Desde Campeche, al sureste del territorio mexicano, quienes integran el Congreso Nacional Indígena (CNI) envían un mensaje de aliento y solidaridad a los padres, madres y compañeros de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
Por medio de un comunicado, manifiestan su repudio a los hechos represivos del pasado 11 de noviembre en la carretera Chilpancingo-Tixtla en contra de los normalistas rurales, así como el intento estatal de desprestigiar al movimiento de Ayotzinapa, a quien se pretende vincular con grupos del crimen organizado.
“A los compañeros de Ayotzinapa les decimos que aunque allá arriba quieran seguir engañando al pueblo de México, diciendo que la Normal de Ayotzinapa es nido de comunistas, semilleros de guerrilleros, formadoras de disidentes, que son parte del crimen organizado, poniéndoles colores, como si de ello se tratara; para nosotros son nuestros hermanos y nuestros compañeros”.
Desde territorio maya, las y los integrantes del CNI condenan también la actitud del Estado mexicano de querer imponer una “verdad histórica” respecto de los hechos del 26 y 27 de septiembre, en Iguala, Guerrero, no obstante que el propio Grupo Interdisciplinario de Especialistas Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) contradice la versión oficial.
“El gobierno y sus funcionarios sonríen ante las cámaras y apuñala atrás de ellas. Pues mientras en los medios de su información hablan de llegar a las últimas consecuencias y simulan juzgar a algunos de los que participaron en los hechos, atrás de cámaras la represión contra los padres, madres y estudiantes de Ayotzinapa sigue constante”, señala el CNI en su comunicado del 13 de noviembre de 2015.
Enseguida cuestiona: “¿Qué tanto mal le han hecho al estado los pueblos indígenas para que quieran acabar con sus hijos? Existir, solamente eso. Pues los pueblos indígenas, a los cuales pertenecen los normalistas rurales, nos hemos resistido a morir durante más de 500 años de genocidios, llamados proyectos de nación. Muerte y más muerte es lo que el Estado tiene para nosotros, y Ayotzinapa ha sido la luz del fuego de la resistencia ante ese intento por acabarnos”.
“Mientras los padres, madres y compañeros de los desaparecidos buscan vida, el Estado sigue ofreciendo muerte y represión. Demuestra con cada acción que el caso Ayotzinapa le causa una especial repulsión y sigue confirmando que el crimen organizado y el crimen desorganizado que es el gobierno de México son exactamente lo mismo”.