Foto: El decreto, al establecer nuevos criterios, probablemente ampliará el acceso legal a las armas / MAURO PIMENTEL / AFP
El presidente Jair Bolsonaro (PSL) firmó este martes (15) un decreto que modifica las reglas para la obtención de permisos para tenencia de armasen el país. Los criterios de edad mínima (25), ausencia de antecedentes criminales, exámenes psicológicos y entrenamiento continúan valiendo. El decreto modificó la forma como se determina la «necesidad» de la tenencia de arma, un de los requisitos del Estatuto de Desarme. Hasta entonces, la «necesidad» era subjetivamente evaluada por un delegado de la Policía Federal (PF).
Para determinar la necesidad de tenencia de armas, el decreto estipula una regla que toma en cuenta el estado en el que vive el ciudadano: «Residentes en áreas urbanas con elevados índices de violencia, así consideradas aquellas localizadas en unidades federativas con índices anuales de más de diez homicidios por cien mil habitantes, el año de 2016», dice el texto, haciendo referencia al Atlas de Violencia producido por el Ipea en 2018. El criterio acaba alcanzando todos los estados y el Distrito Federal, tornándolo aplicable universalmente. La redacción del decreto no prevé actualizaciones en el criterio en caso de que las tasas se alteren a partir de 2016.
La redacción del segundo artículo del decreto prevé que los registros anteriores a su edición serán automáticamente renovados. Quien, por ejemplo, tendría que renovar el registro en 2019, tendrá diez años más para hacerlo.
La forma vaga del texto dio margen a la interpretación de que registros vencidos habrían sido renovados automáticamente. En nota de prensa, el Ministerio de Justicia afirmó que tal interpretación no es válida, y que la cuestión de los registros vencidos debe ser objeto de una liminar hasta fin de mes.
Especialistas en el asunto afirman que las nuevas reglas pueden tener efecto negativo sobre el porte ilegal de armas.
Contrapunto
El decreto presidencial de Jair Bolsonaro debería haber sido acompañado de medidas para ampliar la fiscalización. Esa es la opinión de dos investigadoras consultadas por Brasil de Fato. En la práctica, la distinción entre la tenencia y el porte puede no ser respetada.
El texto, que alteró el decreto nº 5.123/2004, modificó de cinco para diez años el plazo de renovación y libera la tenencia, para: agentes públicos de seguridad y de administración penitenciaria; agentes públicos involucrados en el ejercicio de actividades de poder de policía administrativa o correccional de carácter permanente; residentes en área rural; residentes en áreas urbanas con elevados índices de violencia; y titulares o responsables legales de establecimientos comerciales.
El número máximo de armas por persona será de cuatro – excepto cuando se compruebe la necesidad de un número mayor.
:: ¿Quien pierde y quien gana con la liberación de las armas de fuego? ::
Natália Pollachi, coordinadora de proyectos del Instituto Sou da Paz, reconoce la legitimidad formal del gobierno para reglamentar el Estatuto de Desarme, pero lamenta que el texto no haya sido discutido previamente y de forma amplia con la sociedad.
Ella recuerda que el criterio numérico, que fue incluido en el decreto, referente al número de homicidios por cada cien mil habitantes en cada unidad federativa el año de 2016, no excluye ningún estado de Brasil. El menor índice fue el de São Paulo, con 10,9. Pollachi alerta sobre el hecho de que la tenencia, que se limita guardar el armamento en el domicilio, ya presenta riesgos.
“El arma dentro de casa puede ser usada en conflictos intrafamiliares, casos de agresión contra la mujer, como hemos visto diariamente. Si cada una de esas casas se tuviera un arma a disposición, todos los conflictos pueden tener una escalada más letal”, indica.
Clarissa Rego, abogada e integrante de la Asociación Brasileña de Juristas por la Democracia (ABJD), defiende que, a pesar de la distinción, el porte de armas en las calles debe aumentar, ya que la capacidad de fiscalización de las policías está lejos del ideal.
“La parte de que las personas caminen en la calle con armas aún no está siendo alterada. [Pero] es muy difícil de controlar. Probablemente, más personas van a andar con armas en la calle, aunque sin autorización”, dice.
La flexibilización de la tenencia y del porte de armas fue una de las principales promesas de campaña de Jair Bolsonaro a la Presidencia, a pesar de encuestas que señalan la oposición de la mayor parte de la población con relación a la medida.
Edición: Mauro Ramos | Traducción: Pilar Troya
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