Más de 60 municipios catalanes han acogido concentraciones a favor del modelo educativo catalán –conocido como inmersión lingüística y aplicado con éxito desde hace 30 años– y en contra de la reformaimpulsada por el ministro de educación, José Ignacio Wert. La movilización ha sido convocada porSomescola, plataforma transversal que reúne diferentes entidades, colectivos y sindicatos en defensa de la escuela catalana.

En Barcelona, la plaza Sant Jaume ha reunido a miles de ciudadanos –4.500 según la Guardia Urbana– en defensa de la inmersión lingüística. ‘Por un país de todos, la escuela en catalán’, ha sido el lema al que se han adherido todos los partidos políticos excepto PP y Ciutadans.

A los habituales carteles de ‘Wertgonya’ o ‘Franco a WERTo’ se les han sumado los gritos improvisados de ‘insumisión’ e ‘independència’, en una breve concentración concluida tras la lectura de un manifiesto en el que se ha tildado la reforma de «retrógrada, recentralizadora e inútil» y se ha acusado a Wert de tener una «obsesión enfermiza y preconstitucional» contra el catalán.

La concentración también ha servido para poner de manifiesto el descontento de los profesionales de la educación tanto con la reforma de Wert como con los recortes de la Moncloa y de la Generalitat, con manifestantes que han condensado su mensaje en lemas como ‘SOS escola pública, laica i en català’.

Girona, Lleida, Tarragona

La protesta se ha extendido a otras ciudades como Girona, donde se han congregado un millar de personas, según la Policía local, con pancartas con el lema Si él es un toro, tendremos que torearlo.

También unas mil personas, según la Policía Local, han participado en la concentración que ha tenido lugar en Lleida ante la Subdelegación del Gobierno español, que ha finalizado cantando ‘Els Segadors’ y con gritos de independencia.

Han asistido representantes de todos los partidos políticos a excepción del PP, entre ellos el alcalde, Àngel Ros (PSC), y el presidente de la Diputación, el convergente Joan Reñé, para quien el decreto del ministro Wert «es ir en contra del sentido común».

En Tarragona han participado unas 500 personas, según los organizadores, y la presidenta de Òmnium del Tarragonès, Rosa Maria Codines, ha resaltado en declaraciones a Europa Press la necesidad de «la unidad de acción» para hacer frente a las intenciones de Wert.

Protesta unánime, a excepción de PP y Ciutadans

La reforma de Wert, con la cual el catalán dejaría de ser troncal y pasaría a ser la cuarta lengua del sistema educativo en primaria y secundaria, ha provocado la protesta unánime de la sociedad catalana, a excepción de los círculos del PP y Ciutadans, que hacen de la ofensiva contra la inmersión lingüística una de sus banderas.

La inmersión lingüística es un modelo que genera un gran consenso en la sociedad catalana y que, además de impulsar el conocimiento del catalán, sus defensores la presentan como garantía de cohesión social, evitando la creación de dos Catalunyas diferenciadas por la lengua en la que hablan. Del éxito del modelo dan fe el reconocimiento de organismos como la propia UE o el simple hecho de que los alumnos catalanes acostumbran a sacar mejores notas en el examen de selectividad de lengua castellana que los alumnos de otros territorios con una única lengua oficial.

La semana pasada, Somescola consideró que la reforma educativa comporta el «regreso de un pasado predemocrático». Es decir, «control doctrinal de la educación, recentralización del sistema y minorización de las lenguas no castellanas, con especial malevolencia contra la escuela catalana y los programas de inmersión lingüística».