El crimen organizado ha llevado a la vaquita marina a su extinción debido a que este cetáceo queda atrapado en las redes agalleras que utilizan para atrapar a la totoaba, un pez cuya vejiga natatoria es vendida en el mercado negro chino en 8 mil 500 dólares el kilo, señaló Rodrigo Medellín, Investigador del Instituto de Ecología de la UNAM.
“Algunos de los supuestos pescadores están metidos en el crimen organizado. Sabemos que están en San Felipe los promotores directos y se pasean impunemente, pues no hay quien los detenga. Exigimos la aplicación de la ley a la Policía Federal y a la Profepa que cumplan con su trabajo, que no se rompa la ley en el Alto Golfo de California, eso posiblemente podría salvar a la vaquita”, señaló Medellín, quien fue el primer director del Departamento de Vida Silvestre de México en 1995.
El investigador recordó que en 2015 se prohibió totalmente el uso de redes agalleras pero a pesar del esfuerzo, la pesca ilegal sigue siendo elevada. Continuamente se están quitando las redes, pero no es suficiente. Por ejemplo, de agosto a diciembre del 2017, se retiraron más de 626 redes agalleras.
La vejiga de la totoaba es considerada un remedio para diversas enfermedades en el país asiático, por ejemplo: alivia los dolores en las articulaciones y las molestias en el embarazo. También, se considera que mejora la circulación, rejuvenece la piel, además que tiene cualidades afrodisíacas y regenerativas.
De acuerdo con Medellín, quien fue presidente de la Society for Conservation Biology, en 1997 había alrededor de 560 vaquitas marinas; para 2008, alrededor de 245; en 2015 sólo había 59 ejemplares, pero para noviembre del 2016 se estimaban sólo 30 vaquitas.
“No podemos perder una sola vaquita más porque los números son tan pequeños que ya les está costando encontrarse unas con otras para poderse aparear y poder seguir creciendo la población. Si no evitamos completamente la puesta de redes en el Alto Golfo de California, probablemente, la vaquita desaparecerá en tres o cinco años”, dijo Medellín en entrevista.
Sin embargo, señaló que si se quita la ultima red en el Golfo de California para 2050 podría haber alrededor de 400 vaquitas marinas, un cetáceo que no es muy sociable, que vive solitario o en grupos de tres, y que utilizan su sonido para orientarse en aguas turbias en donde no pueden ver nada como para detectar los peces de los que se alimentan.
Recordó que de los últimos esfuerzos que se hicieron en 2017, fue el proyecto vaquita CPR, en donde se reunieron un equipo de expertos de nueve países para localizar a estos cetáceos y mantenerlos en cautiverio. Fue una etapa dolorosa para la gente que estaba involucrada, pues se capturaron dos pero su adaptación en cautiverio no fue posible, pues una vaquita tuvo que ser liberada y la otra murió.
Alertó que que no sólo la vaquita está en peligro de extinción, pues el delfín jorobado del atlántico también está en riesgo. De acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), la biodiversidad del mundo disminuye a un ritmo alarmante, la supervivencia de otras especies y nuestro propio futuro corre peligro. Asimismo, el Índice Planeta Vivo 2016 revela que la población mundial de peces, aves, mamíferos, anfibios y reptiles disminuyó 58%, entre 1970 y 2012.
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