En plena cuarentena por el COVID-19 donde 209 mujeres han perdido la vida según reportes oficiales, los Centros de Atención a la Mujer Indígena (CAMi’s) que son 34 distribuidos en toda la república mexicana, entre ellos la Casa de la Mujer Nääxwiin de Matías Romero, Oaxaca, agonizan y podrían cerrar por que no se les ha asignado el recurso autorizado por el Presupuesto de Egreso de la Federación, lo que significa que dejarían a su suerte a miles de mujeres de comunidades indígenas que son víctimas de violencia y requieren atención sobre salud sexual y reproductiva.
En el Istmo de Tehuantepec hay tres centros de mujeres ubicados en Juchitán, San Mateo del Mar y el de Matías Romero, este ultimo llamado Centro para los Derechos de la Mujer Nääxwiin brinda atención a las mujeres mixes de la zona norte del Istmo de Tehuantepec, y en estos 17 años de vida lleva un registro de atenciones de 12 mil 800 mujeres, y ahora en esta cuarentena por COVID-19, 23 mujeres han recibido acompañamiento legal y psicológico.
Las Casas de la Mujer Indígena (Cami’s) surgieron en el 2003 en su mayoría y son espacios que salvaguardan la vida de las mujeres indígenas al brindar atención integral y acompañamiento en lengua nativa en temas como salud sexual y reproductiva y a las violencias de genero.
Estos centros fundados por mujeres y para mujeres son apoyados a través de un proyecto dentro del Programa de Derechos Indígenas, del Instituto Nacional de los pueblos Indígenas (Inpi), pero en días recientes, el gobierno federal anunció que como parte de las medidas ante esta emergencia del COVID-19 se recortará el subsidio y según la Red Nacional de casas de la Mujer Indígena eso significa vulnerabilidad e incertidumbre porque no habrá recurso para continuar salvando la vida de las mujeres.
Para Lina Rosa Berrio, investigadora del Ciesas Pacificio Sur, dedicada al tema de salud materno explicó que quitar el presupuesto a los Cami’s significa quitarle a las mujeres la oportunidad la oportunidad de vivir libres de violencia y de decidir sobre su cuerpo.
Resaltó que estos espacios suplen en muchas de las veces al estado en el tema de la salud, porque en las comunidades indígenas no hay médicos y tampoco expertos que den acompañamiento integral, por eso los Cami’s deben estar abiertos y ayudando a las mujeres.
“En donde no hay acceso fácil a las instituciones, son ellas el primer espacio de las atención, hacen mucho de lo que les correspondería al estados, estas casas ya tienen 17 años y es un proceso largo de conformación, no es justo que se cierren”.
“Nuestro CAMI no debe cerrarse, aquí salvamos vidas” : Defensoras
Diecisiete años de caminar a favor de las mujeres indígenas mixes ha sido todo un reto para las activistas y feministas de la Casa de la Mujer Nääxwiin, quienes han luchado a favor de la vida y contra la violencia de genero.
“Aquí salvamos vidas, por que las mujeres que viven violencia llegan y les brindamos un acompañamiento integral, platicamos con ellas y las orientamos, hablamos su lengua, el mixe y eso facilita la comunicación, estamos al pendiente de su situación y buscamos que la violencia no forme su vida, por eso creemos que somos importantes y que estos espacios deben seguir abiertos, y más ahora en pandemia, donde vemos acelerada la violencia familiar”, puntualizaron.
Constanza Cruz Gutiérrez, Dora Ávila Betancourt, Estela Vélez Manuel, Zoila José Juan y Rubicela Cayetano Pesado, son las fundadoras de la Casa de la Mujer Nääxwin, que actualmente cuenta con 12 integrantes entre abogadas, psicólogas, promotoras y defensoras de los derechos de las mujeres indígenas.
Hablan mixe y castellano y su voz ha sido fiel acompañante de mujeres victimas de violencia de genero y también de violencia obstétrica que viven las mujeres de esta zona norte del istmo de Tehuantepec, el reto actual es exigir un acceso a la justicia, atención de calidad y respeto a la mujer indígena.
Rubicela Cayetano Pesado, explicó que es lamentable esta situación que están viviendo, pues se siente la vulnerabilidad e incertidumbre, porque es incompresible que el gobierno federal quité los apoyos para estos refugios externos, que han sido espacios salvadores de vida.
Lamentó que para el gobierno federal el tema de los Derechos Humanos y las Mujeres no importe y un ejemplo claro es esta situación de no dar los recursos para que sigan existiendo los Cami´s.
Recordó que una de las resistencia que aún persiste es el hecho de que las mujeres hablan una lengua materna, pero que ha sido difícil para poder ser atendidas en los centros de justicia, en donde se carecen de traductores de lengua materna, por eso las buscan y las apoyan.
También se ha vinculado con redes nacionales de mujeres como son la red nacional de traductores indígenas y de la mujer indígena, asimismo con la red de defensoras de su territorio.
“Atendemos a mil mujeres indígenas de la zona norte del Istmo al año, estamos atentas a darle seguimiento a las víctimas de violencia de género, damos refugio a ellas y a sus hijos, al igual defendemos a las que han sido presa del feminicidio y las canalizamos con activistas a nivel estatal como la agrupación Consorcio para la Equidad ”, apuntó.
A lo largo de estos veinte años han atendido a más de 12 mil mujeres mixes de San Juan Guichicovi, Matías Romero, Santa maría y Santo Domingo Petapa, El Barrio de la Soledad, Los Chimalapas, Santiago Ixtaltepec, San Juan Cotzocon entre otros, y lo que han visto es qué las mujeres ahora denuncian más que antes, y que ya no tienen miedo y se sienten protegidas.
Publicado originalmente en IstmoPress