Estudiantes de las secundarias rurales se han convertido en una población explotada por la voracidad del crimen organizado y la agroindustria; y el Nuevo Modelo Educativo no prevé elementos para que la adolescencia rural y el profesorado de la educación secundaria puedan hacer frente a ambos, dijo en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México Lourdes Pacheco Ladrón de Guevara, académica de la Universidad Autónoma de Nayarit.
En la mesa de análisis «La educación rural en el Nuevo Modelo Educativo para la educación obligatoria en México», realizada en la IBERO, Pacheco mencionó que lo rural ya no está caracterizado por actividades como la agricultura, la silvicultura y la pesca; sino que ahora en el territorio rural ocurren diversos procesos de maquila agrícola, de empresas agroindustriales con clara intervención en el mercado global.
“Quizá lo que defina hoy a la ruralidad en este principio de siglo sea convertir a la adolescencia y a la juventud rural en una población explotable desde el lugar donde viven”.
Un ejemplo de lo anterior es el caso de un autobús que parte todos los días a las 6 de la tarde de Guadalajara a Nayarit, donde recoge a muchachos y muchachas que viven en localidades rurales de menos de 500 habitantes, para que trabajen en la maquila de la capital de Jalisco hasta las 6 de la mañana, hora en que se les regresa a sus comunidades. Éste es un ejemplo de “pueblos de jóvenes dormidos durante el día y con una alta explotación en estos lugares”.
Para llevar a cabo esto, las empresas se han trasladado a la ruralidad o cerca de ella, de tal manera que el mercado laboral de los estudiantes de secundaria se amplía desde su lugar de vida. Pero los jóvenes son reclutados por esas empresas agroindustriales para ocupar puestos de trabajo precarios, con escasos o nulos derechos.
Por otra parte, la investigadora de la Universidad Autónoma de Nayarit mencionó que algunos estudiantes de secundarias rurales son obligados por el crimen organizado a participar en actividades del narcotráfico.
La proliferación de cultivos de marihuana y de amapola convierte a las y los jóvenes en mano de obra del narco. Incluso grupos de sicarios se presentan afuera de las festividades escolares con la idea de reclutar a los estudiantes desde la propia secundaria. Y, lamentablemente, “la escuela secundaria rural no tiene elementos para poder hacer frente a esta circunstancia… a estas dos grandes vorágines, la agroindustria con su explotación; y el narcotráfico”.
Secundaria rural, ausente del Nuevo Modelo Educativo
Respecto al Nuevo Modelo Educativo, Pacheco Ladrón de Guevara reconoció que la educación secundaria tiene un lugar dentro de éste; pero las características y circunstancias en que ocurre la educación secundaria rural parecen estar ausentes del modelo.
“En primer lugar tendríamos que especificar quiénes son las y los alumnos de educación secundaria rural, cuáles son sus condiciones de aprendizaje, quién es el personal docente, de qué manera la escuela rural y secundaria tienen interacciones con el ámbito comunitario, laboral, etcétera”.
Destacó que no se trata solamente de mejorar la escuela secundaria, sino de cómo aumentar la potencialidad de las comunidades rurales al vincular la escuela con las formas de vida y necesidades locales, “algo que quizá sí estaba en el modelo de hace cien años, pero que obviamente se ha desdibujado en todo este tiempo”.
Para la docente nayarita la clave para adquirir destrezas para la vida consiste en el aprendizaje generacional a partir de compartir saberes del territorio, la flora, la fauna, los cultivos y las formas de relacionarse. Mas “el Nuevo Modelo Educativo al desconocer la existencia de saberes de localidades rurales sigue pensando que los únicos conocimientos son los derivados del paradigma racional plasmado en los libros de texto”.
El nuevo modelo tampoco aborda la relación entre lo urbano y lo rural; donde lo urbano se convierte en el paradigma superior al cual lo rural debe alcanzar. “No hay una condición de ruralidad que tenga valor por sí misma, sino que lo rural es un tránsito hacia lo urbano. El Nuevo Modelo Educativo no desdibuja esto, sino que sigue conservando esta dicotomía”.
Lourdes Pacheco también resaltó que una de las debilidades del sistema educativo es el tránsito de los educandos de la secundaria rural a la educación media superior, que pese a ser obligatoria, por la falta de cobertura en el ámbito rural anula este derecho.
Por ello, consideró que si en el ámbito rural los estudios de secundaria son los máximos que logra la adolescencia sería tiempo de replantear la educación como una donde el fin sea desarrollar capacidades para el trabajo.
Finalmente, dijo que hasta ahora ha habido una educación secundaria en el medio rural que pone en desventaja a los educandos respecto de sus pares rurales. “En general se trata de una educación que desruraliza” y “no ha habido una educación para que la población rural permanezca y transforme las comunidades rurales”.
“La educación secundaria es más que aprender a codificar o decodificar a través de un alfabeto. Significa tener, contar con herramientas a través de las cuales sea posible explicar la realidad que se vive, construir proyectos de cultura y rutas para lograrlo. Yo no sé si este Nuevo Modelo Educativo sea capaz de otorgar ello a la escuela secundaria rural que realmente existe”.
La mesa de análisis «La educación rural en el Nuevo Modelo Educativo para la educación obligatoria en México» fue organizada por el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (Inide) de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.