse a vivir a un predio invadido.

Ahora, no sabe a dónde ir, si acudir a la casa de sus familiares para pedir asilo o ir a reclamarle al líder que le vendió ese pedazo de terreno en 15 mil pesos.

Ese predio de 15 hectáreas denominado “La Fortuna”, donde la señora construyó lo que pensó seria su vivienda para toda la vida, forma parte de una invasión ubicada dentro del Parque Nacional Cañón del Sumidero.

Fue recuperado a través fuerzas policiacas para regresarlo a esa Área Natural Protegida. Las autoridades aseguran que será sometido a un proceso de restauración.

-Lo poco que le pude comprar con gran esfuerzo a mi pobre hijita ahí va a quedar tirado, no me va a dar tiempo para sacarlo todo- se vuelve a escuchar el llanto de la señora quien observa como unos elementos preventivos entran al cuarto para desmantelarla.

A unos metros adelante, varias señoras cargan sus pertenencias para ponerlo a salvo.
Televisores, minicomponentes, refrigeradores y varios electrodomésticos más quedan a media calle apilonados, mientras sus dueños van en busca de más cosas que puedan rescatar.

Niños se han sumado a la carga, para no perder lo más valiosos que tienen, juguetes y sus útiles escolares.

En esa parte ubicada en los linderos del cañón del sumidero se ve el ir y venir del helicóptero, cuyos elementos desde el aíre observan la situación.

En las accidentadas calles se arremolina la gente en espera de que alguien, por lo menos una mano extraña les ayuden a recuperar lo que con mucho esfuerzo han comprado.
De todo ello, se escuchan maldiciones al gobierno porque los desaloja, pero más hacia los líderes que durante el desalojo no aparecieron.

Fuente: facebook.com/calleluzagencia
Fotos: CalleLuz

                                                      

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