Foto: Cuartoscuro
La Dra. Yael Siman y el Dr. Matthew Hone, docentes de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y de la Universidad de Stockton (Estados Unidos), respectivamente, investigan la movilización de colectivos veracruzanos de búsqueda de personas desaparecidas.
En su proyecto, Víctimas activistas: género y movilización política en contextos de violencia y desaparición en México, hurgan cómo se han movilizado las familias de gente desaparecida en Veracruz, un estado con elevados índices de desapariciones y fosas clandestinas, impunidad y falta de justicia, y donde varios de los cuerpos humanos encontrados se hallaron mutilados o quemados.
Siman Druker, académica del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la IBERO, mencionó que eligieron esa entidad para su estudio, por tener una gran cantidad colectivos, alrededor de 30, a través de los cuales familiares de personas desaparecidas empezaron, entre otras cosas, a contar públicamente sus historias y a exigir justicia a las autoridades.
Yael y Matthew investigan este tema por medio de entrevistas a familiares de personas desaparecidas, que son parte de un colectivo, y al hacer trabajo de campo, como ir a las marchas del 10 de mayo -de las madres de personas desaparecidas- y del 30 de agosto -Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas- que, si bien numéricamente podrían ser más grandes, cualitativamente hablando tienen un poder simbólico muy profundo, dijo ella.
Y es que, en varias de esas movilizaciones, detalló, siempre hay gente que se une, que acompaña o que al menos las mira, sin voltear la cara, o incluso personas que se quedan como espectadoras pero que eligen no marchar. Son personas que, quizás, apelan a valores como la empatía y que, sin embargo, no la movilizan de manera proactiva como para protestar o solidarizarse públicamente con las familias de gente desaparecida.
Por otra parte, la investigadora de la IBERO dijo que cuando hay una movilización eficaz se pueden abrir oportunidades políticas y legales, como la impartición de justicia y la construcción de paz, derivado de la creación de alianzas con funcionariado público empático, con organizaciones no gubernamentales de México y el extranjero, y con otros actores de la sociedad.
Por ejemplo, Fabiola Pensado Barrera, mamá de Argenis Yosimar Pensado Barrera, desaparecido en 2014, participó en la homologación de la Ley en Materia de Desaparición de Personas para el Estado de Veracruz, lo que implicó acercarse a las y los diputados locales, revisar cada artículo y contemplar, a partir de la ley, la creación de instituciones abocadas a la búsqueda y a la atención de víctimas.
Otra cosa que Siman y Hone harán como parte de este proyecto es construir una tipología de las narrativas, una de ellas la social, en la que tratarán de analizar cuáles son algunos de los referentes discursivos a partir de los cuales las familias buscan romper con la indiferencia hacia las personas desaparecidas dada la internalización que se ha dado de la narrativa dominante y dicotómica promovida por el Estado, que sostiene que desaparecen los criminales y a quienes no son delincuentes no se les desaparece, lo que ha deshumanizado e insensibilizado a la sociedad que no ha sido víctima.
Víctimas activistas: género y movilización política en contextos de violencia y desaparición en México es un proyecto que surgió a raíz de que Yael Siman y Matthew Hone hablaron de este tema en una conferencia de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA, por sus siglas en inglés). Su investigación será publicada como libro, en inglés, por la editorial Lexington Books, que en LASA les externó su interés por difundir su trabajo.
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