Antes de septiembre del 2017 el Istmo de Tehuantepec se distinguía por sus históricas viviendas tradicionales, en las localidades como Juchitán, Ixtepec, Ixtaltepec, Salina Cruz, Unión Hidalgo entre otras sufrieron los estragos de los sismos del 2017 que colapsaron cerca de 65 mil viviendas, muchas de ellas de adobe y techo de tejavana y a más de dos años de esa tragedia la vida en estos pueblos «continua reconstruyéndose», en Ciudad Ixtepec a diferencia del resto de las localidades istmeñas se ha privilegiado el tequio que ellos llaman “Guendaliza’a” a través de viviendas sustentables, es decir construidas con tierra compactada conocidos como machinblock, que contribuye ambiental y culturalmente a los modos de habitar en esta zona de Oaxaca.
Esta iniciativa la dirige el “Concejo de Reconstrucción y Fortalecimiento Comunitario Ixtepecano” que surgió a los pocos días del terremoto de 8.2 grados (7 de septiembre de 2017) ante la indiferencia de las autoridades de los tres niveles en contribuir a una reconstrucción digna y colaborativa, por lo que para este 2020, 30 familias ixtepecanas se beneficiarán de una vivienda elaborada con tierra compactada llamadas “machinblock”.
Reconstruir con base al «Guendaliza’a (Tequio)» ha sido un proceso largo y arduo que ha estado tejiendo este Concejo de Reconstrucción y que goza por fortuna del acompañamiento de otras organizaciones como la Rema, Comunal Arquitectura, la Universidad de la Tierra en Oaxaca, la Universidad Iberoamericana, FASOL, Proyecto Ambulante, entre otras más.
Fue un año y medio de gestiones ante la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) que finalmente aceptó y otorgó tarjetas de apoyo para la reconstrucción a las familias, que mayoritariamente son mujeres y que ahora lo único que desean es una vivienda digna.
“Al ver la falta de interés del gobierno en recuperar la memoria de los pueblos y construir casas sin historia, decidimos integrarnos y crear el consejo donde ahora vamos a construir viviendas dignas para habitar y la reconstrucción está basada en la ayuda mutua, lo que nosotros llamamos “El Guendaliza’a” o tequio”, expresó Rubén Valencia Núñez, activista comunitario.
Esta idea también ha sido avalada por investigadores en el ramo de la arquitectura de universidades como la UNAM y la Iberoamericana además de organismos civiles que impulsan una construcción benévola al medio ambiente y será en esta ciudad zapoteca de Ixtepec donde próximamente tendrán estás viviendas.
Lilia Hernández y María Antonia García, perdieron su hogar por el terremoto y fue hasta hace poco y con el apoyo de está iniciativa que pudieron recibir una tarjeta de apoyo para la reconstrucción de sus viviendas que estrenaran en el 2020.
Están muy agradecidas porque su vivienda forma parte de la primera prueba piloto que pacta la Conavi con organizaciones sociales sobre el uso de viviendas reconstruidas con adobe que servirán de ejemplo en todo el país.
“Gracias a estas agrupaciones vamos a tener casa, porque si fuera por nosotros no hubiera nada, no pudiéramos reconstruirla, ellos han hecho un esfuerzo muy amplio para que en Ixtepec la reconstrucción de casas sea digno, porque muchas personas que no esperaron ahora viven en espacios que gotean, que son pequeños, algo desagradable”.
Además de viviendas tradicionales, este agrupación social también promueve la vida comunitaria desde espacios como un centro de mujeres que busca ser resiliente y generar articulación como un derecho a la vida digna.
