Foto Nacho Ruiz / Cuartoscuro

Desinformémonos | Ciudad de México.- 11/08/2016.- Alrededor de 150 familias migrantes se pudieron reencontrar ayer, en el puente internacional Paso del Norte, aprovechando que esa zona del río tiene muy poca agua. Algunas familias que tenían más de 20 años de no verse se reunieron con sus parientes, bajo el lema “Abrazos, no muros”, en grupos de 10 personas por espacio de tres minutos, como una forma de denunciar las políticas de deportación y separación de familias del gobierno de Estados Unidos.

Según información de La Jornada, las familias se reunieron desde las 9 de la mañana en el límite fronterizo, a la altura del centro “El Pecador”. Se uniformaron de blanco (mexicanos) y los de azul (residentes estadounidenses) y esperaron a que llegara la hora en que grupalmente bajaran a la mitad de la estructura por donde corre el río Bravo (río Grande) y al grito de “Sí se pudo, cruzar el muro”, concretaron el encuentro que durante dos meses esperaron desde distintos lugares de la República Mexicana.

“Más de 20 años sin verlos”, dijo Minerva Rayo, quien tuvo la oportunidad de rencontrarse con sus hermanos, de quienes se alejó cuando se fue a vivir al vecino país del norte.

Al lugar acudieron unas 600 personas provenientes de ambos lados de la frontera –Ciudad Juárez y El Paso, Texas– y cruzaron la alambrada erigida del lado estadunidense, que refuerza la línea divisoria, y que fue vigilada por sus agentes así como por autoridades mexicanas que permanecieron en el emblemático río Bravo durante todo el evento.

El reencuentro fue organizado por el Instituto Fronterizo Esperanza y la Red Fronteriza de los Derechos Humanos quienes dijeron que el objetivo del evento es que las familias puedan saludarse después de muchos años de no verse por sus condiciones legales en Estados Unidos, y para crear conciencia en el gobierno estadunidense y que dé entrada a reformas migratorias.

Del lado mexicano estuvieron presentes agentes federales y municipales, para evitar que los participantes en el evento Abrazos, no muros fueran asaltados, ya que la zona es considerada de alto riesgo porque operan diversas pandillas.

El evento, que se viralizó en Twitter con el hashtag #HugsNotWalls, formó parte de la campaña “Abrazos, No Muros” y fue coordinado por organizaciones de derechos humanos en conjunto con autoridades de El Paso, Texas, y Ciudad Juárez, Chihuahua.

Dylan Corbett, de la organización Instituto Fronterizo Esperanza, compatió que se trata de una organización comunitaria de base que trabaja en la región de El Paso, Ciudad Juárez y Las Cruces, Nuevo México.

Se estima que en Estados Unidos viven unos 11 millones de migrantes con estatus irregular, la mayoría mexicanas y mexicanos que emigraron obligados por la necesidad de encontrar un empleo que les permita subsistir y enviar dinero a sus familias. Si bien algunos ya legalizaron su situación migratoria, muchos pasan años sin ver a sus familias pues temen salir del vecino país y no poder regresar o perder sus derechos, mientras para sus familiares resulta complicado obtener una visa para visitarlos.