La pandemia del coronavirus está visibilizando las condiciones de precariedad que viven las y los trabajadores informales, y las omisiones del Estado a este respecto, apuntó Nashieli Ramírez Hernández, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM), al tomar parte en la mesa de diálogo ‘Trabajo informal y la crisis del Covid-19’, que realizó elDepartamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.
Para la ombudsperson es imposible vivir en la CDMX y no sentir el peso del 60% de personas que viven de la informalidad; porque en la cotidianidad de esta ciudad está tocándose todo el tiempo, tanto en lo público como en lo privado, el trabajo informal.
Además, algunos de los empleos de los trabajadores informales son actividades esenciales para la ciudad, como la recolección de basura, a través de la cual se está avanzando sobre la protección a un derecho de todos, que es el derecho a la salud.
La negación al trabajo digno y a los derechos laborales son características que tienen los trabajos informales, como los que desempeñan los recolectores de basura, las trabajadoras domésticas y todas las personas que integran el grupo de comercio popular en la calle, como los artesanos y artesanas, y los vendedores en el transporte público.
A este grupo de comercio popular pertenecen los más de mil 500 tianguis que se van moviendo durante la semana en la Ciudad de México, en los que trabajan alrededor de cien mil personas y, por ejemplo, a los que acuden semanalmente, sólo en Iztapalapa, cerca de medio millón de personas. Tianguis que, con la pandemia, llevan tres semanas cerrados.
Entonces es necesario ver qué se va a hacer ante esta precarización para, en términos de colectividad, sacar lo mejor que tenga cada cual, “para hacer estrategias sociales para contener lo que va a ser una crisis de números mayúsculos”, por lo menos en la vida de las y los integrantes de estos grupos que viven de estos trabajos informales, que se caracterizan por sufrir violaciones no nada más a sus derechos laborales, sino también a sus derechos humanos, como el derecho a la salud.
“Creo que esta mesa es importante por lo que nos tendría que estar ayudando a visibilizar estas condiciones, y lo que nos tendría que estar empujando para ver qué tan creativos podemos ser para retomar la visión solidaria alrededor de todo esto que forma parte de nuestra vida cotidiana en una ciudad como es la Ciudad de México”.
Para finalizar su participación en este diálogo, que fue parte del seminario on line ‘El Derecho frente a la pandemia del COVID-19’, la Presidenta de la CDHCM dijo que las cosas se complicarán cuando se empiece el regreso a las actividades porque, por ejemplo, muchas de las personas que se dedican al trabajo informal en la Ciudad de México son mujeres, varias de ellas son jefas de familia, y durante la transición hacia la nueva normalidad no tendrán quién les ayude a cuidar a sus hijos.
Es “una nueva normalidad en transición que nos está hablando de un escenario en donde muchas de las abuelas, sobre todo, y los abuelos, se hacían cargo del cuidado de los nietos y las nietas mientras la jefa de familia, en esta informalidad, salía y salía a trabajar; y esto lo vamos a tener que limitar y vamos a tener que pensar qué va a pasar, porque tenemos que cuidar exactamente a las personas mayores”.
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