De las okupas a los museos, el Femstival 2013

Ita del Cielo & Las Cirujanas

México, DF. El Femstival es una iniciativa lanzada en 2010, que comenzó como uno de los primeros trabajos de Las Cirujanas, un colectivo que se desarrolla en el ámbito de la cultura underground con la intención de problematizar la temática de género en la escena alternativa cultural de la zona metropolitana de México.

La iniciativa nació como uno de los primeros trabajos de Las Cirujanas, fundado en 2009 por dos mujeres con una fuerte influencia de la cultura punk-feminista, el arte alternativo y la ética Do It Yourself (Hazlo tú misma), al principio queríamos hacer algo como un Ladyfest, un festival feminista que se organiza en muchas ciudades inspirado en la autogestión y en la búsqueda de una alternativa a las industrias culturales.

En nuestro primer documento escribimos: “nos identificamos con los discursos transgresivos de diversos feminismos tanto en la localidad como en otras latitudes, desde el sentimiento, pasando por el pensamiento hasta la acción. Desde Sor Juana?Inés de la Cruz, Simone de Beauvoir,??Emma Goldman, pasando por las riot grrrrrl, Donna Haraway, Virgine Despentes, Guerrilla Girls, Judith Butler, poetas suicidas y rebeldes, hasta la Comandanta Ester, Ramona, y todas aquellas que luchan…”

Nosotras venimos del movimiento anarcopunk, media-hacktivista y el arte alternativo, pero siempre coincidíamos en nuestra perspectiva sobre el patriarcado imperante en la escena y su consecuencia más evidente: el machismo, la misoginia y la moralidad de su discurso; incluso éramos muy conscientes de la propia misoginia sembrada entre nosotras desde pequeñas, la cultura patriarcal siempre apuesta a que compitamos entre nosotras por ser reconocidas.

Por otro lado, nuestras intervenciones en el ámbito feminista siempre fueron muy marginales, aunque eso no es necesariamente negativo, sabemos que dentro del ámbito institucional, la mayoría de los feminismos funcionan a través de los méritos. El movimiento en ocasiones se torna muy vertical, olvidando que lo que nos tiene ahí, platicando entre nosotras, es la rebeldía, una crítica radical al estado de cosas y no ése saber/poder que se legitima en nombre de todas las “mujeres”.

Otra de las razones que nos motivaron al principio, es que habíamos viajado y conocido gérmenes feministas en otras latitudes, aunque nunca estuvimos con la intención de importar esas iniciativas nacidas en otras geografías, fue inspirador reconocer que el patriarcado –o mejor dicho heteropatriarcado— es un “mal universal”, ante el cual el feminismo también ha crecido transnacionalmente.

Hace unos años, una de nosotras tuvo la oportunidad de acudir a una edición del Ladyfest en Holanda, donde las feministas urbanas se juntaban para conspirar, problematizar teorías, tocar música, programar computadoras, tejer, grafittear, perfomancear, el mentao “deconstruir” –palabrita que ya hasta yestá pasando de moda—  en fin,  tuvimos contacto con diversos ámbitos de la creación-acción que también nos impulsó.

Algunas feministas que conocimos en esos festivales tenían un montón de demandas que a veces parecieran “muy del primer mundo”, como exigir un baño exclusivo para mujeres en el centro de Ámsterdam o por el “derecho” de mear parada. Al estar en su contexto ultra liberal quizá se pueda comprender su demanda; estas mismas chicas-blancas-de-primer-mundo- por ejemplo, luchan igual al lado de migrantes que de trabajadoras sexuales o académicas con el fin de crear alternativas de vida para que existan mínimas condiciones de dignidad para, digamos por el momento, las mujeres.

El deseo

En diversos ámbitos de la acción política, aunque lo queramos obviar, siempre está presente esa tela fina que representa el género; por ejemplo, en el ámbito del arte y la creación, de la que venimos algunas del Colectivo, siempre se está buscando a la “chica super interesante”, hay mucha competencia porque además de mujer hay que ser chingona. Si le rascamos, detrás de ése deseo se esconde la mirada masculina del curador, organizador, crítico o incluso de nuestr@s propi@s compañer@s,  una mirada externa de autoafirmación que nos dice “que estamos haciendo las cosas bien”.

Creo que somos muy conscientes de ese deseo y, dentro de lo posible, lo hemos mandado a la mierda, curando nuestras propias expos, gestionando recursos aquí o allá sin importar el qué dirán; nos lo tomamos en serio, hacemos una selección de los proyectos más comprometidos no tanto con una política feminista “políticamente correcta”, sino con el ámbito de la transgresión, con la rebeldía genuina.

Just do it

Ante éste escenario siempre precario, se comenzó a trabajar con lo que se tenía a la mano, es decir una red de amigxs, espacios ocupados o autogestionados. El primer Femstival del 2010 se hizo en el Auditorio Ché Guevara, al lado de la Facultad de Filosofía y Letras en CU. Convocamos a un montón de gente que ya estaba trabajando –cada quien según sus modos de entender– en contra del sistema patriarcal.

