Somos habitantes de las comunidades y pueblos mayas de Hopelchén. Hombres, mujeres y jóvenes organizados, quienes desde hace más de 10 años emprendimos un proceso de defensa por la vida, la selva maya y el futuro de nuestras hijas e hijos. Somos en gran parte apicultores cuya economía e identidad depende de la actividad apícola y su polinización para nuestras milpas.
Como hemos evidenciado en años anteriores, vivimos en el contexto de un modelo agroindustrial que devasta, destruye, envenena, comercia y contamina nuestras principales fuentes de empleo; extermina nuestras abejas y recursos naturales. Enfrentamos el crecimiento sin control de una franja agroindustrial que atraviesa la última selva maya, herencia de nuestros ancestros y legado para nuestros pueblos.
Nuestra lucha y defensa por el territorio, las abejas y polinizadores se reafirma y solidariza con los recientes hechos sucedidos en la comunidad hermana de San Francisco Suc-Tuc, donde compañeros apicultores están enfrentando una de las peores catástrofes ambientales documentadas en la historia de nuestro municipio, consecuencia del uso excesivo e irracional de sustancias altamente peligrosas utilizadas en los campos de cultivo presentes en nuestra región.
Lamentamos y condenamos que nuestros derechos humanos y como pueblo originario se encuentren por debajo de los intereses capitalistas de empresas extranjeras que han invadido nuestro territorio y afectan directamente nuestras formas de vida y desarrollo con sus semillas transgénicas y sus llamados “paquetes tecnológicos”.
En el pleno uso de nuestros derechos humanos, respaldados por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y los Tratados Internacionales suscritos y ratificados por el Gobierno de México, como el Convenio 169 de la OIT y el Acuerdo de Escazú, exigimos a las autoridades competentes: Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SESANICA), Comisión Federal para la protección contra riesgos Sanitarios (COFEPRIS), Secretaría de Medio Ambiente, Biodiversidad, Cambio Climático y Energía del Estado de Campeche, Comité Estatal de Sanidad Vegetal de Campeche (CESAVECAM), acciones urgentes encaminadas a brindar respuestas y soluciones concretas ante este grave acontecimiento, el cual, hasta el día de hoy, continúa causando afectaciones a la biodiversidad presente en la zona y muy probablemente se manifestará en la salud de los pobladores por la exposición crónica a estos plaguicidas.
Por lo tanto, se insta a las autoridades para que en el marco de sus respectivas competencias, lleven a cabo de manera pronta las diligencias necesarias para investigar lo ocurrido, ordenar las medidas de seguridad, correctivas y de urgente aplicación, comenzando por prohibir las fumigaciones en el municipio, para contener y evitar una mayor propagación de los contaminantes y la generación de impactos adversos acumulativos y sinérgicos, así como iniciar los procedimientos administrativos sancionatorios encaminados a la reparación del dañoy dictar las sanciones correspondientes a quien o quienes resulten responsables, observando y aplicando en todo momento los principios PRO PERSONA, PREVENTIVO y PRECAUTORIO, recordando el mandato Constitucional consignado en el artículo 1°, respecto a que toda autoridad tiene la obligación de PROTEGER Y PREVENIR LA VIOLACIÓN A LOS DERECHOS HUMANOS.
La muerte masiva de abejas y polinizadores nativos, así como la contaminación de los cuerpos agua y el acuífero por fumigaciones agrícolas se repite impunemente a lo largo de toda la península de Yucatán y no es la primera vez que esta situación es evidenciada y denunciada, tal es el caso de lo sucedido en la zona de la montaña de Hopelchén, en el año 2012 y en la comunidad de Candelaria, Municipio de José María Morelos, Quintana Roo en los años 2018 y 2022.
La comunidad científica, pobladores mayas, académicos, sociedad civil y apicultores externamos nuestra latente preocupación por las sustancias toxicas que son empleadas diariamente sin supervisión y control en cultivos de chile habanero, sandía, tomate y granos transgénicos. Sustancias que son vertidas al ambiente mediante aspersión mecánica y aérea ilegal, generando afectaciones económicas, ambientales y a la salud de las comunidades de manera incalculable.
Hacemos un llamado de exigencia a la prohibición de estas sustancias, la regulación y modificación de las leyes que permiten estas prácticas ecocidas, así como a iniciar una transición hacia un modelo de producción agrícola que sea más sustentable, sostenible y de bajo impacto a los medios de vida.
Nuestra lucha es por la vida, el agua, los montes y nuestra identidad como pueblo maya que continúa resistiendo a través del tiempo ante la colonización, extractivismo y exterminio de nuestra cultura.
¡Exigimoslaacción urgente!
¡Exigimoselrespetoanuestrodesarrollosano!
¡ExigimosunmunicipiolibredeAgrotóxicos!
¡Exigimoslareparación dedaños!
UNojtuukulikumeyaju méek’tankaajilo’obmayaHopelchén
Mi mas rotundo apoyo solidario de este capitalismo rapaz, donde solo les importa lo económico, y no les importa los grandes daños que ocasionan en el entorno y a las comunidades ancestrales..de los pueblos originales de nuestros hermanos mayas. No mas atrocidades y uso de pesticidas prohibidos, mas su daño que beneficio global..