Contar cuentos en zapoteco, una forma entretenida de resistir a la cuarentena

Diana Manzo

La interrupción de clases presenciales y el cierre de espacios públicos por la cuarentena motivó a Felipa de Jesús Noriega Figueroa, profesora de educación preescolar y cuentista bilingüe de origen zapoteca a trasmitir sus narraciones literarias de forma virtual usando las redes sociales, con la única intención de compartir enseñanza y revalorizar su lengua madre.

En un rincón de su hogar en la ciudad de Juchitán Oaxaca, creó un escenario rodeado de libros en donde lleva a cabo las grabaciones a través de su computadora o de su teléfono móvil, y que transmite en vivo en su cuenta de Facebook y otras veces como videos previamente grabados.

Felipa tiene 42 años de edad y es educadora desde hace 20 años, pero su amor a los cuentos surgió cuando se convirtió en mamá por primera vez y comenzó a contarle historias a su hija y para sus obras en zapoteco recibió el apoyo de dos mentores que allanaron el camino de un conocimiento más profundo de su lengua materna.

Al sentir y observar que había miedo, suspenso y fobia entre los suyos por la llegada de la nueva cepa del COVID-19, la maestra creó un cuento en zapoteco y español sobre este tema y lo adaptó a un lenguaje sencillo y claro para los niños, principalmente.

En el cuento “coronavirus”, buscó la reflexión y entre la narrativa cuestionó el comportamiento del humano, de los medios de comunicación y del propio COVID, de tal forma que los oyentes reflexionaran que la pandemia es real y que ha causado muertes, pero que se puede prevenir lavándose las manos, tomando distancia y evitando salir de casa.

“Con este cuento, busqué la reflexión de los oyentes, para que entendieran que efectivamente este virus causa afectaciones a la salud, pero comprendieran al mismo tiempo que seguir las recomendaciones es importante, el cuento ayuda cuando lo haces divertido, reflexivo y fácil, y así se los narré , todo con lenguaje sencillo y digerible”.

Ella piensa que como maestra le nace transmitir “un poquito” de lo que sabe, y considera que reflexionar través de cuentos y narraciones, es una forma de enseñar, entretener y dotar de conocimiento pero de forma divertida.

Aunque sus videos se han reproducido cientos de veces y se comparten en múltiples paginas en las redes sociales por lo interesantes que son, la maestra no busca fama y tampoco ingresos económicos, lo único que desea es que la literatura zapoteca se expanda entre su gente y los niños, principalmente quienes son los que menos hablan este idioma.

La gestualidad, sonidos y expresiones corporales, son elementales en su labor de cuenta cuentos, que ha profesionalizado a lo largo de 15 años con el apoyo y conocimiento adquirido en talleres y diplomados.

Ser cuentacuentos no es nada sencillo explica Felipa, quién elabora sus propios materiales, usando muchas veces material reciclado o bien artículos y accesorios que tiene en su casa y con los que crea sus herramientas.

Una de las herramientas que es su favorita y que construyó con base a su conocimiento, son los “Mandiles de Feli que cuentan cuentos”, en los cuales adapta los personajes que usará para cada escena.

Su afición y gusto por la literatura en lengua indígena fue reconocido en el 2018,cuando fue galardonada con el premio Casa por su cuento “Ti bidxa cubi”, “Una bruja nueva”. Este galardón fue promovido y fundado por el pintor oaxaqueño, Francisco Toledo.

Además es co-fundadora junto con otros tres profesores, del colectivo Nemosines. Que en el 2017 de manera solidaria asistieron a los damnificados de los sismos de septiembre llevando narraciones para convivir, entretener y dar aliento.

Felipa tiene más de ocho obras literarias inéditas y le gustaría algún día verlos publicados en libros, mientras eso ocurre, escribe sus propias historias, toma los cuentos que mas le agradan, los traduce a su lengua madre , les da viva y los comparte con su voz que cala hondo como a ella le gusta.

Publicado originalmente en IstmoPress

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