Indígenas ikojts (huaves) que tomaron el palacio municipal de San Dionisio del Mar, en Oaxaca, desde el 29 de enero pasado, en defensa de su territorio y su forma de vida, además del rechazo al proyecto eólico que pretende construir la trasnacional española Preneal en la barra Santa Teresa, están siendo hostigados
por el gobierno de Oaxaca y el presidente municipal, denunció la Asamblea de Pueblos Indígenas del Istmo de Tehuantepec en Defensa de la Tierra y el Territorio (APIITDTT).
por estar coludido con la empresa–, demandó a más de 40 comuneros acusándolos de privación ilegal de la libertad y otros delitos, y
hasta de abuso sexual los están acusando; eso hace el gobierno porque ellos están de acuerdo en que la empresa entre y ya empiecen a trabajar, indicó. Subrayó que la asamblea del pueblo de San Dionisio acordó la creación de una comisión de vigilancia, avalada por el comisariado de bienes comunales, para no permitir que el personal de Mareña Renovables –que es parte de Preneal– entre a su territorio para llevar a cabo las obras del parque eólico Barra de Santa Teresa, que servirá para abastecer de energía eléctrica a Grupo Femsa –Coca Cola, Heineken y otras–, afectando su forma de vida, su medio ambiente y su cultura.
Además, se interpuso una demanda ante el tribunal agrario para anular el contrato con Preneal, tal como lo decidió la asamblea, toda vez que se violaron sus derechos como pueblo indígena, ya que no hubo consulta previa, libre e informada, como debe ser de acuerdo con el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo. Entretanto se solicitaron medidas cautelares para que Preneal no continúe con las obras.
Agregó que la empresa estaba empezando a entrar por la barra: llegaron con una funcionaria de Dinamarca y la empresa Vestas (fabricante de aerogeneradores); los compañeros de la comisión de vigilancia los fueron a detener, les dijeron que no estaban de acuerdo con el proyecto y que se fueran
.
Representantes de la asamblea de pueblos indígenas apuntó que, además de las reuniones de información a la comunidad, los comuneros están hablando con pescadores de otras partes de la región para reforzar la oposición al proyecto eólico, porque aparte de los 102 aerogeneradores que quiere instalar –originalmente eran sólo 40– van a poner cinco muelles de atraque distribuidos estratégicamente en la barra para hacer sus operaciones.
Eso es la muerte de la actividad pesquera, pues este es un ecosistema frágil, de pesca ribereña; la gente ya no podrá trabajar bien su pesca del camarón, de peces. También llegan algunas tortugas a desovar; van a acabar con toda la actividad pesquera, tanto de los ikojts como de los zapotecas, es un impacto terrible
, enfatizó.