Cine para ver

Alberto Cortés

Cine para ver en colectivo

Días de cifras, recuentos y estadísticas. El cine no es ajeno al juego de los números, las películas ahora vienen acompañadas de sus propios números, es parte del mercadeo, basta ver los números que acompañan al estreno de Star Wars. Nuestra cinematografía no se queda atrás, el año cierra con la noticia que en 2015 llegamos a 140 películas producidas, entre ficción y documental, número que no se alcanzaba desde el lejano año de 1958. Seguramente es una buena noticia sólo que con el sistema de exhibición actual va a ser muy difícil que en un sólo año se logren estrenar más de cincuenta películas nacionales, menos si se trata como es el caso de un buen número de documentales.

La fuerza de nuestro cine es reconocido en muchos países, tan sólo en este año se recibieron casi cien premios internacionales y otros tantos en los certámenes nacionales. Se hace todo tipo de cine, hay para todo tipo de cineastas; los hay comprometidos con la realidad social que con sus filmes quieren ser un espejo de la sociedad, los hay debutantes, ya sea que salgan de una escuela o sean autodidactas, esta categoría curiosamente es la más numerosa pero apenas unos cuantos logran filmar un segundo trabajo, también tenemos comerciantes que quieren pegar el taquillazo, otros traen agenda y filman por consigna, también tenemos a los que quieren brincar a Hollywood, artistas, genios, en fin, hay de todo, el cinematográfico es un sector que bien refleja la pluralidad actual de nuestro país.

Pero toda esta pluralidad no tiene cabida en las actuales salas que dominan el mercado de exhibir películas, la red de cines dominante está hecha no para una cinematografía nacional sino para servicio del cine estadounidense, para el negocio que viene de allá, para el producto audiovisual que ya viene acompañado de una mercadotecnia específica y mucha publicidad por todos los medios, nada más hay que poner la película y todo marcha. Funciona tan bien el negocio que México va a la cabeza en apertura de salas además del incremento de espectadores y no es que cada año vaya más gente al cine, sucede que una clase social va más, al resto de la población les queda la piratería, ir al cine es un privilegio que no todos pueden gozar y ya se sabe que no es lo mismo ir al cine que ver películas, aquí la piratería cumple una función social que hasta algunos cineastas reconocen y  agradecen.

Esta paradoja de producción-exhibición es acumulativa; cada año se sumarán más títulos. Por ese lado el cine mexicano o mejor dicho, las películas mexicanas de interés público, aquellas que van a festivales, y son vistas por miles de personas en otros países, que dan cuenta del estado de las cosas en este país, no tienen lugar en los cines comerciales, ahí estorban, no forman parte del negocio. Mejor que se vayan a otra parte. Y a otra parte nos estamos yendo.

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La Cineteca Nacional es un fenómeno interesante, este año también batió récord de entradas vendidas, en sus pantallas el cine mexicano no se mira en desventaja, la oferta es diferente, es un espacio cultural que la gente habita con la conciencia que lo más importante son las películas y cómo se proyectan, donde el espectador es eso, la persona que cierra el círculo del fenómeno cinematográfico, al que se le debe respeto por prestar su mirada. La Cineteca se ha convertido en un espacio vivo alrededor de la cultura cinematográfica, incluso los vendedores de películas piratas ofertan muy buenos títulos. Pienso que, entre las muchas razones de su éxito, la más importante es la calidad de la función, en todos los sentidos; técnico y estético, emocional e intelectual. Sencillamente que eso que llamamos CINE funciona bien.

La experiencia de la cineteca es la prueba de que es posible, que no todo está perdido, que el futuro no es sólo Cinepolis, que tenemos otra alternativa.

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https://www.youtube.com/watch?v=FXourlVuXXc

La Semana por la Soberanía Audiovisual se viene realizando en Perú desde el 2013 y replicado en 2015 en México, Ecuador, Colombia, Cuba, Costa Rica, Bolivia, Brasil y Argentina es una iniciativa muy interesante que propone el mapeo de los lugares que se dedican a exhibir cine y formar una red alternativa. Parece que recuperar el cineclub, el cine de barrio, las funciones en las Casas de la Cultura es la consigna. Ahora es posible con la tecnología digital la exhibición de alta calidad. Insisto en el punto, no se puede competir con las pantallas multiplex con proyecciones de mala calidad. Lo mínimo que exige el cine es oscuridad total y silencio, una pantalla brillante y sonido nítido, lo demás viene dentro de la película y de la mirada del público.

Ver cine en óptimas condiciones debería ser un derecho ciudadano.

Alberto Cortés

Director de cine ganador en tres ocasiones del premio Ariel. Egresado del Centro Universitario de Estudios Cinemátográficos, entre sus películas y documentales se encuentran Amor a la vuelta de la esquina, Ciudad de Ciegos, Corazón del Tiempo, La tierra de los Tepehuas, Resistencia…somos gente del maíz, entre otros.

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