Concentración en apoyo al pueblo griego ( Diagonal, 14 de febrero 2012)

Danielle Grasso / Madrid

 

 

Unas medidas que los manifestantes han recordado en varias ocasiones como un «chantaje» de la llamada Troika (FMI, CE y BCE), que condicionó a su aprobación el envío al país heleno de un mínimo de 130.000 millones de euros. Aunque el detalle de los recorte se conocerá en los primeros días de marzo, el Ejecutivo de Papadimos ha aprobado una reducción de hasta el 32% del salario para los menores de 25 años recién incorporados al mercado laboral, la eliminación de convenios colectivos e individuales, recortes en las pensiones y el despido de unos 15.000 empleados públicos.

Convocados a través de Twitter bajo la etiqueta #EstamosconGrecia, los manifestantes se han reunido detrás de una pancarta que rezaba «Destruyen el presente porque vienen en el pasado». En otra podía leerse: «La barricadas cierran una calle y abren un camino».

Frente al cordón policial desplegado ante la Embajada, han demostrado su solidaridad con los «hermanos griegos» con consignas como «Grecia no te rindas, al mundo inspiras» o «Violencia es no llegar a fin de mes». Un concepto en el que coincide María, ciudadana griega de 24 años que estudia en Madrid y que ha acudido a la convocatoria. Como cuenta a este periódico, en la noche de ayer siguió con preocupación, buscando información en blogs y radios de Internet, los acontecimientos dentro y fuera del Parlamento heleno. «Los edificios quemados son la imagen que reflejan hoy los medios de todo el mundo, pero no son lo más importante de lo que pasó en Atenas, Tesalónica, Volos o Creta», explica. «La cuestión central es que ya no tenemos derecho a hacer nada, sólo a estar a las órdenes de la UE por culpa de la mala gestión de los políticos griegos», argumenta mientras los concentrados corean en griego «Pan, educación y libertad». «Lo único que nos queda hacer, como aquí, es bajar a las calles y gritar nuestra rabia», concluye esta estudiante griega.

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