Organizaciones gremiales, personalidades y ex huelguistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) denuncian hostigamiento laboral en contra de Blanca Margarita González Martínez, exempleada de la Dirección General de Control Presupuestal e Informática de esta casa de estudios.
La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), la Unión General de Trabajadores de México (corriente del Sindicato de Trabajadores de la UNAM), la Asamblea Nacional de Enfermeras y Enfermeros de México, la Asamblea Nacional de Trabajadores del Seguro Social, entre otras, señalan que como consecuencia de sus antecedentes de participación en la lucha social, Blanca González ha sido objeto de presiones y hostigamiento laboral por parte de la burocracia patronal de la UNAM, actos que culminaron en despido.
En un comunicado, detallan que en mayo de 2014, Blanca González fue comisionada para realizar actividades sindicales al interior del STUNAM. No obstante, la patronal desconoció dicha comisión y emplazó a la trabajadora al levantamiento de un acta por supuesto “abandono de empleo”. Entonces, Blanca González acudió a la Comisión Mixta Permanente de Conciliación de la UNAM, instancia que, en contravención del Contrato Colectivo de Trabajo, determinó separarla de su empleo. Sin embargo, ante el incumplimiento normativo, la patronal aceptó transferirla a la Facultad de Ciencias, acuerdo del que posteriormente se desdijo, aferrándose así a la negativa de reincorporar a esta mujer a su fuente de empleo.
Al respecto, quienes signan el comunicado en cuestión consideran que “el hostigamiento y represión de la burocracia patronal contra Blanca sigue la lógica de castigar a los ex huelguistas de 1999-2000”. Apuntan, asimismo, que el impedimento físico para que ella continuara ejerciendo su labor mientras la Comisión Mixta Permanente de Conciliación determinaba su situación “es, además de violatorio de la normatividad; una práctica opresiva recurrente en la UNAM desplegada contra las y los trabajadores a fin de obligarlos a aceptar condiciones de reinserción desventajosas, bajo la idea de rescindirlos a la menor falta”.
Organizaciones gremiales, personalidades y exhuelguistas de la UNAM denuncian que el rectorado de José Narro Robles “representó siempre una postura conservadora y represiva, que deja tras de sí una universidad más elitista que nunca, donde no cabe ninguna postura crítica, con un marcado avance del autoritarismo así como de los procesos privatizadores en la educación superior, sin dejar de lado el crecimiento de una numerosa burocracia patronal parasitaria”. Aunado a ello, se preguntan: “¿Por qué la dirigencia sindical tolera el hostigamiento laboral y la represión contra las y los trabajadores? ¿Qué hará al respecto el Secretario General del STUNAM?”.
Quienes respaldan a Blanca González –activista que ha apoyado, entre otras, la lucha de los trabajadores del extinto SUTAUR-100, la defensa del proyecto histórico del Colegio de Ciencias y Humanidades, la demanda por la aparición con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa y la movilización nacional de enfermería– exigen que sea restituida inmediatamente a su fuente de trabajo y que se le paguen de forma íntegra todos los salarios que dejó de percibir.