“Nos dimos cuenta de que a tod@s nos jode el mismo sistema patriarcal, pero que también tenemos bastante potencial creativo para seguir luchando juntas con empatía, respeto, amor y coraje”. Es lo que todavía podemos leer en la documentación de los primeros flyers. Nos dimos cuenta de que estábamos luchando por nuestros propios proyectos de vida en medio de un mar de apatía e inercia que a veces se respira en la escena punk.

El año 2011 fue también muy positivo. Se convocó a diversos proyectos en el Chanti Ollin, un espacio ocupado en una zona muy comercial de la ciudad monstruo; había mucho interés, al Colectivo cayeron bastantes morras y ahí fue cuando comenzamos a platicar sobre la posibilidad de salir más allá de la escena de siempre. Se discutió mucho sobre cómo conservar el espíritu y utilizar lo que estuviera a nuestro alcance para realmente poder difundir un mensaje feminista a un mayor número de personas.

Apelamos a los espacios públicos alternativos de la Ciudad de México como el ex-Teresa y el Museo del Chopo, en éste último hubo bastante interés puesto que desde hace más de 15 años ha acogido  manifestaciones como las Jornadas por una Cultura Alternativa o del Movimiento Punk Libertario organizados por el Colectivo Cambio Radical en la década de los 90.

En este proceso alguna gente muy valiosa se fue porque de plano no quería tener nada que ver con instituciones, las que nos quedamos corrimos el riesgo que implica aprender a jugar con las reglas –en este caso con las del Museo y otras instancias que nos han apoyado—  para que nuestros contenidos pudieran ocupar espacios culturales públicos y llegar a más gente.

Es así como el año pasado, las actividades del Femstival se desarrollaron en el Museo del Chopo. Las compas participantes, talleristas y ponentes estuvieron muy contentas, después de todo era algo que nos merecíamos, estamos acostumbradas a trabajar con poco haciendo mucho, y en esa ocasión ocupar las instalaciones del Museo fue favorable para la realización de la actividades convocadas.

Radical keywords

Dentro del colectivo hemos tenido algunas discusiones, más que teóricas, operativas, sobre el cómo entrarle a la temática transfeminista y queer, que serán centrales en la próxima edición del Femstival, que por primera ocasión se llevará a cabo en tres sedes: el Museo del Chopo, el Centro Cultural España y el Ex-Teresa Arte Actual.

La idea de transgredir y transmutar nos convoca también a nosotras a compartir  experiencias y teorías de la mano de gente como Beatriz Preciado, que como pensadora también nos interesa. Las compañeras que nos visitan, en su momento nos inspiraron con sus  películas, performances o ensayos, dentro de nuestra  autoformación que como feministas y/o artistas nos procuramos.

Un aspecto muy llamativo que ha sucedido en los últimos días es que con el Seminario Biopolítica y Revolución: Sexo, Género y Sexualidad en el Capitalismo Global, de Preciado, hemos descubierto que estas radicals keywords van a convocar a mucha gente que desde nuestras latitudes ya vienen pensando y trabajando sobre estos temas. Aunque invisibles todavía, estamos formando una red transnacional de bio y tecnomujeres.

A unos días de llevarse a cabo, el Femstival tiene muchos retos, uno de ellos es cuidar que con todo el ruido que han hecho las invitadas especiales, se vean las otras actividades que nos acompañan desde hace años, como el tianguis del multitrueque y de economía solidaria, las actividades infantiles, el taller de autodefensa, la maternidad lésbica, los talleres de reflexión poliamorosa y lospPerformances, entre otras.

Es cierto, se busca que este discurso transgresor llegue a más oídos; las invitadas especiales, al tener una trayectoria más legitimada, se les volteará a ver con mayor facilidad, circunstancia que finalmente es favorable para generar pensamiento y acciones críticas ante el estado de las cosas. No hay que perder de vista que la mayoría de las actividades llegaron al Festival por una convocatoria abierta.

Detrás del programa de actividades, las entrevistas, las fotos, está un arsenal de energía; muchísimo trabajo que generalmente se concentra en pocas manos. Leer un chingo de proyectos interesantes recibidos de gente que batalla por seguir creando y aportando en la lucha; registrar a cientos de participantes, gestionar las necesidades de las talleristas, organizar el concierto musical, coordinarse con las invitadas y las instituciones. En fin, todas las tareas que implica hacer entre cuatro personas un evento con más de 30 actividades en tres sedes diferentes.

Otro de los retos que tenemos es evitar fracturas al interior de nuestro colectivo Las Cirujanas, que nació de forma horizontal; como parte de los procesos que enfrentamos los colectivos que decidimos jugar en las arenas movedizas de las instituciones culturales. Hasta el momento todo ha ido muy bien, éstas han sido respetuosas y profesionales con nuestro método y contenido de hacer las cosas.

De nuestra parte, saber manejar la tensión entre lo qué se quiere y lo qué se hace con los recursos a nuestro alcance, sin dejarse deslumbrar por la proyección que cierto espacio puede ofrecerte, son retos que día a día hemos sabido enfrentar.

Mantenemos los pies en la tierra. No negamos nuestro origen, nuestra rebeldía genuina que a pesar de todo, es la que nos  mueve.

Publicado el 29 de abril de 2013

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