Ciudad de México | Desinformémonos. Autoridades mexicanas aseguraron que continuarán las labores de rescate y no se introducirá maquinaria para el retiro de escombros en el transcurso del tercer día después del sismo de 7.1 grados, y que se prolongarán los esfuerzos hasta que no haya señales de vida en los escombros detectadas por cámaras térmicas y aparatos de sonido.
De acuerdo con expertos, una persona atrapada tiene en promedio 72 horas con mayores oportunidades de ser rescatada con vida, por lo que el tercer día después del sismo es considerado “vital” o “crucial” ante la posibilidad de recuperar a las víctimas de entre los escombros.
Hasta la madrugada de este viernes el número de muertos por el sismo del 19 de septiembre llegó a 286 personas, con 148 en Ciudad de México, 73 en Morelos, 45 en Puebla, 13 en el estado de México, 6 en Guerrero y una en Oaxaca, de acuerdo con Protección Civil.
A lo largo del jueves se difundió en las redes sociales que en varios edificios colapsados se había suspendido el trabajo de los rescatistas para iniciar con el retiro de escombros con maquinaria pesada, lo que imposibilita la recuperación con vida de cualquier víctima que continúe entre las ruinas del edificio.
En varios puntos de la Ciudad de México los grupos de voluntarios se manifestaron contra las amenazas de maquinaria en los edificios colapsados, como el caso de la fábrica textil en Chimalpopoca y Bolívar, donde se estima que mujeres costureras y personal del lugar continúan atrapados, o en algunos inmuebles de la colonia Roma, donde los familiares continúan con la esperanza de que sus seres queridos sigan con vida entre los escombros.
Según las autoridades, las máquinas sólo se utilizarán en las zonas en las que se confirmó ya no hay personas por rescatar o recuperar. En al menos cuatro edificios de los casi 40 colapsados en la Ciudad de México, ya entró la maquinaria para remover escombros.
En los estados de Morelos y Puebla no se ha registrado la distribución equitativa de los víveres, y usuarios en las redes sociales denunciaron que el gobernador Graco Ramírez ordenó la confiscación de la ayuda humanitaria que llega a Morelos para controlar la repartición desde las instalaciones del DIF.
En las zonas afectadas, lo que más se necesita son herramientas para los rescatistas y voluntarios, como botas, palas, picas, lámparas, gasolina y baterías, así como medicamentos, inyecciones y gazas.